Volver a empezar otra vez con el día a día, los deberes, los exámenes, las actividades extraescolares y todo lo que conlleva la vuelta al colegio. Así se traduce el final de las vacaciones y del verano, con un regreso a la rutina que muchos preferirían apartar de su camino y retrasar durante un tiempo más.
Y es que volver a adaptarse a los madrugones y al ritmo de vida laboral de siempre, es algo que cuesta a cualquiera. Más si cabe para aquellas familias con hijos que se enfrentan, un año más, al inicio de las nuevas clases. Un periodo que se traduce, sin duda, en "gastos y más gastos" y que termina asimilándose como la época más dura y difícil de todo el año.
En otras palabras, se podría decir que la vuelta al colegio guarda un cierto símil con la tan temida "cuesta de enero" o, lo que es lo mismo, la época en la que se intenta superar, económica y triunfalmente, el derroche de dinero atribuido a cenas y regalos de Navidad.
Sin embargo, en este punto los villancicos, los copos de nieve y los polvorones quedarían radicalmente sustituidos por refrescantes cócteles, hits del verano e increíbles atardeceres de playa. Todo perfecto hasta que el mes de septiembre irrumpe en nuestras vidas y comenzamos a valorar todas las compras y gastos que se nos vienen encima.
La "cuesta de septiembre"
Mochilas nuevas, libros de texto, cuadernos, agendas, lápices de colores, rotuladores, archivadores, ropa deportiva... Una interminable lista de imprescindibles que puede verse todavía más incrementada al tratarse de colegios privados, sumándole en este caso las matrículas de pago y los uniformes, o con los posibles gastos de comedor, clases particulares y transporte. De ahí a que sean más que necesarios los recortes, ya sea por un lado u otro.
Y en eso parece estar muy de acuerdo la Oficina Municipal de Información al Consumidor o, lo que es lo mismo, la OMIC. Un organismo que, año tras año, también se enfrenta a este temible reto cotidiano y que se atreve a plantear las mejores salidas para que sus protagonistas no caigan en las peores decisiones. Es por esta razón por la que sus palabras y consejos son siempre valoradas por miles de familias en España.
Un punto de partida que puede ayudar a gestionar mejor tanto el tiempo como el presupuesto del que se dispone y que se establece como parada fundamental antes de aventurarse a comprar cualquier cosa. En definitiva, una serie de recomendaciones en las que la OMIC insiste para que se tengan en cuenta y que sirven como método de ayuda a todos aquellos padres primerizos y ya veteranos en esto de la vuelta al cole.
Consejos para que "no te pille el toro"
Aunque si hay algo que, por encima de todo, se debe tener en cuenta -y que la OMIC sitúa como uno de los pasos más importantes a seguir- es llevar a cabo una buena planificación previa. ¿Qué se pretende con ello? Intentar hacer balance de todo lo que está por llegar y evitar caer en ciertas "tentaciones" o equivocaciones.
Y es que con un buen planteamiento y con la elaboración de un presupuesto ajustado a las necesidades, el regreso de las vacaciones no se hará tan cuesta arriba. Asimismo, la Oficina recomienda comparar todos los precios ante la posible diferencia de los mismos. En muchas ocasiones, el propio colegio suele ofrecer el servicio de un establecimiento en concreto en el que desplegar toda nuestra confianza y realizar allí todas nuestras gestiones.
Sin embargo, uno no debe conformarse con lo primero que ve. Porque aunque el hecho de encontrar el mejor precio nos lleve un largo tiempo, seguro que más de uno terminará agradeciéndolo cuando los números hagan su correspondiente presencia en casa. Éste es el caso, por ejemplo, tanto de los libros de texto como de los cuadernos, lápices de colores y muchas otras herramientas de colegio.
Además, es aquí donde precisamente entran en juego los descuentos, las ayudas y los intercambios de material escolar. No está de más aprovechar cualquier oportunidad de ahorro que se presente. De esta forma, poco a poco el peso para afrontar los meses posteriores al verano será aún menor. Y por supuesto, todo lo que tenga que ver con el abaratamiento de nuestras compras cuenta, ¡y mucho!
Qué materiales SÍ y cuáles NO comprar
De ahí el nacimiento de iniciativas que animan a las familias a reciclar material de años anteriores, vender todo aquello que está nuevo y que no vayan a utilizar ya los hijos y recurrir a opciones de segunda mano. Por otro lado, también hay que evitar que los más pequeños caigan en la tentación de productos de merchandising de sus series y dibujos favoritos. Un reto difícil tanto para ellos como para los propios padres del que es imprescindible rehuir.
Aunque por supuesto, el objetivo principal que debe estar siempre presente es el de realizar todas y cada una de las compras de manera ordenada y, por lo tanto, escalonada. Es decir, esperar a que el mismo profesor o centro educativo lo considere importante en sus clases para así comprarlo. Éste es el caso, por ejemplo, de materiales relacionados con el dibujo, tales como acuarelas, pinceles y rotuladores específicos.
Asimismo, y para también evitar sobrecargas en las mochilas, se puede incluso plantear la opción de compartir cuaderno para varias asignaturas o, en el caso de ahorrar, reciclar los de años anteriores que aún no estén acabados. Por otro lado, la compra de carpetas para organizar los temarios a principio de curso puede parecer algo innecesario. Lo mejor será dejar que el tiempo pase, para acumular material, y así después clasificarlo ordenadamente.
De igual forma, es necesario considerar que la dificultad y el empleo de herramientas específicas para ciertas materias también van incrementando con el paso de los meses. Por lo tanto, la utilización de plantillas en geografía o historia, por ejemplo, de mapas políticos o físicos de España llegará según vaya avanzando el curso. Al igual que ocurre con el caso de los diccionarios, tanto de español como de inglés.
Tan solo cuando el profesor lo ordene se comprarán y llevarán al colegio. Y ni que hablar de todo lo relacionado con las matemáticas y el dibujo, donde el set de reglas, escuadras, cartabones y compás, entre otros, se convierten en fieles aliados del alumno. Aunque teniendo en cuenta que la dificultad de los temas va ligado a paso del curso, seguramente los niños tengan que emplearlo cuando ya hayan pasado un par de meses después de la vuelta al cole.