Muchos padres de niños pequeños se sienten indefensos cuando sus pequeños paquetes de alegría tienen una rabieta por algo en concreto. No saben qué hacer y en ocasiones pierden los nervios. Cuando los niños son pequeños aún no tienen la razón suficiente como para entender las cosas que les explicas o como para intentar razonar con ellos. Pero existe una estrategia de disciplina efectiva que te vendrá muy bien mientras tus hijos son pequeños: la distracción.
La distracción es una forma de disciplina para los niños pequeños que está estrechamente relacionado con la redirección. Esto implica disciplinar a los niños pequeños utilizando la distracción de una actividad a otra, algo que les sirve como "escape" emocional y les permite calmarse en un momento de tensión emocional como es por ejemplo, una rabieta.
Esta estrategia también implica disciplinar a los niños al elegir actividades que no están relacionadas con el comportamiento que exhiben y que son inadecuados. Ambos métodos son adecuados para niños pequeños, pero los padres deben elegir usarlos en diferentes momentos o para lograr diferentes propósitos.
Ejemplos
- Imagina que tu hijo intenta meterse debajo de la mesa y hay un brasero con el que podría hacerse daño, por lo que debes detener lo que está haciendo de forma inmediata y encontrar una actividad segura para que, no se haga daño. Una actividad alternativa puede ser mirar un libro o jugar con plastilina en una silla alta. A medida que el pequeño realiza esa actividad, puedes vigilarle mejor para que no se meta debajo de la mesa. Incluso podéis iros a otra estancia para que esté lejos del peligro del brasero.
- Otro ejemplo podría ser: imagina que estás en la sala de estar y quedan pocos minutos para que llegue visita a casa. Tu hijo entra a la sala de estar y comienza a tirar todos sus juguetes por medio. En lugar de reñirle (que no entenderá por qué te enfadas), es mejor entrar en el juego con él y jugar a recogerlo todo antes de que vengan los abuelos a casa, por ejemplo. También puedes decirle que salga de la estancia mientras acabas de arreglar la sala de estar y en cuanto acabes te vas a jugar con él a su habitación.
Distracción vs Redirección
El objetivo no es reemplazar la conducta inapropiada con la conducta apropiada con la redirección. En realidad, es mejor alejar de la mente y al energía de tu hijo la actividad inapropiada. Podrías decirle que detenga el comportamiento no deseado, pero muchas veces con niños pequeños, esto no es suficiente. Decirle "no" puede hacer que exista una cierta batalla de voluntades, más actitud desafiante o una rabieta más fuerte al no entender por qué le expresas ese tipo de negativa (por su inmadurez natural).
Cuando quieres que tu hijo sepa y aprenda que existen ciertos comportamientos que son totalmente inaceptables como pegar o morder, la distracción no es la mejor forma de disciplinar. En este caso, será la redirección lo mejor que puedes utilizar. Para aquellos momentos en que solo desea que un comportamiento se detenga o no tenga el tiempo o la energía para enfrentar una crisis, la distracción es una forma rápida de manejar la situación. La redirección en cambio es redirigir la conducta hacia la conducta correcta.
No existe un método 100% efectivo
Como en la mayoría de situaciones de crianza, no existe un método único de disciplina para los niños pequeños, puesto que son muy diferentes unos de otros. Cuantas más herramientas de disciplina tengas a tu disposición, mejor. Los padres pueden descubrir que cuanto más confían en un solo método, menos efectivo se vuelve.
Cuando usas la distracción, presta mucha atención a la reacción de tu hijo. Tendrás que ser lo más consistente posible, pero también tienes que ser flexible si encuentras que la distracción ya no funciona y optar por otras estrategias de disciplina para niños pequeños.