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8 errores que tenemos que evitar como padres
8 errores que tenemos que evitar como padres

CONSEJOS PATERNIDAD

8 errores que tenemos que evitar como padres

Los padres lo hacemos lo mejor que podemos y sabemos, pero a veces no sabemos que estamos actuando erróneamente.

Nuestro hijo no sabe expresar su enfado si no es llorando, debemos enseñarle a resolver los problemas asertivamenteNuestro hijo no sabe expresar su enfado si no es llorando, debemos enseñarle a resolver los problemas asertivamente

La paternidad es dura. Muchas veces no sabemos si estamos obrando bien con nuestros hijos o dudamos sobre cómo debemos comportarnos en una determinada situación. No hay un manual que nos diga cómo actuar en cada momento pero sí que hay algunas pautas que podemos seguir para facilitarnos la educación de nuestros hijos.

No son la panacea pero pueden ayudar a evitar caer en errores que todo el mundo comete de vez en cuando. Es totalmente normal no ser conscientes del daño que producen porque a veces olvidamos lo frágiles que pueden ser los niños. Lo que para nosotros no tiene importancia, para ellos es un mundo.

A continuación os comentamos algunos errores que podemos evitar fácilmente gracias al consejo y conocimientos aportados desde la psicología infantil:

1. Es imposible mimar demasiado a un bebé

Durante los primeros seis meses de vida los bebés utilizan el lloro como una manera de comunicarse con el mundo. Es la única manera de pedir atención por parte de los demás. Acudir a su llamada le hará ver que no está solo en el mundo. Se sentirá más protegido y cuidado. Es más, hay investigaciones que muestran que los bebes que más atenciones recibieron durante los primeros seis meses de vida son los que empezaron a caminar con mayor rapidez y autonomía.

2. Que algo haya funcionado con el primer hijo no significa que vaya a funcionar con el segundo

No hay dos niños iguales y nosotros tampoco vamos a ser los mismos. Estamos en continuo cambio. La manera que tiene un niño de comportarse está influida por su personalidad, el ambiente en el que se cría, el afecto que recibe por parte de los demás... y sobre todo por la educación recibida en el hogar y en el colegio. Padres de hijos a menudo afirman "¿Por qué se comporta así? Su hermano nunca hizo nada parecido". Los hermanos no son comparables. La situación y el contexto familiar en el que se crían son parecidos pero nunca iguales, por tanto, la influencia sobre el pequeño también será diferente. Algo tan básico como un mal día en el trabajo ya está predisponiéndonos a relacionarnos con los demás de una manera distinta, tal vez más impaciente o agresivamente.

Es un error no atender a nuestro bebé cuando llora porque pensemos que lo haremos dependienteEs un error no atender a nuestro bebé cuando llora porque pensemos que lo haremos dependiente

3. Si quieres que tu hijo se comporte de una determinada manera empieza dando ejemplo

¿Quieres qué tú hijo lea? que te vea a ti leyendo en vez de viendo la televisión. ¿Quieres que sea educado, amable y respetuoso con los demás? Empieza analizándote a ti mismo. ¿Te comportas delante de él así? ¿Das buen ejemplo a tú hijo? Los niños son esponjas. Tus miedos, el cómo te enfrentas a las cosas, las preocupaciones que tienes... Los hábitos, costumbres y valores normalmente los aprenden en la infancia por imitación a sus seres queridos, las personas más cercanas a ellos.

4. Evita las mentiras

Aunque muchas veces se haga con el fin de evitarles sufrimiento tenemos que evitar las mentiras. Lo único que conseguiremos es ganarnos su desconfianza si llegan a descubrirla. Lo ideal es darles una explicación ajustada a su entendimiento. Tampoco se trata por ejemplo, de dar una explicación completa de lo que es la muerte. Lo importante es aclararle las dudas más básicas y que sigan confiando en nosotros. Si les mentimos solo conseguiremos que se sientan engañados.

5. No debemos castigar al niño por enfadarse

Si un niño tiene una rabieta o se enfada no podemos castigarle por ello. Como los niños no tienen las capacidades cognitivas totalmente desarrolladas (como los adultos) la única manera que tienen de expresar su enfado es mediante el lloro y los gritos. Deja que se desahogue hasta que se le pase pero sin ceder. Enséñale a su vez una manera asertiva de resolver los problemas. Por ejemplo: "Se que estás enfadado pero no puedes hacer eso porque...."

6. No menosprecies las emociones de tu hijo

No les quites importancia. "¿Miedo a la oscuridad? ¿Tú? ¿Cómo vas a tenerle miedo con lo mayor que eres?", "¿Estás triste? ¡Ya se te pasará en un par de días!". Tenemos que ayudar y apoyar a nuestros hijos en situaciones difíciles. Ayudarles a crecer, como enfrentarse a sus emociones, gestionarlas y en definitiva, hacerse más fuertes. Si tu pareja te deja y estás abatido seguro que no te sirve de nada oír el típico comentario de "No te preocupes, ya encontrarás a otro/a", puede que incluso te moleste más porque parece que tus sentimientos no son para tanto. No debemos hacer lo mismo. Negar sus emociones solo tiene beneficios para nosotros pero nunca para ellos.

Los niños toman como ejemplo todas nuestras conductas, así que debemos de enseñarles asíLos niños toman como ejemplo todas nuestras conductas, así que debemos de enseñarles así

7. Las comparaciones son odiosas

¿Por qué se comparan unos niños con otros? Erróneamente se cree que así les vamos a estimular, que conseguiremos que quieran mejorar. No más lejos de la realidad, lo que realmente producen es rencor hacia los padres y hacia las personas con las que le están comparando. Las comparaciones más típicas son con los hermanos, primos o amigos de clase. Estos errores solo avivan las envidias y los celos. ¿Cómo te sentirías tú si tú pareja te comparase con tu mejor amigo/a? Seguramente la conversación terminaría mal.

8. No amenaces con dejar solo a tu hijo en un lugar

Este es uno de los errores más comunes a evitar y que seguramente todos han hecho en alguna ocasión. El pequeño tiene una rabieta y no sabes cómo actuar para que te haga caso y deje de llorar. Bien. Empieza por no amenazarlo con dejarlo solo ahí si no se calma. Estarás por una parte castigando el que exprese su enfado y se reprima y también lo volverás más dependiente de ti porque le costará más confiar en nosotros.

Los padres son la principal fuente de seguridad que tienen y con ellos forman los primeros lazos de apego y confianza. Nosotros sabemos que son amenazas vacías pero los niños lo viven como una situación ansiosa y frustrante. Además estás enseñándole a que a la primera de cambio te vas a dar por rendido. Finalmente, también mostramos que no cumplimos las amenazas y finalmente perderemos credibilidad ante ellos. Por eso, lo que puede funcionar a corto plazo será contraproducente a largo.

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