Los dientes de leche, también conocidos como dentición primaria, son los primeros dientes que salen durante el desarrollo de los seres humanos. Empiezan a desarrollarse durante el periodo embrionario y brotan en la primera infancia.
Aunque no lo parezca, los dientes de leche tienen muchas funciones en el desarrollo del niño y aunque puede ser una molestia tener que pasar varias veces por esos dolores dentales merece la pena el resultado. Los dientes de leche lo forman 20 piezas: ocho incisivos, cuatro caninos y ocho muelas. Empiezan a aparecer sobre los 6 meses y a partir de los dos años empiezan a caerse mientras poco apoco brotan los definitivos, se mantiene este proceso hasta los 6 años aproximadamente. Las principales funciones de los dientes de leche son:
- Preparar la comida que llega por la boca, con el objetivo de que el niño pueda asimilar y aprovechar al máximo el alimento.
- Favorecen el crecimiento de los maxilares porque el niño puede ir entrenando el hueso de la mandíbula, sin ellos el maxilar del niño no crecería.
- Aseguran una mordida correcta y la dentición futura. Los dientes de leche "guardan" el sitio a los dientes definitivos con el objetivo de controlar su crecimiento para que no se desvíen o queden atrapados. Es decir, tienen la función de guía.
- Desarrollo de la fonación. El niño aprende a hablar correctamente porque los dientes anteriores permiten la emisión de determinados sonidos.
- Función estética. Se encargan de mantener una correcta proporción del rostro para que resulte estético a la vista, sin ellos nuestra cara sería más chata.
Importancia de cuidar los dientes de leche
Muchas personas piensan que los dientes de leche son solo un paso de transición y que no tiene mayor importancia, porque si les ocurriese algo todavía quedan los definitivos. Error garrafal. Aunque los dientes de leche estén en nuestra boca apenas 6 años lo cierto es que tenemos que cuidarlos tan bien como si fuesen los definitivos. Por ejemplo, ¿sabías que las caries que aparecen en los dientes de leche se pueden transmitir a los definitivos? Y no solo eso, en el peor de los casos la infección puede afectar al nervio e infectarlo, causando dolor en el niño. En este sentido, las caries en los dientes de leche han de ser también tratadas y empastadas si no queremos arrastrar a los dientes definitivos los problemas que aparezcan en los dientes de leche.
Un caso aparte son las llamadas "caries de biberón", se llaman así porque aparecen comúnmente en bebés durante el primer año de vida. Suele ocurrir cuando los dientes del bebé están demasiado tiempo en contacto con la leche en la boca, por ejemplo porque se queden dormidos mientras toman el pecho o el biberón. Como la leche tiene azúcares naturales (la lactosa) se propicia la aparición de las caries.
¿Cómo cuidar los dientes de leche correctamente?
Necesitan tanto cuidado porque las caries producen dolor y los niños que las tienen por lo general se acaban alimentando peor y crecen más lentamente. Además los dientes de leche son vitales para la correcta aparición de los dientes definitivos porque funcionarán como guía para ellos. Imagínate que por una caries u otros motivos a tu hijo tienen que quitarle el diente de leche antes de lo necesario. ¿Qué ocurriría? Pues que los dientes se desplazarían hacia el espacio vacío y habría un mal desarrollo de la dentadura permanente.
Por eso, a continuación os dejamos con algunos consejos para asegurar que vuestros hijos tienen una adecuada higiene bucal desde el principio.
1. Cuida la boca de tu bebé desde el primer momento. Incluso cuando las mujeres están embarazadas pueden pasar la flora bacteriana cariógena al embrión, por eso las madres también deben cuidarse.
2. Limpia las encías del bebé. Aunque no tenga todavía dientes puedes asegurarles una correcta higiene desde el principio. Para ello lávales la boca dos veces al día, una por la mañana después de desayunar y la segunda antes de irse a dormir por la noche. Con un poco de agua en la encía es suficiente. Cuando más adelante el niño aprenda a escupir puedes mezclarle un poco de pasta en el agua, para que lo escupa al momento.
3. Evita que el niño se duerma durante las tomas. Es importante evitar que el niño se quede dormido con el biberón dentro de la boca. La leche en contacto con los dientes favorecerá la aparición de la flora bacteriana y el esmalte poco a poco se irá destruyendo. Es más fácil de lo que puede sonar porque aunque pensemos que en 5 o 6 años es difícil que aparezcan caries, lo cierto es que el esmalte de los dientes de leche es muy fino y tiende a infravalorarse el riesgo.
4 Controla la dieta de tu hijo. Vigila la cantidad de azúcares que toma. No se trata de que no pueda tomarlos, claro que puede, incluso es bueno una cierta cantidad para su desarrollo. Sin embargo, lo que tenemos que vigilar es que después se lave la boca (o le ayudemos nosotros). Más que la cantidad de azúcares que toma importa más el tiempo que toma contacto el azúcar con los dientes.>Y cuanto más dulce sea el alimento más cuidado debemos tener. Según los dentistas los alimentos con más concentración de azúcares son: el chocolate, las gominolas o caramelos, bebidas (zumos, refrescos...), miel, fruta cocida, bollería, cacao...
5. Enséñale a llevar una correcta higiene dental. Mientras tu hijo va creciendo y desarrollándose, tendrá que aprender a ser autónomo y lavarse el solo la boca. Puede resultar difícil porque los niós a esas edades no son conscientes de la importancia futura de los dientes. Por eso, debes de enseñarle como lavarse los dientes de una forma lúdica y divertida, para que quiera seguir haciéndolo hoy. Si le obligamos a hacerlo cogerá manía a lavarse los dientes y solo lograremos el efecto contrario.
6. Si por los motivos que sean tu hijo pierde antes de lo previsto un diente de leche necesitará un implante temporal, con el objetivo de que sirva de que sustituya al de leche en su papel de guía y el resto de los dientes no se desvíen. Por eso, acude a un dentista con él.