La higiene personal es un tema que suele surgir durante los años de preadolescencia y adolescencia en que se desarrolla el cuerpo de un joven. Sin embargo, hay ocasiones en que a los adultos también se les debe recordar acerca del cuidado personal. Cuando los consejos sutiles sobre la ducha o el uso de desodorantes no tienen ningún efecto, una conversación es el siguiente paso.
Esta conversación puede ser incómoda para ambas partes involucradas, pero no tiene por qué serlo. Con algo de preparación y algunos accesorios útiles, puedes hablar con alguien sobre higiene personal y ayudarlo a implementar mejoras... En este caso nos centraremos en cómo debes decirlo a tu hijo adolescente para evitar que se ponga a la defensiva y sobre todo, para que entienda la importancia que tiene mantener una buena higiene personal.
Comienza la conversación
Comienza al conversación con un cumplido, diciéndole por ejemplo que el día anterior se le veía el pelo mucho más limpio que en la actualidad. Después continua la conversación indicando la mala higiene que estás notando en ese día concreto. Usa palabras como "me he dado cuenta" en ligar de decirle aspectos más ofensivos en la conversación. Simplemente identifica el problema ya sea que se ducha poco, que no tienen buena higiene oral o cualquier otro aspecto que debas recalcarle para que tenga una mejor higiene personal.
Dile los pasos que debe seguir
La conversación debe seguir hablando sobre los pasos de cuidado e higiene personal que debe seguir para conseguir buenos resultados. Si por ejemplo, tu hijo adolescente no se ha duchado en varios días y su olor comienza a ser un problema para las personas que están a su alrededor, puedes preguntarle cuándo fue última vez que se duchó y si es que no ha tenido tiempo para ducharse. Intenta ver qué es lo que ocurre para que no tenga tiempo de ducharse y buscad soluciones juntos para que eso cambie y comience a tener unas mejores rutinas de higiene personal en su día a día.
Evalúa la respuesta de tu hijo
Una vez que llegues a este punto en la conversación con tu hijo adolescente será necesario que te fijes y evalúes la respuestas en cuanto a por qué omitió el paso de la higiene en su vida. Si no se omitió, entonces el siguiente paso sería discutir cómo hacerlo correctamente. Proporciona una demostración si es posible u ofrécele los productos de higiene correctos para cumplir con las rutinas que debería seguir para tener un buen autocuidado.
Muestra tu preocupación
Indica tu preocupación por la higiene de tu hijo adolescente pero sin ofenderle ni hacerle sentir mal por eso. Si tu hijo adolescente se siente triste o no se encuentra bien emocionalmente y por eso no cuida su higiene personal, será necesario que escuches atentamente qué le ocurre para decidir qué hacer y si es necesario, buscar ayuda profesional. Expresa la preocupación con cuidado y usa palabras comprensivas.
Ofrece ayudas
Ofrece a tu hijo adolescente ayudas para mejorar su higiene personal, como por ejemplo un enjuague bucal atractivo o un desodorante que tenga un buen olor o que esté de moda entre adolescentes.
Para terminar la conversación...
Termina la conversación afirmando a tu hijo adolescente. Esto puede hacerse indicando cuánto le cuidas, asegurándote de que este problema de higiene no cambie vuestra relación o ayudándole a diseñar un plan de cuidado personal en caso de que sea necesario o que te pida que le ayudes para poder tener un mejor cuidado. Haz hincapié en lo importante que es tanto para su salud como para mantener una buena relación personal con las demás personas que le rodean. A nadie le gusta estar cerca de personas que huelen mal o que tienen un aspecto poco cuidado. Una vez que acabes la conversación dile a tu hijo si tiene alguna pregunta que hacerte.
Puedes estar preparado/a para que conteste de manera negativa e incluso a la defensiva. Algunos adolescentes pueden apreciar el problema y otros pueden sentirse heridos o avergonzados y por tanto, contestarte con dolor emocional. Su respuesta no te lo tomes como algo personal, si esa conversación mejora la higiene de tu hijo habrá valido la pena.