El bullying en el colegio o en el instituto es algo en lo que los padres no podemos estar todo lo presentes que quisiéramos, y tenemos que intentar ayudar a nuestros hijos sin afrontar nosotros directamente el problema salvo que llegue a ser un caso grave de acoso escolar.
El bullying es el acoso escolar y maltrato que puede darse en el ámbito escolar, y tenemos que tener en cuenta que existen dos formas de maltrato, físico y psicológico. Estamos acostumbrados a preocuparnos por nuestros niños cuando se ven envueltos en una pelea en el colegio o llega a casa con algún golpe de sus compañeros, pero en realidad, a menudo se da exclusivamente el bullying psicológico, que al final es más difícil de detectar y mucho más grave de cara al futuro de tu hijo. El físico suele ir acompañado de psicológico, pero el segundo puede ir solo.
Bullying físico
El más común y más detectable cuando está sucediendo ya que es probable que se puedan ver marcas y heridas, además de un comportamiento inusual en nuestros hijos, ya que en algunos casos prefieren esconder estas marcas por miedo a nuevas agresiones si les cuentan lo sucedido a sus padres. Se da entre chicos y también entre chicas, donde se intenta someter a los demás compañeros por medio de la fuerza, puede ser desde un empujón hasta una pelea entre varios agresores a una sola víctima, a menudo viene agravado por el robo o destrucción de alguna pertenencia de la victima que desencadena el uso de la fuerza del agresor.
Bullying psicológico
En este caso es difícil detectarlo para los padres hasta que llega a una gravedad alta y es notable en la conducta de nuestro niños, aunque es común ver cómo cambian su comportamiento poco a poco. En este caso el agresor o agresores utilizan las amenazas y miedo para subyugar a la víctima, intimidándola en el ámbito del acoso escolar y a menudo manipularla para los bienes y disfrute de los agresores.
Con este miedo, la autoestima de la víctima se va dañando y sufre temor por las amenazas. Como este acoso no se ve de forma material, es más difícil que los profesores o padres lo detecten, ya que se suele realizar de espaldas a cualquiera que pueda advertirlo.
Normalmente este tipo de acoso se ve reforzado constantemente con amenazas e incrementan la fuerza del maltrato creando indefensión y vulnerabilidad en la víctima. En estas ocasiones es importante detectar cuanto antes el bullying para poder ayudar a nuestro hijo, ya que si este acoso se ve perpetuado puede afectar de muchas maneras negativas al crecimiento personal, con actitudes pasivas, bajo rendimiento escolar, ansiedad, problemas en las relaciones sociales, manifestaciones de ira, baja autoestima o trastornos emocionales, como la depresión.
Diferentes tipos de bullying psicológico
Dentro del bullying psicológico podemos encontrar varias formas que podemos llamar bullying verbal, social, sexual, y con las nuevas tecnologías ha nacido el ciber-bullying.
El bullying verbal se corresponde con una parte muy indirecta de acoso, en la que se pretende discriminar a la victima creando rumores, con bromas insultantes, intentando crear una exclusión social por parte de los demás compañeros. Este tipo se suele ver en la adolescencia y más a menudo por parte del género femenino.
El de tipo social es el acoso que viene dado por el momento en que los adolescentes empiezan a romper con el entorno familiar y a formarse como individuos en grupos sociales, necesitando espacio para explorar y reconocerse. Este es el momento en el que los agresores aprovechan para generar rechazo por los compañeros, no dejar participar en las actividades, tratar como un objeto o hacer el vacío al acosado.
El bulliyng sexual se relaciona con el abuso sexual en el ámbito del acoso escolar, así como la ridiculización de partes intimas del acosado, y también la mofa o escarnio por la orientación sexual. La recomendación para los padres es que tomen este tema con suma delicadeza con los niños, ya que suele suceder en la adolescencia, cuando es difícil que los hijos sean abiertos con sus padres sobre las nuevas cosas que les suceden. Este tipo de bullying puede dejar graves secuelas en el futuro y puede no permitir un buen desarrollo saludable de la vida sexual, por tanto es importante tratarlo y no bloquear el bullyng haciendo como si no hubiera existido.
El ciber-bullyng es originario de las nuevas tecnologías y la adopción de ellas por parte de los más niños. No es fácil controlar por donde se mueven nuestros hijos por internet ya que es muy fácil acceder a todo tipo de sitios y desde diversos dispositivos, desde ordenadores, móviles, tablets...
Con el aumento de las redes sociales, chats y el envío de archivos entre personas del mismo colegio, nacen los abusones detrás de la pantalla, es posible que se presenten primero amigables y amables pero al final busquen hacer algún daño, la edad aquí no es fija, ya que tras una pantalla nadie sabe exactamente con quien se relaciona. Es posible que desde una figura que comparte muchas cosas con la víctima, obtenga información con la que después amenazar, coaccionar y obtener lo que quiera el agresor, fotos de la víctima, humillación social o dinero son cosas que puede buscar obtener a través del ciber-bullying.
Aunque queramos dejar libertad a nuestros hijos, que no se sientan obligados por una supervisión constante de los padres, debemos controlar los sitios web por los que navegan, una forma de controlar esto durante las edades en las que los hijos pueden ser sensibles a intimidaciones y extorsión es ubicar el ordenador u ordenadores en zonas en las que suele haber más de un miembro de la familia, como por ejemplo en el salón, donde no haga falta revisar delante de ellos por donde navegan, pero indirectamente tengan cuidado con quien hablan mientras la familia está cerca de ellos.
Desde hace unos años nuestros hijos tienen acceso a otros dispositivos que también se conectan a internet y que empiezan a utilizar desde bien jóvenes, los teléfonos móviles y las tablets, dentro de estos dispositivos tendremos control paternal que podemos configurar y si no lo tuviera siempre existen aplicaciones descargables que nos permiten introducir esta característica para poder controlar a donde se accede, a donde no se puede acceder, si se pueden enviar archivos y recibirlos... una gran cantidad de opciones para regular la privacidad y el acceso que queremos para nuestra familia.
Todos estos tipos de bullying pueden afectar a tus hijos creando problemas emocionales que pueden causar secuelas en el futuro y no permitiendo una plena vida social, así que debemos siempre preocuparnos por encontrar este tipo de situaciones rápidamente.