Puede ser realmente irritante y molesto cuando un niño no escucha lo que le estás diciendo, sobre todo cuando le das una orden y ni se mueve ni parece que te esté escuchando. Esto no es aceptable en la crianza y es importante enseñar a los hijos a que te escuche cada vez que le hablas. De lo contrario, ignorarte podría convertirse en un hábito común. Si quieres que tu hijo te escuche y además, sea una escucha real, entonces no te pierdas estos consejos.
Elimina las distracciones
Es necesario distinguir entre un desafío a conciencia o que simplemente no te ha escuchado realmente. Si le gritas a tu hijo cuando está en otra habitación puede que esté demasiado absorto como para escucharte. Por este motivo, antes de dar instrucciones debes quitar las distracciones que quizá no le permitan escucharte: apaga el televisor, llámale por su nombre, establece contacto visual y pon una mano en su hombro.
Después, dale instrucciones claras que describan lo que quieres que haga exactamente. Dadle órdenes breves y simples como por ejemplo: 'Recoge tus juguetes, por favor' con un tono de voz firme y claro.
Dile a tu hijo que repita tus instrucciones
Para asegurarte de que tu hijo ha entendido lo que le has dicho, pídele que repita las instrucciones. Una vez que te las repita pregúntale qué es lo que se supone que debe hacer ahora y permite que te lo explique con sus palabras. Si no lo ha entendido bien entonces aclara sus dudas.
Si tu hijo se resiste a escucharte o a cumplir con la orden que le has dado, entonces tendrás que dejarle claro que habrán consecuencias a su comportamiento.
Dale una advertencia
Cuando le has dado la orden a tu hijo y estás seguro/a de que lo ha comprendido, espera 5 segundos. Puede tardar un poco de tiempo que procese la información, pero si no hace ningún intento de cumplir con la orden, te ignorará. Después de los 5 segundos tendrás que darle una advertencia, algo así como: 'Si no empiezas a limpiar tu habitación ahora mismo, no tendrás televisión antes de comer'.
Es necesario que te pases un minuto pensando en las posibles consecuencias que tendrá tu hijo y después de la advertencia, tienes que asegurarte que lo haces. Es muy importante que cumplas con lo que dices o tu hijo no te tomará en serio.
Sigue con las consecuencias
Espera otros 5 segundos después de la advertencia, si sigue sin escucharte, sigue adelante con la consecuencia. La consecuencia suele ser quitarle un privilegio. Si le dices que le vas a tirar el móvil a la basura, no servirá de nada porque realmente no lo harás y si lo haces, tampoco mejorará su comportamiento. Es más eficaz, quitar el teléfono durante todo el día si no te escucha por mirar el móvil demasiado tiempo, por ejemplo.
Elabora un plan
Si tu hijo sigue ignorando tus palabras dile que parece que tiene un problema de audición y que tendréis que ir a un profesional para que le realice unas pruebas, y si sigue así... tendrás que hacerlo, vaya que realmente no escuche bien.
Para algunos niños, el elogio y la atención positiva por el buen comportamiento son suficientes para motivarlos a continuar el buen trabajo. Por lo tanto, si le dices a tu hijo: 'Has hecho muy bien al apagar el televisor cuando te lo he pedido', estará más motivado a hacerlo bien la próxima vez.
En ocasiones, hay niños que necesitan mayores motivaciones para poder seguir instrucciones. En este sentido, puedes considerar realizar una tabla de puntos para motivar a que tu hijo sea más obediente. También sería buena idea descartar problemas subyacentes que quizá causen la falta de escucha como algún problema cognitivo, neurológico, físico o de atención.