El verano es una época en la que podemos realizar actividades al aire libre y disfrutar junto a nuestros niños del sol y el buen tiempo. A los niños les encanta jugar en la playa y pasear por el campo para descubrir las maravillas de la naturaleza, pero nosotros como padres tenemos el deber de protegerles de los peligros de esta época de verano, especialmente del calor.
Los niños y los bebés son los seres más sensibles al calor y a los rayos solares, su piel es delicada y su cuerpo no está todavía preparado para soportar estas oleadas de calor, por lo que son propensos a sufrir insolaciones o golpes de calor.
Cómo afecta al calor a los bebés y niños pequeños
A pesar de estos peligros, no debemos ocultar a nuestros hijos de la luz solar las veinticuatro horas del día, pues como seres vivos que somos necesitamos el sol para vivir y para que nuestro organismo trabaje correctamente.
Deja que tus niños jueguen en el exterior, en el jardín o en la piscina siempre y cuando tengan una protección y ropa adecuadas y eviten el sol directo en las horas más peligrosas.
Deberás tener un especial cuidado en el caso de los bebés, pues estos son los más delicados a la hora de enfrentarse a los peligros del verano. Si acabas de tener a tu hijo y es aún muy pequeño para divertirse en la playa, pero aún así le llevas acompañándote en estos días de relax, lo mejor es que le tengas siempre bajo la sombrilla hasta que crezca un poco y necesite corretear y hacer castillos de arena en la orilla del mar.
Cuando llegue este momento te será imposible retenerle junto a ti en la toalla, porque la diversión que proporciona la playa a un niño le será muy difícil de rechazar. Por este motivo, cuando tus niños jueguen en la playa vigila su piel y mantente siempre alerta, pues no el sol es el único enemigo del verano. Tus hijos todavía no están familiarizados con los peligros que suponen el mar y la arena, y es necesario que les vigiles para no tener ningún disgusto innecesario.
Medidas a tener en cuenta cuando se produce una ola de calor
Cuando llega el momento de enfrentarnos a una ola de calor, es primordial proteger nuestra piel con una buena crema protectora, pues los rayos del sol pueden resultar altamente perjudiciales. Si es obligatoria para nosotros la utilización de crema solar, imagina para tus hijos.
Es aconsejable comprar cremas solares especiales para niños, que sean capaces de proteger su sensible piel de los peligros del sol y de las quemaduras, pues pueden resultar muy peligrosas a tan corta edad.
En cuanto a la vestimenta, es importante que nuestro hijo lleve ropa ancha y fresca que permita transpirar correctamente. Es una buena idea que vistan siempre prendas de algodón y básicamente colores claros, pues los oscuros le harán pasar más calor del necesario. En el caso de los bebés esto es importantísimo, pues son tan pequeños que no sería nada bueno que sufriesen un golpe de calor.
Intentad salir a la calle en los momentos de menos calor y evitad el sol directo. En esos momentos en que estéis en casa, es aconsejable que los bebés vistan solo con un pañal y los niños más pequeños con un calzoncillo o un bañador y, si se desea, una camiseta de tirantes.
El descanso y una adecuada alimentación mantendrán en forma a los más pequeños
No es necesario recordar que una correcta hidratación es imprescindible en todos los casos, tanto en adultos como en niños. Evitad el consumo de refrescos enlatados y otros productos que no hidratarán correctamente a nuestros niños y ofrecedles agua mineral, pues esta es la mejor manera de mantener su cuerpo a salvo de una deshidratación.
A la hora de comprar una botella de agua en un chiringuito de playa o en una tienda por la calle, cuidado con las bajas temperaturas a las que se venden, pues al estar tan fría podría ocasionarle problemas intestinales que serían causantes de una diarrea, lo que aumentaría sus probabilidades de deshidratación.
Otro buen consejo es la utilización de las gafas de sol en niños pequeños, pues sus ojos deben estar protegidos de los rayos del sol para evitar que sufran problemas de visión en el futuro. Como puedes ver, muchos consejos son esos que deberían tener en cuenta también los padres para proteger su propia salud.
Si tu hijo te ve proteger tu piel con cremas, tus ojos con las gafas de sol y vestir ropa fresca, él entenderá que esa es la forma adecuada de enfrentarse a este tiempo de verano y por lo tanto lo hará sin refunfuñar ni mostrarse irritable.
Ahora ha llegado el momento de salir a disfrutar con tus hijos del buen tiempo. No estés agobiándole continuamente ni sobreprotegiéndole hasta que se canse, pues es necesario con llevar las pautas adecuadas en cada momento. Ofrécele agua constantemente aunque no la pida y déjale que juegue en la arena siempre y cuando proteja su cabeza con un gorrito para evitar insolaciones.
Estos momentos son muy importantes para los más pequeños y tú puedes disfrutar también junto a ellos de estos días tan relajantes y familiares. Las vacaciones han de ser días de diversión para toda la familia, desconectar de la rutina os sentará bien tanto a padres como a hijos pero cuidado, cuando estés en la playa vigila que tus hijos no se excedan con sus juegos y molesten al resto de veraneantes, pues tú eres la única responsable de tus hijos y debes tener en cuenta que hay personas a las que la presencia de gritos y balones por la arena les afectará a la hora de intentar relajarse y tomar el sol.