Muchas veces, a la hora de referirnos a los hermanos o hermanas de una persona y el nombre que recibe el parentesco que tienen por no tener todos los mismos padres, tendemos a englobar esa relación de familia bajo la denominación de hermanastro. Esto no es del todo correcto, ya que no es lo mismo a la hora de tener en cuenta qué padres comparten esos hijos, ya que ahí es donde entran los matices para diferenciar hermanastros de medio hermanos. Puede ayudar a esta confusión el hecho de que, si buscas hermanastro en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, si miras la segunda acepción, pone como sinónimo medio hermano, aunque sí que aclara la diferencia debajo de la palabra hermano.
Los hermanos y hermanas pueden ser de distintos tipos dependiendo de cómo sea su familia o de los padres que compartan entre ellos. En primer lugar, si dos hermanos o hermanas son hijos, biológicos o adoptados, de los mismos padres se les llama hermanos enteros o plenos. También existen los hermanos de leche. En este caso, no hay ningún caso de consanguinidad, ya que se trata de un bebé externo que una madre cría aún no siendo suyo, por lo tanto la relación no es más que afinidad ya que, a efectos jurídicos, no son nada. Únicamente, este tipo de hermanos tienen importancia en el mundo islámico, ya que la ley islámica o sharia establece en qué condiciones la lactancia no materna puede suponer un vínculo más estrecho llegando incluso a prohibir el matrimonio entre esta clase de hermanos.
Un tabú pasado
Ahora es cuando viene el matiz que diferencia a los hermanos o hermanas en el caso de que sus padres ya no sigan juntos y hayan formado una familia con otra persona, teniendo o no más hijos. En cualquiera de los casos, no habría ninguna diferencia si los hijos son biológicos o son naturales.
La diferencia estriba en los progenitores
La diferencia entre unos y otros se refiere únicamente al parentesco que haya entre ellos con respecto a de quién son hijos. El vínculo de familia que hay entre los medio hermanos es mucho más fuerte ya que comparten uno de los progenitores y, por lo tanto, sus genes. Los hermanastros no comparten nada más que una afinidad y un vínculo familiar que se ha creado al juntarse sus padres formando una nueva familia.
Posibles incómodos
A la hora de la verdad, los hermanastros pueden incluso casarse y tener hijos puesto que no hay ninguna relación biológica que implique que a la larga sus descendientes puedan tener problemas genéticos. Sí que puede ser considerado incesto, pero sólo moralmente, ya que al tener diferentes padres, los hermanastros no comparten genética y su relación sería igual, en estos términos, a una que se tiene con alguien de fuera de la familia.
Realmente, la única diferencia está en los progenitores, ya que a la hora de la verdad, la relación o afinidad entre ellos dependerá de ellos mismos, aunque es verdad que al medio hermano le conocen desde pequeño y los hermanastros no se sabe en qué momento de la vida pueden aparecer, pero al fin y al cabo, sus padres han decidido formar una familia juntos y como tal se comportarán.