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Hablar de temas difíciles con los hijos: qué debes saber
Hablar de temas difíciles con los hijos: qué debes saber

CONVERSACIONES

Hablar de temas difíciles con los hijos: qué debes saber

Descubre estas estrategias para hablar temas difíciles con los hijos. ¡Tú debes ser su mejor fuente de información!

Hablar con los niños sobre temas difíciles nunca es fácil. Los niños pequeños pueden preguntar sobre la muerte, sobre el sexo, la pornografía, el divorcio, las drogas, las guerras, las personas que cometen delitos, la imagen corporal, etc. Los padres intentan buscar palabras correctas para poder hablar del tema, aunque algunos rechazan la conversación porque no se sienten preparados para poder hablar de estos temas.

Pero no es buena idea dejar de lado este tipo de conversaciones y que los niños acaben buscando la información por Internet. Es importante tener conversaciones para que los niños obtengan la información de las fuentes más fiables en sus vidas: de sus padres. Cuando se habla de temas difíciles con niños, no te pierdas estas cosas que debes saber.

No es necesario tener una gran charla, el secreto está en aprovechar las oportunidades de la vida o. Su curiosidad innata para abordar estos temas con una serie de pequeños consejos. Recuerda que no necesitas tener todas las respuestas, y si no la tienes es importante ayudar a tu hijo a encontrar la información adecuada para su edad y hablar sobre ese tema. Aunque haya conversaciones que te resulten incómodas, eres la persona adecuada para hablar sobre estos temas con tus hijos... desde la honestidad y la sensibilidad,

No es necesario tener una gran charla, el secreto está en aprovechar las oportunidades de la vidaNo es necesario tener una gran charla, el secreto está en aprovechar las oportunidades de la vida

No tienes que explicarte las cosas a ti mismo

Recuerda, no estás conversando contigo mismo. No hay necesidad de preparar un monólogo. Estas conversaciones son intercambios entre dos (o más) personas en las que se escucha tanto como se habla. Permite que tu hijo haga preguntas y date permiso para hacer preguntas también.  Proporcionar espacio para el silencio, la contemplación y la conexión también es necesario.

Puedes pensarlo primero

Si no sabes algo es importante que no digas información que no sabes si es cierta. Es mejor que le digas a tus hijos que no lo sabes en ese momento y que te informarás para poder hablar sobre ese tema más tarde. También es posible que debas decirle a tu hijo que te vas a divorciar o que un miembro de tu familia ha muerto. Otras veces, el niño puede comenzar una conversación en el coche, a la hora de la cena o en otro momento. Ahí estás, lavándote los dientes o moviendo la pasta y tu hijo te sorprende con una pregunta: "¿Se va a morir la abuela?"

Cuando te pilla desprevenido, es mejor decirle algo como: "Quiero responder a tu pregunta, dame unos minutos para pensar y hablamos ahora sobre esto, ¿vale?".

Aprovecha las oportunidades diarias

Si no sabes algo es importante que no digas información que no sabes si es ciertaSi no sabes algo es importante que no digas información que no sabes si es cierta

Quizá en algún momento determinado tu hijo/a haga un mal comportado en el momento menos oportuno. Pero eso puede ser una gran oportunidad para hablar con tus hijo sobre cómo algunos comentarios puede que no sean muy apropiados en algunos momentos. Cada día es un nuevo día para intentarlo de nuevo. Si miras atrás y piensas; 'Podría haberlo dicho mejor', ¡regresa y dilo mejor!  La crianza de los hijos es lo que te permite hacer esto.

Lo curioso es que estas conversaciones difíciles parecen ser las más difíciles justo antes de que las tengamos. La anticipación de hablar sobre sexo, pornografía, muerte u otros temas delicados puede hacer que tu estómago se contraiga que tus manos se pongan a sudar. Pero una vez que comienzas las conversaciones, algo hermoso sucede. Nuestros niños se abren, conectas con ellos y aprenden. Las conversaciones se vuelven más fáciles.

La mayor recompensa

Los hijos saben que estás dispuesto a ser la persona ideal siempre que tenga que acudir cuando tenga un problema, una pregunta o una inquietud... independientemente del tema, y debes responder ante este papel con integridad. De esta manera ganarás tu posición como la mejor fuente de confianza.

Si eres lo suficientemente valiente como para tener estas conversaciones durante los primeros años, cuando las dudas sean pequeñas, tendrás la suerte de ser la persona a la que tu hijo acude más tarde, cuando las dudas sean grandes. La incomodidad merece la pena.

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