Está muy claro que la adolescencia es una etapa muy difícil para la vida de muchas personas. Los constantes cambios hormonales, físicos y sociales hacen que el adolescente se encuentre ante situaciones nuevas que debe enfrentar por primera vez y que pueden suponer para él una fuerte presión emocional.
Al desarrollo psicológico durante la adolescencia no ayudan en absoluto los numerosos mensajes de alta contradicción a los que se ven sometidos los jóvenes de forma habitual. Se les insta a ser independientes, a tomar sus propias decisiones y no dejarse influenciar por opiniones ajenas.
Sin embargo, al mismo tiempo el adolescente se ve envuelto en una sociedad de relaciones muy intrincadas en la cual es crucial conocer y seguir las modas o integrarse en los estándares impuestos para no destacar. Administrar toda esta información y tomar las decisiones correctas en cada caso nunca es fácil y menos aún si la personalidad y la seguridad en uno mismo no está totalmente definida como ocurre en esta etapa de la vida.
Los cambios en esta etapa requieren una asimilación correcta
Sin embargo, son muy numerosas las personas que, durante esta etapa concreta del desarrollo, se ven desbordados por la situación, tienen problemas para la aceptación y administración de los conflictos o se encuentran con diversos impedimentos, carencias o traumas que les llevan a buscar formas poco saludables para aliviar el dolor.
Entender las autolesiones
La angustia, el dolor, el miedo a las situaciones que deben enfrentar en sus vidas, así como las excitaciones a las cuales se ven sometidos los jóvenes durante la adolescencia, requieren una asimilación correcta. Cada persona es muy diferente y dispone de recursos muy variados para enfrentarse a todas estas circunstancias.
Por esta razón, cada joven pondrá en marcha un mecanismo psicológico propio. Algunos se volcarán en actividades deportivas, en sus amigos, los estudios, el arte o cualquier afición, hobby o entretenimiento que les haga sentir bien. Estas actividades ayudan al adolescente a enfrentar la vida con fuerza y seguridad además de crearle un espacio propio en la sociedad en la cual se incluyen.
No obstante, hay otros jóvenes que se sienten incapaces de manifestar sus sentimientos, ellos mismos desconocen lo que sienten y se ven frustrados ante la imposibilidad de expresarlo. Ante estas circunstancias es muy posible que el chico caiga en comportamientos como las autolesiones para exteriorizar el dolor interno que le ahoga.
La autolesión, también conocida como Cutting, es un trastorno del comportamiento que no debe confundirse con la intención suicida. En el caso del Cutting, el adolescente se profiere cortes superficiales utilizando para ello objetos muy diversos. Las heridas no llegan a dañar tejidos profundos y son muy variables dependiendo del individuo, sus afecciones personales y la situación emocional concreta en las que se encuentre en el momento de infligir el daño.
Cortes en manos y brazos
Los adolescentes suelen llevar a cabo las autolesiones en las manos, muñecas y brazos aunque en algunos casos se han detectado en otras zonas del cuerpo. Los cortes, aunque superficiales, se presentan muy marcados con trazos seguros y en no pocas ocasiones con diseños estudiados como estrellas u otros dibujos. También es muy frecuente encontrar mensajes escritos con heridas sobre el cuerpo de los jóvenes afectados por este trastorno.
Los chicos que se autolesionan suelen esconder sus heridas con la ropa y los complementos para ocultarlas de cara a los padres, de esta forma evitan molestos interrogatorios que los asustan y les obligan a tener que explicar algo que no alcanzan a conocer. En este sentido, tras la detección de lesiones autoinfligidas en un adolescente, es conveniente recapacitar y tomar el problema con calma, intentando no atosigar al joven con preguntas excesivas y acudiendo a la ayuda profesional.
Peligros de la autolesión en adolescentes
Es fundamental tener en cuenta que, aún tratándose de cortes superficiales, las heridas infligidas pueden llegar a ser más graves en un momento dado. Además, la exposición constante a este tipo de daños conlleva un alto riesgo de sufrir infecciones y septicemia si no se tratan debidamente. La tendencia a ocultar el problema aumenta estos riesgos ya que, ante una falta de diagnóstico es imposible el tratamiento por parte de profesionales.
La autolesión es un trastorno del comportamiento que no debe confundirse con la intención suicida
Diagnóstico y tratamiento
En la gran mayoría de los casos el diagnóstico se hace muy complicado debido a la intencionalidad de ocultar el problema por parte del adolescente. La vergüenza, la culpabilidad y el miedo a ser interrogados y juzgados impulsa a los afectados a ocultar el problema mediante estrategias que pueden llegar a ser muy elaboradas. Es muy frecuente que durante una visita médica por otro factor causante, el médico detecte síntomas de autolesíon y alerte a los progenitores.
Ante la sospecha de automutilación de una persona, el profesional médico deberá asegurarse de los síntomas presentados por el chico para garantizar un diagnóstico correcto y poder derivarlo a profesionales del campo de la psicología.
Los factores que suelen repetirse en todos los casos de Cutting son la preocupación del afectado por las consecuencias físicas, la total imposibilidad de dominar el impulso autodañino con un incremento de la tensión y el malestar del individuo hasta que procede a causar la lesión. Otro factor clave es el sentimiento inmediato de alivio posterior a causar el daño.
Para el diagnóstico y tratamiento de estos comportamientos es fundamental el trabajo interdisciplinar entre profesionales médicos del campo de la psicología y psiquiatría que ayuden a la persona a tratar el problema de raíz.
La psicoterapia ayudará al joven a conocer el verdadero problema, la causa que lo impulsa a cortarse. El afectado deberá cuestionar su dolor y definir qué es lo que realmente quiere cortar. Con la ayuda de profesionales es posible aprender a administrar los conflictos internos y externalizar el dolor de forma sana y eficiente sin causar daño físico.
Para conseguir los resultados adecuados en la terapia es imprescindible el apoyo de la familia, no cuestionar ni juzgar a la persona afectada será determinante para que se atreva a enfrentarse al problema. Es muy recomendable mostrarse comprensivo y hacer saber al joven que la familia le ayudará en su lucha.
En la gran mayoría de los casos el diagnóstico se hace muy complicado debido a la intencionalidad de ocultar el problema por parte del adolescente
La prevención es fundamental
Prevenir este tipo de conductas autolesivas es realmente difícil, sin embargo, puede ayudar el cultivo de la comunicación con los hijos. Fomentar unos buenos cauces de comunicación con los jóvenes y enseñarles desde niños a expresar sus sentimientos y temores hace más sencillo que consigan administrar sus emociones de la forma correcta.
También es determinante la observación de cambios en el comportamiento y la rápida búsqueda de ayuda profesional ante traumas o afecciones emocionales que puedan causar impulsos autolesivos.