Ahora que el verano se ha instalado en la rutina de muchas familias, disfrutar de unas ansiadas vacaciones en la montaña o en la playa es algo que todo el mundo quiere y necesita. En la mayoría de los casos, olvidarse durante un par de días de las obligaciones y del trabajo supone una liberación pero, todavía así, siempre hay hábitos ante los que uno ha de responder de la misma forma que en el resto del año.
Irse de vacaciones casi siempre implica hacer más turismo, estar menos tiempo en casa y pasarlo más en el campo y en la playa, etc., y, lo quiera uno o no, la rutina para el día a día cambia. Sea cual sea el destino al que vayas, tener un cierto cuidado sobre el entorno e incluso aprovechar los recursos que este te ofrece fuera de las limitaciones de tu hogar es algo de lo que puedes aprender, así como enseñar a tus hijos. Transmitirles a tus pequeños el cuidado por el medio ambiente es una tarea necesaria los 365 días del año, pero de la que puedes sacar más provecho durante las vacaciones. Si quieres enseñar a tus hijos a ser más ecológicos y a respetar el entorno, usa tu ingenio e imaginación, apunta los siguientes trucos y aprovecha para pasar un rato divertido con ellos a la vez que aprendéis cosas juntos.
Crea cuentos para ayudarles a reciclar
En muchas ocasiones uno, como padre, se da cuenta de que enseñarle algo a un niño pequeño no siempre es tan sencillo como puede parecer. A pesar de que los niños todavía no tienen desarrollada su personalidad, por lo que son altamente influenciables, lo cierto es que para inculcarles algo es importante el hecho de insistirles y hacerlo de una manera q ue no les resulte aburrida.
En tus vacaciones con tus hijos, lo más seguro es que generéis más basura de lo habitual y necesitéis buscar contenedores para tirarla. Aprovecha la necesidad de reciclar para convertir la búsqueda del contenedor adecuado en un juego o invéntate alguna historia divertida que le explique a tu hijo todo el proceso del reciclaje. Intenta que el cuento sea reflexivo, que contenga los valores ecológicos más importantes, y también que sea participativo, para que tu pequeño pueda intervenir y así se le haga más entretenido.
Reutilizar envases y no abusar del plástico
Cuando se está de vacaciones, y no solo en verano, muchas personas tienden a gastar el menor tiempo posible haciendo cosas que, en una rutina normal, les ocuparía la mayor parte del día. Prueba de esto es, por ejemplo, optar por comida ya envasada, comprar diferentes útiles de usar y tirar, excederse en la compra de productos plastificados, etc. Si quieres que tus hijos no copien estos hábitos de los adultos y no vean el uso excesivo de plástico y envases como algo que se puede hacer incontroladamente, enséñales a reutilizar los materiales y predica con el ejemplo.
Por poner un ejemplo, cuando vayáis al supermercado, en vez de llegar allí y comprar las bolsas de plástico para llevar toda la compra, enséñale a tus hijos a aprovechar otras bolsas que haya por casa o incluso a usar bolsas de tela que sean resistentes y reutilizables. Si no es totalmente necesario, enséñales a optar por alternativas menos perjudiciales para el medio ambiente, como prescindir de envases plásticos o usar al menos materiales biodegradables. También, otro truco del que puedes echar mano es utilizar todos esos plásticos que ya no sirven en su propósito inicial para hacer manualidades. De esta forma, les estarás enseñando a tus hijos diferentes formas de aprovechar los materiales y aún encima seguro que de una forma súper entretenida y divertida para ellos.
Si tienes un huerto, aprovéchalo
Uno de los lugares favoritos de muchas familias para pasar sus vacaciones durante el verano es el campo. Si en la casa donde os vayáis a alojar, esta cuenta con jardín o con una pequeña huerta, no dudes en usarlo para enseñarle a tus hijos de dónde proceden muchos de los alimentos que consumen y cómo es de importante cuidar la naturaleza para que los humanos sigamos viviendo en ella. Además de todos los valores ecológicos que aprenderán, tus hijos también estarán absorbiendo muchos conocimientos acerca de qué alimentos son los naturales y cuáles los ultra procesados.
Para sacar provecho al huerto que tengáis, no te limites a enseñarle a tu hijo qué fruto da cada árbol o qué producto proporciona según qué planta. Para que tu pequeño se interese realmente en el tema, introdúcelo de lleno y animaros a cultivar juntos algo del que luego podáis recoger los frutos. Haciendo esto, los lazos entre tú y tu hijo se fortalecerán y, además, tu niño aprenderá la importancia de la paciencia, el trabajo y los cuidados que siempre se necesitan si uno espera tener los resultados esperados.
Haz excursiones por el campo
La importancia del contacto con la naturaleza es vital para que tu pequeño aprenda a cuidar su entorno y también a todos los seres vivos que habitan en él. Desde temprana edad, y más si tu pequeño se ha criado en la ciudad, intenta que los paseos por el campo, la playa o la montaña formen parte de su rutina, aunque solo sea una vez por semana. Tu hijo no puede tener apego o amar algo que no conoce así que aprovecha el buen tiempo del verano y los días libres para hacer actividades con él al aire libre, sea en el campo, en la montaña o en la playa.
Si tu pequeño, por sí mismo, es capaz de admirar la naturaleza y ver cómo viven todos los animales en ella, podrá comprender con tu ayuda cómo es de importante que las personas cuiden también el entorno que comparten con demás plantas, árboles y seres vivos. Algo que también puede ayudarte en esta tarea de inculcarle valores medioambientales es llevar a tu pequeño a alguna granja escuela. Estos sitios son perfectos para los niños pues, en estos lugares, los animales no son un espectáculo y forman parte de una labor de enseñanza ideal para los más pequeños. En todas estas actividades, fomenta el interés de tus hijos por el cuidado de los animales y no solo te limites a mostrárselo sino que también prediques con el ejemplo para que estos copien tus hábitos ecológicos.