Existen parejas las cuales no pueden tener hijos o quieren ayudar menores sin familia proporcionándoles el bienestar de su hogar. Sin embargo, existen dos maneras de llevar a cabo esta acción, ya sea a través de la adopción o convirtiéndose en padres de acogida. Debemos aprender a diferenciar ambos conceptos, puesto que no son exactamente lo mismo y uno no lleva al otro. Es común creer que primero se puede ser padre de acogida y, si todo va bien, que el niño pueda ser adoptado. No obstante, este no es el procedimiento adecuado, porque ambas acciones están diferenciadas y debemos aprender qué es cada una de ellas y saber cuál es la que mejor se adapta a nuestro caso en concreto.
En Bekia te contamos cuáles son las similitudes y diferencias entre adoptar o ser padre de acogida.
Qué es la adopción
Cuando adoptamos a un bebé o a un niño más mayor lo que estamos haciendo es convertirnos en sus padres o tutores legales ante la ley, aunque no sea nuestro hijo biológicamente. Por lo tanto, desde el momento que hemos adoptado al niño legalmente debemos tratarle como si fuera nuestro hijo natural y proporcionarle el cariño y afecto que nos dieron nuestros padres a la vez de asegurarles un futuro excelente para el resto de sus vidas. El pequeño, por su parte, tratará a sus padres adoptivos del mismo modo que lo haría un hijo biológico y juntos aprenderán poco a poco a conocerse y a convivir como una familia cualquiera.
Tanto en la adopción como en la acogida debemos estar muy seguros de la decisión
También es necesario asegurarse de que la pareja que adopta se quiere y respeta y no mostrarán eventos que le puedan ser negativos al niño durante toda su vida. Es muy importante tener una estabilidad formal en el hogar, puesto que estos niños necesitan amor, comprensión y una casa donde sentirse seguros y felices durante el resto de sus vidas, como todos los pequeños se merecen.
Por lo tanto, adoptar menores no es nada fácil y en algunos países este proceso legal de trámites puede durar años. Los padres pueden escoger entre adoptar un niño de su país o del extranjero, pero deberán tener en cuenta el desplazamiento, las diferencias de culturas o incluso de idiomas. Así pues, aquellos que opten por la adopción deben estar muy seguros de ellas, ya que no es nada bueno para el niño volver a pasar por este proceso si no se ha adaptado bien al hogar. Es una decisión para toda la vida y tanto el pequeño como los padres adoptivos se querrán del mismo modo y tendrán las mismas obligaciones legales que si el niño fuese biológico.
Qué es ser padres de acogida
El convertirse en padres de acogida también implica un largo proceso burocrático y de trámites , puesto que no le confiarán el cuidado de un niño a cualquier persona sin antes hacerle un análisis exhaustivo. Como en el caso de la adopción, los menores que necesitan padres de acogida no han tenido la mejor de las infancias y seguramente han pasado por situaciones muy difíciles a lo largo de su vida, por lo que necesitan una familia estable y que sea capaz de proporcionarles el amor y la seguridad emocional que necesitan.
Sin embargo, los padres de acogida solamente se hacen cargo del niño temporalmente, lo que no les hace tener los mismos derechos u obligaciones que tendrían con un niño biológico.
La parte buena de ser padre de acogida es que puedes ayudar a un niño que necesita un hogar de manera temporal y hacer que esté bien acompañado durante un período más o menos largo de tiempo. No obstante, tras este tiempo no podrás adoptarlo directamente, ya que este es otro procedimiento legal por el cual tendrías que empezar de nuevo la solicitud.
Debemos tener en cuenta que algunos de estos niños puestos bajo la protección de los padres de acogida saben que esta situación es solo para un breve período de tiempo y quizás tienen muchas ganas de volver con sus padres biológicos o en el anterior hogar donde se encontraban. Es, por lo tanto, un acto muy bonito, pero duro al ver que el niño no estará con la pareja para siempre.
A diferencia de la adopción es recomendable que los padres de acogida tengan otros niños pequeños en casa, ya que el hecho de ser de carácter temporal ayudará tanto a sus hijos como al niño acogido a crear un vínculo de familia y amistad que solamente los niños saben conseguir. Puede que los padres de acogida no tengan hijos, pero que ya no sean tan jóvenes, mientras puedan cuidar adecuadamente de un niño y proporcionarles un bonito hogar temporalmente será suficiente para que todos se sientan a gusto y felices durante ese corto período de tiempo.
Si estáis interesados en adoptar o ser padres de acogida de menores deberéis tener presente cuál es la ley de vuestro país en este caso para que podáis saber cuál es la opción más adecuada para vosotros y cómo podéis hacer felices a todos aquellos niños que necesitan el apoyo y el amor de una familia, ya bien sea por una temporada o para toda la vida.