La nutrición es un factor fundamental para la salud de la madre y del feto. Por eso, hay que recordar que alimentar no es sólo comer, sino que se debe de hacer de forma equilibrada (esto debería de hacerse en cualquier época de la vida y, especialmente, durante la gestación), puesto que de ello dependerá el correcto crecimiento del niño.
El embarazo exige un aporte energético equilibrado en cantidad y calidad, que asegure un desarrollo fetal normal y en donde se impida el consumo de las propias energías maternas.
Este puede ser un buen momento para cambiar los hábitos poco recomendables (desayunar un simple café, abusar de la comida preparada o rápida, cenar cualquier cosa...) por una dieta más saludable.
Si esto es así, la mujer conseguirá un aumento de peso que debe oscilar entre los 9 y 12 kg. durante todo el periodo gestacional. En dicho periodo, se está formando un bebé de unos 3 kg. a los cuales hay que sumarle el peso de la placenta, por lo que aumentan las necesidades nutricionales de la madre.
Una alimentación correcta favorece el buen desarrollo del feto
La proporción, entre los distintos nutrientes que necesita una gestante, tiene que ser la siguiente: 10% a base de proteínas, 30% grasas y 60% hidratos de carbono.
Alimentación variada y sana
Para lograr el aporte proteico y energético suficiente se debe de tener una alimentación variada y equilibrada que contenga productos de origen animal y vegetal.
Los cereales enriquecidos, algún producto integral, el arroz, los derivados de cereales, las legumbres y las patatas, serán la fuente de hidratos de carbono mayoritaria y, junto a las frutas y verduras, aportarán la cantidad adecuada de fibra.
No se debe abusar de los azúcares, que podrían conducir al sobrepeso o a una diabetes gestacional en mujeres con cierta predisposición genética.
Deben incluirse vitaminas y minerales en forma de verduras frescas, congeladas o enlatadas, y de frutas. El consumo de estos productos también evitará el ansia de comer bocadillos y dulces, con lo que se puede prevenir el exceso de peso innecesario.
Los lácteos deben formar parte de la dieta diaria de la embarazada.
No se debe abusar de las grasas animales.
Los postres realizados con productos frescos son muy nutritivos y gratificantes, pero ¡ojo! debemos vigilar la cantidad de azúcar que aportan si no se quiere alcanzar un sobrepeso excesivo.
Por último, no hay que olvidar el aporte adecuado de agua, debiendo moderar el consumo de bebidas estimulantes y refrescos azucarados.
Advertencias
- Cocinar los alimentos a la plancha, cocidos o al vapor.
- Evitar fritos.
- No utilizar harinas ni rebozos.
- Los alimentos pueden ser frescos o congelados.
- No consumir embutidos.
- Evitar carnes y pescados poco hechos.
- No se debe consumir alcohol.
- Mejor el pan integral.
- Evitar el exceso de sal.
- Son perjudiciales para la salud el aceite de palma o de coco. El más adecuado es el de oliva.
- ¡Cuidado con los ingredientes y los prospectos de los alimentos! Leerlos bien para evitar daños mayores.
Lo ideal sería que cada mujer realizara una dieta específica con el fin de evitar carencias gestacionales en el feto.