Muchos bebés nacen con el frenillo lingual corto, una pequeña membrana de piel que les impide realizar actividades tan comunes como mamar. Aunque en principio no es un problema grave, a la larga el frenillo corto puede complicar en muchos sentidos la vida de ese pequeño. No solo durante la lactancia materna, sino también en sus posteriores progresos a la hora de masticar, hablar e incluso, besar a otra persona cuando llegue el momento.
Qué es el frenillo corto
Se llama frenillo lingual corto, aunque su nombre científico es anquiloglosia. La definición literal de este término es "lengua atada o anclada", lo que puede ayudarte a imaginar claramente en qué consiste esta malformación. Los bebés que nacen con el frenillo corto, tienen la lengua pegada al suelo de la boca.
Esta fina membrana, impide que el bebé pueda realizar los movimientos necesarios para poder alimentarse correctamente. Además de interferir en la succión, la dificultad para mamar puede producir diversos daños en el pecho de la madre. Por lo qué, si tu hijo nace con el frenillo lingual corto, deberías acudir al pediatra. Así el especialista podrá valorar la posibilidad de intervenir para evitar problemas, primero en la lactancia materna y posteriormente en otros aspectos de la vida de tu hijo.
Por lo general, el frenillo lingual debería estar situado dentro de la lengua. En el caso de los bebés que nacen con el frenillo corto, esta fina membrana sobresale de la lengua.
Aunque se desconocen las causas exactas por las cuales se produce esta pequeña malformación, s e cree que se produce durante la etapa embrionaria. Durante ese periodo se separan los músculos de la lengua y es entonces cuando se puede producir esta alteración.
Cómo afecta el frenillo corto a la lactancia
Si tu bebé tiene el frenillo corto, puede causar diversos problemas que impidan establecer una lactancia materna exitosa. Por una parte, tú misma puedes sufrir diferentes complicaciones que afecten a tu forma de alimentar a tu bebé, por ejemplo:
- Si tu bebé no puede succionar bien, producirá demasiada fricción y esto a su vez favorecer la aparición de grietas en el pezón
- Infecciones bacterianas, si los conductos mamarios no drenan la leche correctamente, pueden producirse infecciones por bacterias. Además, las grietas favorecen que esas partículas infecciosas accedan a los conductos, lo que aumenta el riesgo de sufrir esta complicación. La infección puede producir fiebre, malestar general, además de un intenso dolor en el pecho
- Una isquemia, o lo que es lo mismo, la detención del flujo sanguíneo en el pecho
- Mastitis, se trata de una inflamación del tejido mamario que en algunas ocasiones además se acompaña de infección. La inflamación produce enrojecimiento, dolor intenso, calor en la zona, incluso, puede producir fiebre y escalofríos.
Todas estas molestias y dificultades a la hora de alimentar a tu bebé, pueden ser la causa de un abandono prematuro de la lactancia materna. Algo que sin duda debes evitar en la medida de lo posible. La leche materna es el mejor alimento que puedes ofrecerle a tu hijo, el más completo, nutritivo y saludable.
En cuanto a los problemas que el frenillo corto puede ocasionar en el bebé
Otros problemas derivados del frenillo corto
Es muy fácil advertir si tu bebé tiene frenillo corto, solo tienes que observarle cuando llore. Al abrir la boca para llorar, el bebé sube la lengua hacia el paladar. Es ahí donde podrás observar si el pequeño tiene frenillo corto, porque verás una pequeña y delgada membrana que une la parte inferior de la lengua con el suelo de la boca.
Si tu bebé tiene el frenillo corto, debes acudir al pediatra para que valore la situación. Incluso si el frenillo no afecta a la lactancia materna, ya que en algunos casos es posible establecer una lactancia exitosa a pesar de la anquiloglosia.
Es importante tener en cuenta que el frenillo corto puede afectar a tu hijo de muchas formas a lo largo de su vida. Por ejemplo:
- Respirar por la boca y dormir con la boca abierta, el niño puede roncar por la noche, pueden surgir problemas de mal aliento e incluso, afectar al sueño del niño
- Mayor riesgo de sufrir bronquitis y neumonías : como consecuencia de respirar por la boca
- Los bebés con frenillo corto, son más propensos a padecer otitis
- Al salir los dientes, el niño puede sufrir maloclusión dental
- Al crecer, puede tener graves problemas relacionados con la función del lenguaje : dislalia, problemas de articulación de fonemas, al pronunciar las consonantes etc.
Y no solo eso, el frenillo corto puede afectar a tu hijo en su madurez, en aspectos tan comunes y familiares como lamer un helado o besar con la lengua.
Tratamiento
El tratamiento del frenillo corto es muy sencillo, si se realiza cuando el niño es aún un bebé. Se realiza una pequeña cirugía ambulatoria que no requiere de hospitalización, ni siquiera es necesario aplicar anestesia. El cirujano pediátrico realiza un pequeño corte en la membrana que une la lengua con el paladar, coloca una gasa con antiséptico y listo.
En pocos minutos se soluciona el problema y se evitan posibles complicaciones.