La curiosidad de los niños y su capacidad para aprender a velocidad de vértigo son motivos clave para explicar su interés por las nuevas tecnologías, y el dominio total de estos avances, a edades cada vez más tempranas. Los padres se encuentran con la difícil decisión de darle o no al pequeño un teléfono móvil, y es importante tener en cuenta las ventajas e inconvenientes para averiguar si es el momento adecuado para que puedan llevar en la mochila y al parque este aparato de llamadas, SMS, cámara y todos los demás servicios incorporados.
La recomendación es entre los 11 y los 13 años
Alrededor de los 13 años
A pesar de que no exista una edad fija para utilizar por primera vez un móvil propio, sí contamos con una orientación aproximada. Una pediatra de Seattle (Washington, EE UU), Wendy Sue Swanson, sugiere que el momento más indicado es entre los 11 y 13 años, si bien los datos obtenidos por una encuesta realizada en 2009 indican que la mayoría de los niños obtuvo su primer móvil a los 13 años.
Por qué es bueno que tengan un móvil
Tenemos que recordar que la ventaja número uno para que un niño tenga un móvil, es que podemos localizarle en cualquier momento que deseemos, sobre todo si surge una emergencia.
Además de esta razón, un niño aprende a tomar sus propias decisiones y a responsabilizarse por sus actos cuando tiene en su posesión un teléfono que utilizará a su manera, pero sabiendo cuáles son las conductas correctas e incorrectas en relación con el uso del móvil. Cuando confiamos en nuestro hijo regalándole un móvil, estamos demostrándole que le vemos suficientemente maduro e independiente como para utilizarlo, pero él deberá también demostrar que no nos hemos equivocado, y que sí puede ser responsable a la hora de realizar sus llamadas.
La madurez del niño, un factor indispensable
Por supuesto, un niño nos puede demostrar que es suficientemente maduro para utilizar su móvil, si nos llama cada vez que va a llegar a casa un poco tarde, y si contesta al teléfono cuando le llamamos.
El móvil no es un juguete
Es importante que un padre fomente el uso adecuado del móvil, explicándole que sólo es bueno utilizarlo cuando es necesario, sin que el teléfono reste el tiempo que el niño normalmente emplearía en salir a jugar al parque con sus amigos o en cumplir con sus obligaciones escolares o en casa.
También podemos aprovechar los 'controles parentales' disponibles en el móvil de nuestro hijo, para vigilar que esté haciendo un buen uso de este aparato. A pesar de que las redes sociales no estén directamente relacionadas con el uso de un móvil, en el caso de que permitamos a nuestro hijo acceder a sus cuentas personales con el teléfono móvil, no podemos olvidar que es nuestra responsabilidad controlar que nuestros hijos no difundan informaciones o datos confidenciales a través de estas páginas. También es necesario vigilar que sus redes sociales sean privadas para que, de esta manera, sólo las personas agregadas a sus cuentas puedan acceder a su información.
No olvidemos tampoco que es imprescindible controlar qué aplicaciones está utilizando el niño con su teléfono móvil, para que de esta manera podamos impedir el uso de aplicaciones no recomendadas para su edad, o incluso aplicaciones que registren dónde se encuentran en cada momento, pues hay aplicaciones que difunden la localización del usuario.