Una de las grandes dudas y temores de los padres con bebés hace referencia a la edad en la que los pequeños dejan de dormir la siesta. Aunque cada niño es diferente, hay una serie de estándares que hacen referencia a la edad y al tiempo en la que los bebés duermen la siesta de la mañana y de la tarde. Lo normal es que los bebés de menos de un año lleguen a dormir unas seis siestas al día mientras que a partir del año y hasta los 18 meses más o menos duerman dos al día. A partir de aquí cada niño es diferente y mientras que muchos necesitan la siesta de la tarde otros no la duermen. Los expertos en el tema aconsejan que los niños de corta edad duermen unas 14 horas al día por lo que las dos siestas son necesarias para su cuerpo.
Beneficios y ventajas de la siesta en los niños
Son muchos los beneficios que va a aportar la siesta en los más pequeños de la casa:
- La siesta ayuda a mejorar y a fortalecer la memoria
- Otra de las ventajas de dormir la siesta es la de estimular la imaginación y creatividad del menor
- Está comprobado que dormir la siesta todos los días ayuda al niño a mejorar su rendimiento en la escuela
- La siesta reduce la irritabilidad del menor y ayuda a relajarlo y tranquilizarlo
Señales que indican que los bebés no necesitan dormir la siesta
Hay una serie de señales que pueden indicar a los padres de que a su bebé ya no le gusta dormir la siesta:
- La señal más clara es la de que al niño le cuesta quedarse dormido y se muestra más activo de lo que se mostraba hace unos días.
- A pesar de no dormir la siesta, el bebé o el niño no cambia de comportamiento y no se muestra tan irritable como cuando se quedaba sin poder dormir la siesta.
- Otra señal bastante clara es la de dar muchas vueltas en la cuna y no encontrar la postura ideal a la hora de quedarse dormido.
Según los expertos la edad media en la que un niño deja de dormir la siesta suele estar entre los 3 años más o menos. En el caso de no querer dormir la siesta, el pequeño necesita dormir al menos unas 12 horas al día.
La siesta no es obligatoria
A pesar del deseo de muchos padres, la siesta no dura siempre y habrá algún momento en el que el bebé no quiera dormir ni la siesta matutina ni la de la tarde. Cuando llegue ese momento, no hay que forzar ni obligar al niño a dormirla. Si no le apetece o no quiere hay que adaptarse a las nuevas circunstancias. La siesta no es obligatoria siempre y cuando el niño no se vuelva irritable o tenga algún que otro problema a la hora de dormir por la noche.
Si no le apetece dormir la siesta pero se levanta con dolor de cabeza o demasiado cansado al día siguiente, debes acudir al pediatra y comentarle lo que ocurre. No es normal que no quiera dormir la siesta y se levante al día siguiente cansado y con poca energía para afrontar el dicho día.
La siesta se ha convertido en una parte del descanso muy importante para muchas personas. Al igual que ocurre con los adultos, la siesta ayuda a los niños a sentirse mucho mejor y con la energía suficiente para rendir. Sin embargo es normal que con el paso de los años, los niños no quieran dormir más la siesta y les baste con las horas de noche.