Aunque no es común, puede ocurrir que la escuela mire hacia otro lado cuando tu hijo está sufriendo acoso escolar. Existen muchos motivos que pueden hacer que esto ocurra, como que los profesores estén desbordados de trabajo o que piensen que son cosas temporales o "cosas de niños". Pero no, el bullying no es cosa de niños, es un problema social que se debe abordar desde todos los ámbitos.
Qué hacer cuando se minimiza o se ignora la intimidación
Si bien puede ser extremadamente frustrante cuando tus inquietudes sobre el acoso escolar están siendo disipadas, es muy importante que perseveres en tus esfuerzos para resolver el problema. Asegúrate de documentar todo lo que tu hijo experimenta, así como las fechas y las horas en que ocurrieron los incidentes. Además, mantén un registro de con quién hablaste sobre el acoso y cómo planeáis abordar el problema.
Es posible que el equipo directivo se lo tomen más en serio cuando puedas nombrar fechas y horas específicas en donde ocurrió el acoso, y las veces que ha ocurrido. También es más probable que escuchen cuando puedas señalar lo que otros han prometido y han fracasado en hacer. Aquí hay algunas sugerencias adicionales sobre cómo hacer frente a la intimidación.
Insiste hasta que te escuchen
Si la primera persona con la que hablas sobre el acoso minimiza o ignora tu queja, sigue la cadena de mando y ponte en contacto con alguien nuevo. Sigue subiendo la escalera hasta que alguien tome en serio tus quejas. Esto no solo garantizará que se aborde la intimidación, sino que también se ayude a tu hijo.
Muchas veces, los niños que son acosados no creen que su situación mejore. Pero cuando sus padres muestran fortaleza y están decididos a resolver la situación, esto puede ser extremadamente tranquilizador. De hecho, tu determinación de asegurarte de que el acoso escolar se aborde adecuadamente es una de las cosas más importantes que puedes hacer por tu hijo. Esta disposición a seguir hablando con los funcionarios escolares le comunica a tu hijo que sus preocupaciones son válidas, q ue su seguridad es importante para ti y que son dignos de tu tiempo y esfuerzo.
Haz un seguimiento hasta que el acoso escolar cese
Una vez que sientas que tus preocupaciones han sido escuchadas y que la escuela está abordando el problema de la intimidación de manera adecuada, establece un tiempo para hacer un seguimiento del progreso. En otras palabras, verifica para asegurarte de que la escuela realmente hizo lo que dijeron que harían. También es importante comunicarte con tu hijo regularmente para asegurarte de que el acoso escolar esté disminuyendo y de que se siente más seguro dentro del centro escolar.
En cambio, si tu hijo sigue siendo acosado en la escuela tendrás que volver a hacer una reunión con el equipo directivo para resolver el problema. No es un secreto que los profesionales educativos tienen muchos problemas con los que lidiar, y si la intimidación que tu hijo está experimentando no se mantiene a la vanguardia, puede olvidarse. La escuela debe conocer todos los incidentes de intimidación para que puedan implementar los procedimientos disciplinarios apropiados.
Sanar las heridas lleva tiempo
Cuando tu hijo te ha contado lo que le ocurre es posible que ya lleve bastante tiempo aguantando la situación en silencio. Recuerda que los niños que son acosados son reacios a contar lo que les pasa por si eso tiene consecuencias y sufren aun más acoso. Comienza el proceso de curación diciendo a tu hijo que se requiere mucho coraje para hablar de esas experiencias y que estás orgulloso de él. También se deberán emplear medidas para potenciar su autoestima y encontrar las estrategias adecuadas para hacer frente a la intimidación y defenderse cuando lo necesite.
El objetivo no es que tú le arregles la situación; pero que en lugar de esto, te permitirías participar en su recuperación. Además, recalca que la intimidación no es su culpa. Él no lo pidió y no hay nada de malo en él. Sin embargo, él puede tomar medidas para convertirse en un objetivo menos apetecible por los acosadores . Tendrá que mejorar sus habilidades sociales y asertivas.