Desgraciadamente, vivimos en una sociedad donde no hay igualdad de género. Aunque en las últimas décadas ha habido grandes avances en la educación, lo cierto es que no tantos como podría esperarse. Los valores socioculturales se transmiten principalmente a través de la familia y de generación en generación, y desde que los niños nacen, están absorbiendo información del medio sobre como "tienen que comportarse" los hombres y las mujeres. Los padres son los primeros responsables en erradicar o perpetuar estos roles de género que la sociedad nos ha impuesto, tenemos que darles una buena educación en igualdad.
¿Y qué son los roles de género? Son el conjunto de comportamientos y conductas que se ven por una sociedad como adecuadas para un género determinado, de manera que la educación recibida se amolda a esos patrones.
Por desgracia, las mujeres también contribuyen a este machismo sutil sin darse cuenta. Aceptando comentarios o comportamientos (sutiles o no) de otras personas. Por ejemplo, si al comentario de arriba se contesta con un "Ah, gracias" estaremos perpetuando estos valores. Si la mujer contesta algo irónico "¿ponerla dónde?" ya rompemos con la idea de que las tareas domésticas son cosa de mujeres. Vamos a ser realistas, estos valores son difíciles de cambiar cuando la persona ya es relativamente mayor pero sí puede cuidarse de transmitírselo a sus hijos.
Para darles una buena educación basada en la igualdad, debemos seguir los siguientes consejos:
Educar en base al respeto
A hombres, mujeres, animales, plantas... Respeto por todos los seres vivos. No hay ningún ser vivo superior a otro, tenemos diferencias, sí, pero eso no nos hace ni mejores ni peores respecto a otros. Empieza por utilizar un lenguaje correcto y cuidado. No solo hacia ellos si no también hacia los demás en tu día a día.
Evita las comparaciones
Ya sean con otros miembros de la familia o con amigos y mucho menos si son del mismo género porque estás potenciando el pensamiento de "que es y que no es lo que se espera de mi".
Elógiale por todo lo que se le da bien
No lo hagas solo por aquellas cosas que a ti te gusta que se le den bien. Vamos a ser realistas, no hay muchos padres que feliciten a sus hijos varones por cocinar un bizcocho dulce pero la mayoría sí los felicitan por hacer un buen regate al adversario.
Respeta sus gustos y anímale a experimentar diferentes hobbies
He conocido algún que otro caso donde el progenitor estaba enormemente preocupado por su hijo por el mero hecho de preferir jugar con muñecas que con su scalextric nuevo (que se lo había comprado la semana anterior porque descubrió a su hijo jugando a las cocinitas con su hermana y con una amiga del colegio). Pregúntale qué le gusta, no le cierres puertas, enséñale todas las opciones existentes.
Desgraciadamente hay mujeres a las que no les importaría apuntar a sus hijas a gimnasia rítmica, baloncesto e incluso fútbol, pero sienten reticencia a otros deportes como por ejemplo, el rugby. Párate a pensar en los verdaderos motivos que hay detrás. ¿De verdad tu única preocupación es la seguridad del niño o hay algo más?
Las tareas de la casa son cosa de todos
Es un clásico y todo el mundo lo defiende, pero a la hora de la verdad no se aplica y es difícil de llevarlo a cabo. En las personas mayores es complicado controlarlo y suelen ser más laxos con los varones a la hora de encargarse de las responsabilidades domésticas. De las tareas nos encargamos todos y se tienen que rotar. Podemos explicar al niño que si papá es el que se encarga de arreglar un mueble no es porque sea cosa del hombre de la casa si no porque tiene más tiempo libre en estos momentos o tiene más experiencia en esas cosas pero no porque su mujer no sepa.
Cuidado con las influencias fuera de casa
Puedes esforzarte mucho para que tus hijos crezcan en un ambiente de cooperación común dentro de la casa y estropearse todo en un fin de semana que pasen con los abuelos por ejemplo. Comentarios como "Fulanita ayúdame a poner la mesa", "tienes que comer más para crecer fuerte como un hombre", "no seas nenaza...". Está claro que como padres no podemos controlar todos los factores que rodean a los niños pero tenemos que tener en cuenta que nosotros siempre seremos los más influyentes y hará más un comentario nuestro bien razonado que 50 externos injustificados.
Lo mismo puede ocurrir en la escuela con algunos profesores, que a veces sin querer pueden transmitir mensajes pseudomachistas sin mala intención. Si conoces a personas de este estilo que puedan estar afectando a la manera de pensar del pequeño habla con ambos. Primero con esa persona explicándole tus motivos por los que quieres que cambie la forma de relacionarse y hablar delante del niño. Y segundo, con el niño para que no se tome en serio esos comentarios, que da igual si somos hombre o mujer, todos somos iguales. Podemos comportarnos como querramos siempre y cuando respetemos a los demás y a nosotros mismos.
Ten el cuenta el poder de la televisión
Incluso en horario infantil la violencia tanto física como verbal a la que se ponen los niños todos los días es muy alta. Películas que no parecen entrañar ningún riesgo pueden dar mensajes equivocados sobre los roles de género (aunque lógicamente no sea esta su intención). Algunos ejemplos son: 'La Cenicienta', 'La Bella Durmiente', 'Blancanieves'... Para evitar esto podemos v er esas películas o leer los cuentos con ellos e ir explicándoles las actitudes sexistas que aparecen. Al fin y al cabo aquellos eran otros tiempos y ahora ya no debemos pensar de la misma manera. Después podemos preguntarle a los niños que como terminarían ellos la historia o que podrían haber hecho las protagonistas. No le prives de la magia de los cuentos infantiles pero déjale claro que ya no se piensa así.
Los expertos saben la gran influencia que se ejerce sobre los niños, por eso en los últimos años se están poniendo de moda princesas más independientes y autónomas, como Elsa de 'Frozen' y Mérida de 'Brave (Indomable)'.