La encopresis se encuentra dentro de los llamados trastornos de la eliminación y es la incontinencia de las heces en lugares inadecuados, normalmente encima de la ropa. Puede ser o no involuntaria y afecta principalmente a niños entre 4 y 10 años. A partir de esa edad solo encontramos un 0.8% de niños que siguen manteniendo el problema. Es más común en varones que en mujeres, a partir de los 4 años hay el doble de hombres con encopresis que mujeres. Además, la encopresis diurna es más común que la nocturna.
La encopresis se ha clasificado en varios tipos:
- Según el origen del problema hay que distinguir entre encopresis orgánica y funcional : la orgánica es aquella en la que el niño no puede evitar ensuciarse por un problema físico como pueden ser las fisuras anorrectales, anomalías neurológicas que inhiben los reflejos de defecación en las paredes del intestino, los trastornos endocrinos (como la diabetes, hipotiroidismo, acidosis renal...) y algunos fármacos como el metilfenidato, imipramina, analgésicos, etc. Por otro lado, la funcional hace referencia a aquella en la que no se han identificado unas causas orgánicas, si no que existen otras alteraciones distintas.
- Según el momento en el que apareció, será primaria si el niño nunca consiguió controlar adecuadamente sus heces (al menos durante un año seguido) o secundaria si pudo controlarlas y después, repentinamente perdió ese control. En este sentido los nuevos episodios de encopresis suelen seguir a un episodio estresante que el niños esté viviendo, como el nacimiento de un nuevo hermanito, estrés social, problemas emocionales, etc.
- Según sus características fisiopatológicas. Puede ser retentiva si aparece estreñimiento y rebosamiento. O también no retentiva en los casos en los que no hay estreñimiento pero el niño no controla la expulsión.
Signos y síntomas de encopresis
Siguiendo el DSM-IV-TR (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría) los principales síntomas son:
- El niño no puede aguantar las heces hasta llegar al baño por lo que acaba defecando en lugares inapropiados o ensuciándose la ropa.
- Los episodios tienen una frecuencia de uno al mes durante 3 meses seguidos.
- El niño debe de tener al menos 4 años o un nivel de desarrollo similar.
- Los episodios no se deben a toma de ninguna otra sustancia o fármaco o algún trastorno de carácter médico menos en el caso del estreñimiento.
¿Cómo viven los niños este trastorno?
Por otro lado, los niños con frecuentes episodios de encopresis suelen tener una baja autoestima y sufrir ansiedad. Es debido a que es un trastorno autolimitante para quien lo sufre, por lo que se sentirá ridiculizado, hasta el punto de que algunos niños esconden las evacuaciones o intentan limpiar su ropa para disimular el episodio. Además la familia vive con gran tensión la encopresis del niño, sobre todo la diurna.
Un estudio hecho por los investigadores Lamb y Homer en 1993 demostró que el 83% de los niños encopréticos eran vistos como unos vagos, descuidados y desobedientes. Lógicamente estas percepciones tienen un gran impacto emocional para los niños porque se les está culpando por algo que no pueden controlar. Las consecuencias son sentimientos de humillación y ridículo, mayor ansiedad por parte del pequeño, conductas infantiles, etc. El perfil de niño que solía sufrirlo se identificaba como niños con baja tolerancia a la frustración, tendencia a responder agresivamente ante diferentes situaciones, falta de asertividad y sobre todo, muy dependientes de los padres para la edad que tenían.
Concretando, los padres de estos niños suelen ser estrictos a la vez que sobreprotectores, ansiosos y terriblemente preocupados por sus hijos.
Tratamiento para la encopresis
Como no hay una causa única, si no que es debido a una combinación de distintos factores de carácter físico y psicológico, la encopresis tiene un tratamiento donde se trabajan con distintos enfoques, dependiendo del tipo de encopresis que se tenga.
1. Tratamiento orgánico:
En estos casos el diagnóstico suele darlo el médico de cabecera y la encopresis es resultado de un posible estreñimiento crónico en el niño. Por eso, los principales tratamientos médicos consisten en:
- Uso de enemas y laxantes para limpiar el colon y evitar la encopresis por retención y rebosamiento.
- Una dieta rica en fibra y líquido para mantener las heces blandas. También se le deben de enseñar hábitos de eliminación, como ir al baño después de desayunar, no intentar retener las heces, etc
- Visitar a un gastroenterólogo pediátrico para que pueda asesoraros mejor.
- Ver a un psicólogo con el fin de que ayude al niño a mejorar su autoestima.
2. Tratamiento psicológico
Cuando nos hemos asegurado de que la encopresis no es debida a estreñimiento ni ninguna otra causa orgánica es recomendable acudir a un psicólogo para que os diseñe e implemente un programa específico para la encopresis. Tanto la enuresis (micción involuntaria) como la encopresis no son trastornos difíciles de tratar si se siguen las pautas adecuadas, sin embargo, si los padres intentan solucionar los episodios por su cuenta leyendo consejos por internet o comprando aparatos de alarma ante la micción, lo único que conseguirán seguramente es empeorar el problema.
En concreto, los aparatos de alarma funcionan muy bien porque ayudan a asociar las señales del cuerpo con el reflejo del control de esfínteres, pero se tienen que seguir unas indicaciones y rutinas estrictas que no te dicen al comprarlo, por eso la solución más rápida es un psicólogo que esté familiarizado con este tipo de problemas y os diseñe un programa individualizado para la familia.
Dentro del tratamiento psicológico se suele incluir:
- Práctica positiva : el niño tiene que practicar la conducta correcta de eliminación. Después de comer, el niño debe permanecer sentado en su habitación 5-10 minutos. Después debe repetirlo en el váter. Se debe de hacer después de cada comida.
- Entrenamiento en limpieza : después de un episodio de encopresis el niño debe de responsabilizarse con las consecuencias y limpiar lo que ha manchado: meter la ropa en la lavadora, lavarse, cambiarse después...
- Reforzamiento : Cada vez que defeque adecuadamente hay que valorárselo y reforzárselo con cariño, diciendo lo orgullosos que estamos de él. Aquí se puede incluir un programa de puntos, de manera que cuando consiga un determinado número de ellos pueda optar a pequeños premios. No tienen por qué ser materiales, se puede premiar con tiempo vuestros, actividades o "privilegios" en casa.
Como resumen, ante un caso de encopresis, lo mejor es que identifiques primero el origen del problema, ¿es orgánico o es de tipo funcional (psicológico)? eso te lo puede decir el médico tras hacerle las pruebas adecuadas. Si es de tipo orgánico seguir un tratamiento a base de fibra y buenos hábitos puede ser suficiente. Sin embargo, si es de tipo psicológico es muy recomendable acudir a un psicólogo para cortar el problema de raíz y en la menor brevedad posible.