En la actualidad existen una gran cantidad de embarazos que no suelen ir a buen puerto, son abortos naturales que suceden más de lo que se puede imaginar. Suelen ser mucho más comunes de lo que las parejas se imaginan y no es por nada que la madre pueda hacer mal. Un embarazo molar o mola hidatiforma, consiste en el resultado de una fecundación defectuosa que impide la formación del feto y el desarrollo posterior de un bebé.
¿Qué es el embarazo molar?
Se trata de una fecundación defectuosa que impide el desarrollo y la formación del feto. Existen dos tipos de mola hidatiforma. Un embarazo molar de riesgo (embarazo peligroso), que lo constituye un óvulo fecundado que no posee información genética. El espermatozoide inicia la división celular y la placenta llega a formarse, pero no existe un feto dentro de ella. Por otro lado, existe el embarazo molar parcial. Se da cuando dos espermatozoides fertilizan el mismo óvulo, la masa que se forma dentro de la placenta puede contener una mola y el inicio de un feto, pero con defectos severos para el desarrollo del futuro bebé. Finalmente suele ser absorbido por la mola.
Existen dos tipos de embarazo molar: de riesgo y parcial
Una hiperémesis gravídica o nauseas intensas, sangrado vaginal, útero grande o pequeño para la edad gestacional, que no se detecte movimientos del feto, ni latido del corazón del bebé durante las pruebas de ultrasonido, síntomas tempranos de preclampsia; como puede ser hipertensión arterial e hinchazón en las extremidades inferiores, incomodidad en el área pélvica, niveles de HCG muy elevados para la edad gestacional o expulsión de tejido que se ve como pelotitas, parecido a un racimo de uvas.
Peligros del embarazo molar
La mola hidatiforma no deja de ser un embarazo peligroso. En algunas ocasiones se puede presentar problemas pulmonares después de la dilatación y posterior extirpación de la mola, todo esto si el útero de la mujer es mayor al tamaño estimado a las 16 semanas de gestación.
Existen complicaciones como puede ser la preeclampsia, problemas de tiroides o, incluso en ocasiones, embarazos molares que continúan o en los que vuelve a aparecer la placenta. En lo que se refiere a los efectos secundarios de la cirugía, pueden surgir sangrados vaginales excesivos o efectos posteriores debido a la anestesia.
Los embarazos molares no suelen ser cancerosos y se forman normalmente en el útero. Este tipo de embarazo peligroso en circunstancias muy extremas puede crear un tumor más agresivo asociado a ellos, también conocido como "corioadenoma destruens". Se trata de una mola invasiva que está formada por vellosidades, las cuales pueden crecer dentro o a través de la capa muscular de la pared del útero. Puede producir una hemorragia si perforan el útero debido a su tamaño.
Tratamiento del embarazo molar
Llegados a este punto, una vez diagnosticados los síntomas de este tipo de embarazo, todos los tejidos de la mola deben ser removidos o podrían convertirse en una masa cancerígena; al fin al cabo como hemos dicho anteriormente podría considerarse un embarazo peligroso llegado a este punto.
El procedimiento más común que debe hacerse para extraerlo suele ser un legrado, que puede hacerse por succión o aspirado. En casos extremos la embarazada suele pedir que se le practique una histerectomía para evitar volver a tener un embarazo.
Se debe esperar un año para volver a intentar quedarse embarazada
Se considera que la persona que lo sufre, debe esperar un año antes de volver a intentar quedarse embarazada nuevamente, ya que después de un embarazo molar solo se tiene un 1% de posibilidades de tener una segunda mola, pero después de dos embarazos de estas características el riesgo a tener un tercero aumenta a un 32%.
Consejos y prevención de un embarazo molar
Todavía, a día de hoy, no se conoce a ciencia cierta por qué se da este tipo de embarazo peligroso, pero sí se han identificado algunos factores de riesgo que suelen influir en sus apariciones.
Si la mujer embarazada tiene antecedentes, es decir, si ya se ha tenido algún embarazo molar, existen más posibilidades de que se repita. También en mujeres que han sufrido numerosos abortos. La falta de caroteno en la dieta, que se trata de una forma de Vitamina A, también puede aumentar el porcentaje de que se produzca, o una dieta baja en proteínas y grasa animal.
Otro factor de riesgo suele ser la ovulación estimulada, esto se produce cuando se toman tratamientos de fertilidad. Así, la mejor forma de prevenir complicaciones por una mola invasiva o un coriocarcinoma es recibir los cuidados prenatales de rutina por parte de un profesional de la salud calificado, que hará que los síntomas puedan ser identificados lo antes posible.
Así mismo, siempre que se esté embarazada, hay que asegurarse de recibir el cuidado prenatal apropiado tan pronto como se entre al primer trimestre de gestación, además de los controles regulares que deben realizarse habitualmente para controlar el buen desarrollo del bebé. Se debe informar al médico de cabecera sobre cualquier hemorragia, vómito excesivo o dolor abdominal durante el embarazo que puedan considerarse síntomas relacionados con la formación de una mola hidatiforma. Si una hemorragia vaginal se prolonga después del parto, de un aborto o de un aborto espontaneo; se debe informar al médico para efectuar de inmediato una revisión.
No hay que decir, que la mayoría de las mujeres suelen tener un embarazo sano y normal, con el nacimiento de un bebé totalmente sano, después de sufrir o tratar un embarazo molar.