El comienzo del colegio para los niños supone también el reencuentro con esta institución para los padres. Éstos vivirán de nuevo las experiencias escolares pero, en esta ocasión, desde otro punto de vista muy diferente: desde su papel como padres.
Los profesores serán fundamentales en el desarrollo de nuestros hijos
Como bien es sabido, es importante participar en la vida académica de los hijos e interesarse en sus estudios . ¿Cómo? Compartiendo con ellos sus vivencias diarias en el colegio, interesándose por sus anécdotas, conociendo a sus compañeros y a los padres de ellos, preocupándose por sus estudios y, en ocasiones, ayudándoles con los deberes. También, por supuesto, conociendo a sus profesores.
El profesor o profesora de nuestro hijo será la persona adulta que más tiempo pase con ellos, a parte de nosotros mismos. En ocasiones, dados los ritmos actuales y horarios de trabajo, es posible que los niños incluso compartan más horas con los profesores que con sus propios padres, al menos de lunes a viernes.
Solamente este motivo sería una razón de peso suficiente para ser conscientes de la importancia de mantener una buena relación con los profesores de nuestros hijos. Pero aún hay más.
Los profesores serán aquellas personas que, además de transmitirles conocimientos académicos y dirigir sus estudios, vivirán una serie de experiencias importantes con nuestros hijos, les acompañarán en su desarrollo y les transmitirán valores básicos.
Parece, por tanto, que hay suficientes motivos para considerar a los profesores como una pieza clave en el desarrollo de nuestros hijos. Actualmente está en boga en nuestro país el tema de la autoridad del profesor. Parece que en los últimos tiempos ésta ha ido reduciéndose o al menos es así si lo comparamos con los sistemas educativos antiguos, sin necesidad de echar la vista demasiado atrás.
Las vivencias que nosotros mismos hayamos tenido con nuestros propios profesores en el colegio pueden repercutir en la forma en la que tratemos nosotros con ellos desde nuestro rol como padre o madre. Si bien es cierto que los tiempos han cambiado, en muchos aspectos también para mejor, hay una serie de factores a tener en cuenta.
El respeto al profesor debe ser enseñado desde muy pequeños por parte de los padres
Debemos ser conscientes de que nuestro hijo no respetará a sus profesores si nosotros mismos no lo hacemos. Independientemente de las diferencias que puedan surgir con el profesor, los niños deben ser conscientes de que el profesor es una figura de autoridad y de que, en ausencia de sus padres, él será su figura de referencia a la que seguir. Es básico que transmitamos esto a nuestros hijos desde que son pequeños, evitando que cuando sean más mayores puedan surgir problemas de conducta en el aula con respecto a sus profesores, algo que desgraciadamente se ha convertido en algo relativamente frecuente.
La situación ideal es que el profesor no sea un referente solamente para los niños, si no también para sus padres. Que podamos acudir a ellos en caso de problemas con los niños (no necesariamente estrictamente académicos) para poder comentarles nuestras preocupaciones o nuestras dudas.
Serán los profesores los que establezcan un régimen de citas concertadas con los padres, unas veces en grupo y otras de forma individual. Ambas son importantes. Acudir a las reuniones grupales con el resto de padres de los compañeros de nuestros hijos nos ayudará también a conocerlos a ellos, establecer quizá relaciones más cercanas y participar en aquellas cuestiones que puedan surgir en el grupo, siempre pensando en el bien de nuestros hijos.
Las reuniones individuales con el profesor también son recomendables. Podremos conocer de primera mano y de forma más pormenorizada el avance académico de nuestros hijos en sus estudios, las posibles dificultades que puedan surgir para poder brindarles mas apoyo si fuera necesario, el comportamiento de nuestro hijo en el aula y las relaciones de nuestros hijos con el resto de sus compañeros.
A lo largo de la vida académica de nuestros hijos encontraremos profesores muy diferentes
Evidentemente, más allá de su profesión, los profesores serán como cualquier persona, diferentes uno de los otros. A lo largo de la vida académica de nuestros hijos nos encontraremos con diferentes profesores y es lógico que con unos lleguemos a tener más afinidad o mejor entendimiento que con otros. Algunos serán más accesibles y nos veremos más libres a la hora de ir a consultarle cualquier asunto, sin olvidarnos de que nuestro hijo no es su único alumno y que no podrá dedicarnos su tiempo exclusivamente a nosotros. El respeto mutuo es básico en cualquier situación.