En ocasiones, parece que los sentimientos son un tema tabú en muchas familias, sobre todo cuando se tratan de los sentimientos más incómodos. Pero en realidad, todos los sentimientos y emociones son necesarias en la vida, porque nos enseñan a entender cómo estamos, cómo nos sentimos y si debemos hacer algo (o no) para estar mejor.
Los sentimientos son complicados, especialmente para un niño de 4 años que no entiende por qué no le dejas comer otra galleta cuando tiene ganas de hacerlo. En realidad, es complicado enseñar a los niños pequeños sobre los sentimientos porque son conceptos bastante abstractos.
Es importante hablar con los niños pequeños sobre los sentimientos y las emociones. Educar a los niños acerca de los sentimientos podrá prevenir muchos problemas de conducta como las rabietas, la agresión o las conductas rebeldes o desafiantes. Un niño que es capaz de verbalizar que está enfadado, será menos propenso a pegar por tener ese sentimiento . Si un niño es capaz de decir: 'esto me molesta', será más fácil que aprenda a resolver los conflictos de forma pacífica.
Por todo esto es necesario enseñar a los niños a entender sus emociones y sentimientos, y así se convertirá en una persona emocionalmente fuerte. Comprender los sentimientos es el primer paso para aprender a manejarlos de manera saludable.
Las palabras de los sentimientos
Los niños pequeños deben aprender sobre sentimientos básicos como la felicidad, el enfado, la tristeza y el miedo. Los niños mayores también puede aprender otras palabras de sentimientos más complejas como decepción, frustración o nerviosismo.
Una buena forma para que los niños aprendan sobre los sentimientos es hablar sobre cómo se sienten los personajes de los libros que leen o de los programas de televisión que suelen ver. Puedes preguntarle cómo cree que se siente ese personaje en un momento determinado de la historia, y después se puede hablar sobre los diferentes sentimientos que ja ido experimentando el personaje y cuáles son las razones de ello.
También es necesario enseñar empatía a los niños. Los niños pequeños piensan que el mundo solo gira en torno a ellos, por lo que puede ser una experiencia reveladora para que aprendan que otras personas también tienen sentimientos. Si tu hijo sabe que pegar a otro niño le puede enfadar o poner triste, es menos probable que lo haga.
Crear oportunidades para hablar sobre sentimientos
Muestra a los niños cómo usar las palabras que sienten en su vocabulario diario. Modela cómo expresar sentimientos creando oportunidades para compartir sus sentimientos. Puedes decir cosas como: "Me entristece que hoy no quieras compartir tus juguetes con tu hermana. Apuesto a que ella también se siente triste".
Todos los días, pregunta a tu hijo: "¿Cómo te sientes hoy?" Con los niños pequeños, usa una tabla simple con caras sonrientes si eso les ayuda a elegir un sentimiento y luego habla sobre ese sentimiento juntos. Hablea sobre los tipos de cosas que influyen en los sentimientos de tu hijo. Si notas que tu hijo está sintiendo una emoción en particular puedes decirle algo como: 'Pareces realmente feliz porque vamos a la heladería'.
Aprender a lidiar con los sentimientos más incómodos
Los niños deben aprender maneras apropiadas de lidiar con las emociones más incómodas. Los niños necesitan aprender que solo porque se sienten enfadados no significan que puedan pegar a otros. En cambio, sí que necesitan aprender habilidades del manejo de la ira para que puedan resolver el conflicto de forma más pacífica. Puedes motivarle para que vaya a jugar a su dormitorio de forma tranquila cuando se haya enfadado. Esto puede ayudarle a calmarse antes de romper una regla y entender para que sirve el tiempo de relajación.
Tu hijo necesita formas saludables de lidiar con los sentimientos tristes. Si tu hijo se siente triste porque un amigo no juega con él, tendrás que hablar para que entienda cómo manejar esos sentimientos. En ocasiones, los niños saben qué hacer cuando se sienten tristes, pero cuando no lo saben, se pueden volver agresivos o tener comportamientos inadecuados para llamar la atención de los demás.