Cuando ese trata de hablar con los hijos haya algunos errores que merece la pena no cometer para que de esta manera, la comunicación sea exitosa. La comunicación entre padres e hijos debe ser una experiencia gratificaste para ambas partes, que sea fácil y efectiva. Si quieres conseguir esto, ¡tendrás que evitar estos errores tan comunes!
Cosas que debes NO debes hacer
- No dar toda tu atención. Esto es muy importante cuando estás hablando algo importante o serio con tus hijos, pero también cuando te están contando cualquier cosa. Si tus hijos te hablan, aparta la vista de tu teléfono, la televisión o cualquier otro dispositivo. Tu hijo merece toda tu atención. No hables con otros al mismo tiempo, elimina el ruido de fondo y busca un lugar tranquilo para hablar mejor.
- No tener toda la atención de tu hijo cuando hablas y que te dé igual. Debes asegurarte ese que tus ojos están conectados con los ojos de tu hijo cada vez que le hablas, de esta manera ambos estaréis prestando atención mutua en la interacción comunicativa.
- Explicar las cosas enfadado. Aunque tengas un mal día, respira hondo y no le hables de forma enfadada o con frustración a tu hijo. No se merece que le hables así de ninguna manera y bajo ninguna circunstancia. Para evitar ese tipo de escenario desagradable tendrás que abordar los problemas cuando estés tranquilo y sereno, solo de esta manera podrás hablar sobre diferentes soluciones de una manera reflexiva y agradable.
- No hacer preguntas específicas. Si preguntas a un niño preguntas demasiado abiertas, las respuestas serán vagas. Por eso, es mejor hacer preguntas más concretas para que tu hijo se sienta motivado a darte unas respuestas mucho más detalladas.
- Dar charlas demasiado largas. Mantén las cosas en tus conversaciones simples y cortas. Sobre todo, cuando hables con niños más pequeños. No necesitan explicaciones demasiado largas porque no lo entenderán, es mejor ser simple y concreto.
- No agacharte a su altura cuando le hablas. Si a tus hijos pequeños les hablas sin agacharte a su altura, habrá un gran desequilibrio físico que intimida, especialmente si estás molesto o enfadado con él. Baja a su nivel y habla con él de manera calmada e imparcial, incluso si no estás satisfecho con algo que hizo y debes disciplinarle.
- Ser confrontacional. Es mucho más probable que los niños escuchen y se muestren receptivos si están discutiendo un tema o un problema con un enfoque y un tono de "averigüémoslo juntos" en lugar de hacerlo de una manera agresiva o amenazadora.
- Criticar o insultar. Mantén un lenguaje positivo. Si muestras enfado o insultas a tu hijo no querrá compartir nada contigo la próxima vez, ya sea un problema o algo bueno. Recuerda que es importante que expreses tu opinión de una manera respetuosa, incluso si no estás de acuerdo en lo que dice tu hijo.
- Gritar o perder la calma. Debes dar ejemplo y mantener tus emociones bajo control todo el tiempo, sobre todo antes de hablar con tu hijo. Si estás enfadado por algo, tendrás que calmarte por completo antes de mantener una conversación con tu hijo. Gritar no solo es irrespetuoso y le enseña a tu hijo que la agresión está bien, sino que pierde su efectividad con el tiempo.
- No permitir que los niños expliquen o terminen lo que quieren decir. ¿Te gustaría que alguien te interrumpía cuando intentases explicar algo o expresar tu opinión? Probablemente no, por lo que es necesario que mantengas con tu hijo esa misma educación y que le enseñes que ser un buen oyente también es importante. Dale el tiempo que necesita para que te explique lo que piensa o lo que siente. Esta es una gran inversión para que cuando sea adolescente y más mayor sepa que puede contar contigo para explicarte cualquier cosa que necesite.
- No agradecer a tu hijo por compartir la información. Es importante que los niños sientan que abrirse es algo bueno. Recuerda agradecerles por hablar contigo acerca de algo, especialmente si fue difícil para ellos discutirlo.
Aunque tengas un mal día, respira hondo y no le hables de forma enfadada
Es importante que los niños sientan que abrirse es algo bueno