La cuestión de tener otro hijo para que acompañe al primero es un tema que muchos padres se lanzan a realizar sin pensarlo dos veces. Sin embargo, es un tema más serio de lo que parece, no porque sea mala idea sino porque no se paran a pensar, en muchos de los casos, en todas las responsabilidades y el apoyo emocional que necesitan ya no solo uno, sino dos niños. ¿Cuáles son estos problemas que pueden ocurrir al tener otro hijo? En este artículo comentaremos brevemente ciertos aspectos que pueden resultar algo tediosos. De todas maneras, no os agobiéis ya que aunque pueden causar ciertos problemas familiares, todo es mejorable siempre y cuando haya cariño de por medio.
El primer factor a tener en cuenta es si quieres tener el hijo porque te gustaría tener a ti otro o para tener hermanos. De aquí surge todo el artículo y quizá creéis que no hay duda en esto pero sí que la hay. Tened en cuenta que los hermanos pueden ser un apoyo pero hay ciertas ocasione en las que también pueden llevarse mal, aunque eso depende de muchos factores. Por eso vale más la pena tenerlo por gusto propio que por el hecho de darle compañía a tu primer hijo. Además, cuando eres hijo único te acostumbras a ello y cuando no lo eres, también tienes que acostumbrarte a la compañía de tu hermano. Recordad que pueden o no ser un apoyo dependiendo de cómo sean ambos hijos.
Esfuerzo y tensión
Otro factor que tenemos que comprender es que será difícil para el primer hijo (en ciertos casos) aceptar la llegada de un nuevo integrante en la familia. Hay casos de niños que por celos retienen rencor no razonado hacia sus hermanos en sus primeros meses de vida. Es por eso que si decidís tener otro hijo, debéis tener en cuenta que el cariño y apoyo que dáis ha de seguir siendo el mismo para ambos. Además, también deberíais seguir prestando la misma atención a los dos y el mismo apoyo ya que vuestro hijos primogénito es muy probable que sienta mucho recelo hacia el segundo hijo y estará midiendo con lupa cada gesto que tenéis con el nuevo integrante y no con él, pudiendo aumentar aún más las tensiones.
Otro de los aspectos que hay que tener presente es que bajo ningún concepto debemos tener favoritismos por uno u otro, principalmente cuando son pequeños. Esto es muy importante ya que si tenemos un hijo predilecto lo único que estamos haciendo es dañar al otro de tal manera que pueda acumular resentimiento o desarrollar malas aptitudes por falta de apoyo familiar.
Una vez tenemos estos que debemos cuidar a la hora de decidir si dar hermanos a nuestro hijo, podemos pasar a los aspectos positivos. Hay que seguir teniendo en cuenta que estos factores siempre son subjetivos y dependen en gran medida de la familia y del hijo que tengamos.
Tener un hermano supone que desde ese momento comenzarás a entender que la vida no solo trata de uno mismo sino de saber cuidar a los demás. Es por eso que lo primero que suelen decir los padres es "ahora tendrás a alguien a quien cuidar". Dar un hermano al hijo primogénito suele traer muchas alegrías ya que transmite un sentido de responsabilidad temprano al hijo mayor, haciendo que reflexione sobre cómo ha de entender el mundo desde ese momento en adelante.
Otro factor es que comenzará a proliferar la amabilidad y el altruismo. No solo obtendrás tus méritos para ti sino para dar buen ejemplo al hermano pequeño. En cierta manera, el hermano mayor querrá arropar a este que acaba de nacer y es muy probable que comience a comprender que a veces lo que alegra a nuestros seres queridos también nos alegra a nosotros. Es otro de los valores transmitidos.
Comparte con tus hijos
Siguiendo en esta línea, ambos aprenderán a compartir. Esto es un factor muy bueno pero quizá el que pueda traer más problemas. Es fácil para el hijo mayor tener un sentido de responsabilidad sobre el pequeño y querer cuidarlo ya que a su vez, siendo algo egoístas inconscientemente, tenemos sentimientos positivos de esas acciones. Sin embargo, cuando llega el momento de compartir nuestro peluche favorito, nuestro juego o cualquier otro objeto, comienza el camino difícil. Debemos intentar que nuestro hijo entienda que no todo es de uno solo y que debemos saber compartir sin sentir malestar. No todo lo que tenemos es únicamente nuestro.
Tener un hermano ayuda a plantear esta faceta que no se practica en muchas familias donde solo hay un hijo ya que normalmente no necesita compartirlo con nadie más salvo que lleguen las comidas familiares donde seguro que habrá peleas entre primos.
Fortalezas en las diferencias
Estos factores no solo servirán de apoyo familiarmente sino a la hora de empezar el colegio donde en muchos casos deberán convivir con otros niños y seguramente tengan que compartir ciertas cosas. Además, el factor equipo entra en juego cuando nace un hermano pequeño ya que en mucho casos vamos a tener que aceptar las diferencias y sacar provecho de las mismas para tener un mayor bienestar familiar. En este caso, esto lo aplicamos a las actividades de equipo en los deportes por ejemplo donde entender las diferencias hace que saquemos un mayor aprovechamiento de las diferentes aptitudes y por ente, una mayor productividad.
Espero que estos puntos negativos y positivos os ayuden a relfexionar e inclinar la balanza a un lado u otro pero siempre teniendo en cuenta que sea cual sea la decisión que tomemos, siempre hay un lado positivo y negativo.