Cuando pensamos en los trastornos de alimentación tales como la anorexia o la bulimia, es fácil asociarlos a una etapa tan difícil como es la adolescencia. Sin embargo, este tipo de problemas de salud suceden cada vez a edades más tempranas, y niños o niñas de tan sólo diez años no son casos aislados en las estadísticas de la anorexia. Desde pequeños, aprenden que estar delgado es 'bueno' mientras que engordar es algo 'malo', y muchos de ellos temen la cifra que aparece en su báscula, hasta tal punto que evitan que una cantidad mínima de gramos entre en su sistema.
Prevención de la anorexia y bulimia
Para evitar que tu hijo pueda sufrir un trastorno alimentario, es importante que desde el principio le expliques, y le reiteres, la importancia que tiene comer de forma sana y mantener una alimentación equilibrada. Háblale sobre los inconvenientes y las consecuencias negativas que suponen una inadecuada alimentación, y asegúrate de que entienda que comer bien es equivalente a ser feliz.
Háblale sobre los inconvenientes y las consecuencias negativas que suponen una inadecuada alimentación
Fomentando la autoestima
Por supuesto, el problema de los trastornos de alimentación es psicológico, y por este motivo es esencial que desde casa se cuide muchísimo la autoestima de los niños, haciéndoles sentirse útiles y valorados.
Las críticas, si no son constructivas, no van a ayudar al pequeño a sentirse bien consigo mismo, y los calificativos negativos sólo crearán un complejo que podría llevarle a querer dejar de comer para así lograr el 'cuerpo ideal'.
Es importante que cuando la familia vea la televisión, expliquemos a los pequeños que las modelos o actrices que aparecen en la pantalla no representan la 'realidad'. El niño deberá entender que las personas no somos realmente tan delgadas, y que hay todo tipo de figuras que siempre son ideales, al no ser que la persona en cuestión no lleve una alimentación sana. El niño debería comprender que pesar demasiado poco (o demasiado) para nuestra constitución, crea problemas de salud. Consigue que en tu casa se entienda que la salud es bella.
Una buena comunicación en la familia
Resulta esencial cuidar la comunicación en el hogar, de tal manera que el hijo siempre confíe en nosotros cuando le surja algún problema.
El problema de los trastornos de alimentación es psicológico
Los padres nunca deberían darle al aspecto físico más importancia de la que tiene. Por tal motivo, deberán demostrar a los hijos que valoran a las personas por quiénes son, por su esfuerzo y logros en la vida, en vez de por la apariencia. Comentarios tales como 'qué gorda está ahora esa actriz' sólo conseguirían transmitir a un hijo el mensaje erróneo de que el físico es lo más importante para ser valorado, cuando todos sabemos que una persona es muchísimo más que lo que aparenta ser.