No debería ocurrir, porque la infancia es la parte más bonita de la vida... o al menos así debería ser. D esagraciadamente son muchos niños que ya sea por condición genética o causas ambientales, tienen depresión. La depresión no solo afecta a los adultos, también afecta a millones de niños y adolescentes. Se les diagnostican trastornos depresivos cada año, como un trastorno depresivo persistente o un desorden de alteración del humor.
Algunos de los síntomas que acompañan a la depresión infantil incluyen irritabilidad, aislamiento social y apatía. Los niños con depresión también pueden tener dificultades para controlar su comportamiento. Además pueden necesitar un enfoque ligeramente diferente en la disciplina. Quizá si tu hijo tiene depresión te da pena disciplinarle por si lo pasa peor, pero en realidad si tu disciplina se vuelve permisiva los resultados pueden ser mucho más catastróficos.
Trabaja con los profesionales que tratan a tu hijo
Si tu hijo tiene depresión es más que probable que acuda a la consulta de un profesional de la psicología o la psiquiatría. Si sospechas que puede tener depresión y aún no lo sabes, entonces tendrás que ir al pediatra para que te derive al profesional de salud mental infantil de tu localidad. La depresión es tratable, pero sin una intervención adecuada, puede empeorar. El tratamiento puede incluir terapia, capacitación para padres y/o medicamentos.
Es importante que tengas una actitud activa con la coordinación de estos profesionales. Debes informarte primero sobre las estrategias específicas que debes usar para abordar los problemas de conducta como el incumplimiento o la falta de respeto.
Reglas saludables en casa
Aunque tenga depresión necesitará unas reglas y normas para cumplir y las consecuencias acordes en caso de incumplirlas. Infórmate sobre las estrategias específicas que debes usar para abordar problemas de conducta como el incumplimiento. Todos los niños necesitan reglas, pero los niños con depresión a veces requieren reglas específicas que respalden un estilo de vida saludable. Un niño deprimido puede querer quedarse despierto hasta tarde y dormir todo el día, o puede querer pasar todo su tiempo jugando a videojuegos con el móvil porque le falta la energía para jugar afuera.
Establece límites de electrónica y no permitas que duerma durante todo el día. También es posible que necesites creas reglas sobre higiene personal ya que los niños con depresión a veces no quieren ducharse o cambiarse la ropa. Mantén simples las reglas de tu hogar pero enfatiza la importancia de mantearse saludable.
El día debe estar estructurado
Los niños con depresión a menudo no quiere realizar actividades aunque sean necesarias. Por ejemplo, un niño puede sentarse en su habitación todo el día, o puede posponer la realización de sus tareas el mayor tiempo posible. Para combatir esto tendrás que crear un horario simple que le proporcione una estructura en el día. Reserva tiempo para las tareas de la escuela, las tareas domésticas y otras responsabilidades que deba hacer. Permite también un tiempo limitado para cosas que le gusten como el tiempo con dispositivos electrónicos, siempre y cuando haya acabado las tareas.
Los niños con depresión suelen tener problemas de sueño por lo que también es muy importante establecer rutinas de sueño para que tenga rutinas saludables para ir a la cama cada noche a descansar.
Utiliza la disciplina positiva
La disciplina positiva es más efectiva para los niños con depresión. Busca oportunidades para elogiar a tu hijo al decir cosas como: " Hiciste un gran trabajo limpiando tu habitación hoy" o "Gracias por ayudarme a limpiar después de la cena". Los elogios alentarán a tu hijo a continuar con una buena actitud.
En lugar de centrarte en la retirada de privilegios si rompe las normas o si tiene una mala conducta puedes centrarte en las consecuencias positivas o en generar recompensas por su buen comportamiento. Una tabla de comportamiento o un sistema de economía de fichas es una buena estrategia para motivar a los niños con depresión. En ocasiones también necesitarán consecuencias negativas pero deberás elegirlas cuidadosamente. Por ejemplo quitarle la capacidad de socializar no es una buena idea y podría empeorar la depresión. El tiempo de espera es una de las estrategias más efectivas para los niños con depresión.