La fiebre es un aumento de la temperatura corporal de una persona cuando ésta se encuentra por encima de los 38 grados centígrados. Es un síntoma común que acompaña a muchas enfermedades e infecciones. Se manifiesta como un mecanismo de defensa del propio organismo, ya que al aumentar la temperatura corporal normal, puede combatir mejor los virus y las bacterias. Cuando la fiebre aparece en una mujer embarazada, el miedo es mayor, ya no por ella, sino por lo que le podría pasar al feto.
Muchas veces, la fiebre viene ocasionada por algo tan común como una gripe o un constipado consecuencia del cambio de temperaturas o de una bajada puntual de las defensas. En estos casos, la fiebre no suele ser muy elevada y lo normal es que el médico recomiende un tratamiento a base de paracetamol . Este medicamento es válido durante todo el embarazo para tratar la fiebre y el dolor sin llegar a afectar al feto.
Aun así, aunque deduzcamos lo que nos va a recetar el médico, es recomendable acudir a su consulta para que el diagnóstico se totalmente seguro y pueda descartar otro orígenes. También hay que destacar que es altamente recomendable para las embarazadas ponerse la vacuna contra la gripe para así intentar evitar hasta las fiebres más leves.
Cuándo debe preocuparnos la fiebre
Existen otros casos en los que la fiebre viene provocada por complicaciones en el embarazo. Estos casos pueden ser señal de que la embarazada puede estar padeciendo enfermedades más graves como algún tipo de infección o preeclampsia. En estas situaciones habría que poner atención a los siguientes síntomas, en el caso de que la embarazada los tenga sin origen alguno justificado. Habrá que ponerse en alerta si la embarazada tiene una fiebre que supere los 39 grados centígrados, vómitos frecuentes, diarrea, dolor al orinar, hemorragia vaginal, pérdida de líquido amniótico, dolor de cabeza intenso, pérdida de líquido vaginal y dolor abdominal o contracciones uterinas.
Estos casos obligan necesariamente a acudir a un médico lo antes posible para evitar que vaya a mayores. Con esto se consigue que la embarazada reciba el tratamiento correspondiente. Aunque la temperatura corporal durante el embarazo tienda a aumentar, siempre hay que acudir al médico en caso de duda.
La fiebre es más peligrosa durante el primer trimestre del embarazo, concretamente entre las semanas 4 y 14 ya que se trata de la fase en la que los órganos del feto se están desarrollando. Durante el resto del embarazo, aunque no sea tan grave, es posible que la fiebre cause contracciones en el útero que, en los casos más graves pueda provocar el nacimiento prematuro del feto.
Recomendaciones para embarazadas que tengan fiebre
Evidentemente, antes de empezar a enumerar una serie de consejos a tener en cuenta cuando una mujer embarazada tiene fiebre, hay que decir que lo primero que ha de hacer es ir al médico para que éste pueda examinar, dictaminar la causa de la fiebre y así poder ponerle el tratamiento correspondiente.
Una vez que el médico ha puesto tratamiento, normalmente si la fiebre no es muy elevada indicará que la embaraza tome paracetamol, es recomendable seguir estos consejos:
- No taparse demasiado. Sumarle más calor a nuestro cuerpo no es bueno, por eso es recomendable que no uses más ropa de la necesaria ni te cubras con mantas que te hagan sudar.
- Tomar una ducha con agua tibia. Ésta ayudará a rebajar la fiebre, siempre y cuando no se tome muy fría. Ha de tomarse un grado por debajo de la fiebre, es decir, a 37 grados centígrados.
- Hidratarse. La hidratación es fundamental en estos momentos. Aparte de beber agua como es habitual, es recomendable beber zumos cítricos con por aporte de vitamina C y caldos de verduras.
- Descansar. El reposo es algo fundamental cuando una persona está enferma, con más razón si es una mujer embarazada.