Amamantar a tu bebé es uno de los mejores momentos de la maternidad. Mediante la lactancia materna se establece un vínculo muy especial con tu hijo. Pero si los senos o los pezones sufren o se encuentran irritados, congestionados o presentan grietas, disfrutar de la lactancia no es posible y ese hermoso momento entre madre e hijo, se puede convertir en dolor para la madre, siendo posible que esa sensación de malestar se transmita al bebé.
Al final, y a pesar de haber tomado la decisión de amamantar y querer hacerlo, los problemas asociados a las mamas pueden hacer que muchas madres abandonen prematuramente este tipo de alimentación para su hijo. Un correcto cuidado de las mamas, seguir algunas pautas como la higiene, lubricación, masajes y cuidados que los senos necesitan durante el tiempo que dure la lactancia, pueden evitar que aparezcan estas molestias.
Igualmente es muy importante que tras el nacimiento, y mientras dure la lactancia un profesional vigile que la técnica usada es correcta, pues cualquier pauta que sigas no impedirá que aparezcan estos problemas si el bebé no realiza una agarre correcto del pecho.
Cambios que experimentan los pechos durante la lactancia
Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer se prepara para la lactancia mediante importantes cambios corporales encaminados al desarrollo de las glándulas mamarias, ajuste hormonal y favorecer la producción de leche.
Los cambios se empiezan a notar en el último trimestre
En caso de que la mujer decida no lactar o en el momento del destete, las glándulas mamarias se distienden haciendo así que la producción de leche disminuya. Esto es posible ya que es la succión del bebé la que inicia el reflejo neurohormonal encargado de aumentar la producción de leche.
Tras el parto, cuando el bebé succiona el pezón, el cerebro envía una señal a la glándula hipófisis que comienza a producir hormonas, prolactina y oxitocina, responsables de la producción de leche y de su salida por los pezones. El tamaño o forma de los senos no influye en la producción de leche.
Problemas más comunes y cómo solucionarlos
Entre los problemas más comunes que pueden aparecer en los pechos durante la lactancia cabe diferenciar entre los problemas tempranos y los tardíos. La mujer puede experimentar diversos problemas durante la lactancia, de los cuales, la mayoría de ellos pueden ser prevenidos o aliviados.
Los problemas tempranos son aquellos que suelen aparecer con más frecuencia en los primeros días, aunque también pueden desarrollarse más tardíamente. Es tos problemas iniciales son la causa en muchos casos de que las madres que han decidido previamente lactar abandonen precozmente. Saber cómo prevenirlos y tratarlos puede ayudar a que estas madres no abandonen. Entre los problemas tempranos destacan los pezones doloridos, aparición de grietas y la ingurgitación mamaria.
Pezones doloridos y grietas
El amamantamiento no duele, pero puede existir dolor en la zona del pezón producido por varias causas. En algunas mujeres aparece un dolor fisiológico transitorio en los primeros días, este dolor tiene un fácil manejo siguiendo una serie de recomendaciones :
- Ofrecer el pecho menos dolorido en primer lugar, puesto que la succión al principio de la toma es más vigorosa.
- Tranquilizarse y no desesperar pues no durará para siempre.
- Si no existe daño visible, conviene identificar la causa, en muchas ocasiones se trata de una incorrecta postura de la madre o el niño en el momento de dar el pecho. Intenta que un profesional valore la técnica.
La postura es esencial para la lactancia
Cómo tratar las lesiones
- Uso tópico de productos farmacéuticos especializados para favorecer la cicatrización de la grieta.
- Aplicación de gotas de aceite de oliva o la propia leche materna con un pequeño masaje en dirección de las agujas del reloj.
Cómo prevenir su aparición
- Asegurar una buena posición y correcto sellado del bebé al pecho.
- Un profesional debe valorar las características del dolor, su duración y su relación con la toma, para evitar que el dolor sin lesión aparente acabe produciendo grieta en el pezón.
- Mantener pezones secos y expuestos al aire sin ningún tipo de presión sobre ellos.
- Se desaconseja el lavado del pezón cada toma.
- Cambio frecuente de los discos protectores para evitar humedad en el pezón.
Ingurgitación mamaria
Se trata de la distensión de la glándula mamaria en los primeros 2-4 días. Aparece de manera fisiológica como signo de producción de leche. Deja de serlo cuando la leche se acumulaen los alvéolos y éstos comienzan a distenderse, comprimiendo así el tejido circundante. Puede dar lugar a leves o intensas molestias, dificultad en el agarre y/o en la salida de la leche. Consejos para prevenirlo y tratarlo :
- Favorecer la lactancia precoz y frecuente.
- Aplicar calor local antes del comienzo de la toma junto a un masaje suave y circular.
- Si la areola está a tensión, extraer algo de leche inmediatamente antes de la toma
para aflojar la zona del pezón.
- Aplicar frío local tras la toma o incluso, tomar antiinflamatorios y/o analgésicos.
Los problemas tardíos suele aparecer una vez instaurada la lactancia. Los más comunes son: obstrucción del conducto lácteo, mastitis, infección bacteriana del pezón o candidiasis del pezón y de los conductos lácteos. Todas estas patologías dada su gravedad requieren tratamiento y evaluación por un médico y se pueden prevenir con una adecuada higiene y cuidado de las mamas, y una técnica de amamantamiento correcta.
Consejos para cuidar los pechos durante la lactancia
- La única higiene que precisa el pecho materno es una ducha diaria.
- Después de cada toma sólo es necesario secar correctamente para evitar la humedad.
- Usa protectores para los pezones, así evitarás que la ropa los lastimen. Cámbialos con frecuencia.
- No dejes pasar mucho tiempo sin amamantar al bebé, para evitar que la leche se acumule y el pecho se congestione.
- Para evitar la aparición de estrías masajea tu pecho con aceite de almendras con movimientos suaves y circulares. Antes de la toma asegúrate que no queden restos de aceite.
- No amamantes siempre del mismo lado, es conveniente ir rotando, primero un pecho y luego el otro
- Una correcta técnica de agarre es esencial: el bebé debe succionar agarrando el pezón y parte de areola, si sólo agarra el pezón, no extrae correctamente la leche y aparecen lesiones.
- Acude a un especialista siempre que tengas dudas o algún problema. Atajar cuanto antes el problema evitará problemas mayores.