Desgraciadamente, seguro que más de uno recuerda momentos en su infancia en los que pasó mucha vergüenza. ¿En alguno de ellos vuestros padres fueron la causa? Uno al menos, eso seguro.
A veces sin quererlo, los padres pueden generar vergüenza a sus hijos con comentarios o actuaciones poco afortunadas. El resultado es que el niño genera frustración, rabia y más adelante puede desencadenar baja autoestima. Por eso, es importante intentar evitar en la medida de lo posible comportamientos que hagan enrojecer a los niños. Os recordamos las situaciones que más fácilmente pueden generar vergüenza en los niños:
1. No airees las notas de tus hijos
No hace falta que le digas a todo el mundo las notas que han tenido, tanto si estás orgullosa como si no. Si son notas malas estás dejando mal a tu hijo delante de otras personas. Es peor si además lo dices con tono reprochante, puede que tu intención sea espabilarlo, lógicamente los padres no buscan dañar el autoestima del pequeño deliberadamente, pero lo hacen, lo que estás transmitiendo es: "no tiene remedio", "es un desastre", "es un mal estudiante"... Mostrar sus errores a los demás no lo hará más aplicado. La imagen académica que tenga el niño de si mismo es vital para la construcción del autoestima, piensa que aparte de la familia, el único contacto que tienen los niños con otros es la escuela.
En el caso de que tu hijo sea un buen estudiante está bien que hagas comentarios positivos a otras personas pero tampoco se lo digas a todo hijo de vecino porque no es necesario (no queremos que pase vergüenza ni que se le suba a la cabeza).
2. No les riñas en público
No hay peor vergüenza para los niños que les grites delante de todo el mundo. Es comprensible que de vez en cuando pierdas los nervios con tu hijo pero eso no justifica que le humilles públicamente, y más cuando se vuelve costumbre. Espérate a que estéis los dos solos para reñirle, bastante malo es recibir una regañina como para que encima te lo hagan delante de media ciudad. ¿Qué necesidad hay de rebajarle gratuitamente? ¿Crees que se comportará como tú quieres por gritarle delante de otros? Gritarle delante de los demás es más bien "una venganza" que una lección, solo lograremos que nos tengan rabia. Si acostumbramos a comportarnos con ellos de esta manera crearemos personas inseguras y dependientes, y en un futuro adultos poco exitosos.
3. No les des mimos delante de los amigos
Este consejo va más bien dirigido a padres de chicos adolescentes. Cuando cumplen una edad los chicos necesitan más espacio, más intimidad y más contacto social con sus iguales, por eso es normal que sean reticentes al contacto físico con la familia. Y mucho peor... ¡delante de sus compañeros! Los adolescentes son muy sensibles a las muestras de cariño y seguramente a tus abrazos le seguirán un "¡¡Ayyy déjame pesada/o!!" . Los adolescentes están muy influidos por los amigos y las burlas les afecta mucho. Eso si, en privado no se escapan...
De la misma manera debes evitar peinar y acicalar a tu hijo, es el primer objetivo de burla de todo grupo de amigos.
4. Evitar dar consejos obvios
Puede que tú le recuerdes las cosas con la mejor intención del mundo, pero ellos lo van a entender como "Mi hijo es tonto porque si no se lo digo lo va a hacer". Consejos como "repasa antes de entregar un examen", "no te vayas con alguien a quien no conozcas" o incluso "no te separes de tus amigas" pierden su efectividad después de la décima vez que se dicen.
5. Respeta sus gustos a la hora de vestir
Este consejo va orientado a los padres de los más pequeños. Hay padres que cuando sus hijos son pequeños les compran ropa contra su voluntad, ropa que no les gusta solo por el simple hecho de que les gusta a ellos o que está rebajada. No se trata de que sucumbas a todas sus peticiones (además la ropa de niño es cara) pero intentad llegar a un acuerdo entre ambos, a un equilibrio. Pídele su opinión si no te la ha dado aun y valora el resultado.
Si tus hijos son adolescentes tendrás que tener especial cuidado porque en una gran parte de ellos todo color cálido tenderá a producir rechazo. Si quieres comprarle algo y no cometer errores apuesta por el negro y colores oscuros.
6. No saques los trapos sucios
Esta es bastante evidente porque a todos nos ha ocurrido incluso de adultos. A a todas y todos nos avergüenza que digan cosas que hacíamos cuando éramos pequeños, los chicos no van a ser menos. No es necesario que los amigos de tus hijos o la vecina del cuarto sepa que se hacía pis en la cama hasta los 8 años.
7. No intentes ser su mejor amigo
Con esto me refuero a que no te hagas el moderno cuando estén sus compañeros delante, se tu mismo y ya está. Utilizar ropa y jerga moderna no es un punto a tu favor. Por otro lado, también hay padres que cuando vienen los amigos del hijo a casa están con ellos y se les une a la conversación como uno más, dando consejos que no e han sido pedidos, comentando situaciones que no han vivido y contando viejas batallitas. Los amigos de tus hijos seguramente sonreirán por amabilidad pero no le haces ningún favor al adolescente, ellos lo que quieren es estar a solas para poder hablar de sus cosas. En esta etapa de la vida los padres tienen un objetivo instrumental más que otra cosa, porque para el resto ya están los iguales. Un hijo psicológicamente sano buscará mayor autonomía a partir de la adolescencia.
Por último, debes ponerte en su lugar y recordar que tipo de cosas no soportabas que hiciesen tus padres, así no caerás en los mismos errores. Si tu objetivo es imponer un castigo no debe de incluir la humillación, el niño al final solo se acordará de lo mal que se lo hiciste pasar y su mal comportamiento pasará a un segundo plano. Mejor opta por llamarlo aparte y recordarle las normas de la casa y las consecuencias. Si ha hecho mal habrá que decidir que hacer pero mientras lo haces puedes ahorrarte esa regañina pública con la que no consigues nada, aparte de rencor.