Durante la pubertad sufrimos una serie de cambios en nuestro cuerpo que nos permitirá desarrollarnos como adultos en el futuro. Estos cambios son diferentes para las mujeres y para los hombres y las necesidades de cada uno no son exactamente iguales, aunque ambos, durante la adolescencia tienen en común el interés por su propio cuerpo y el de los demás. En este sentido, masturbarse es una forma de explorar su cuerpo e indica que tienen una relación sana con él.
¿Qué cambios sufren los hombres en la pubertad y adolescencia?
En los chicos la pubertad suele aparecer entre los 9 y 14 años de edad aunque dependerá mucho de la persona. En general, el niño tarda más que la niña en llegar a la pubertad pero eso no impide que su curiosidad sexual se despierte más tarde.
El principal responsable de estos cambios es la hipófisis, órgano que está regulado por el sistema nervioso y que se encarga principalmente de regular los procesos hormonales del cuerpo con la edad. La hipófisis hace que en un intervalo de 4-5 años el cuerpo del púber se convierta en el de un adulto.
Los cambios más significativos son:
- Los chicos pegan "el estirón", los músculos se fortalecen y los órganos de su cuerpo se doblan en tamaño. Los hombros se vuelven más anchos y duros. Durante este periodo crecen una media de 22-23 cm.
- La voz se le vuelve más grave debido al ensanchamiento de la laringe y los pulmones. De esta manera, aparecen alternancias entre voz aguda y grave.
- Les empieza a crecer el vello donde antes no tenían. En la cara, en los genitales, axilas, etc. Al final de la pubertad también puede salir en el pecho, aunque no ocurre con todos los hombres.
- Crecen los genitales. Es el cambio más importante en relación con este artículo. Los testículos aumentan en tamaño y la piel del escroto se vuelve más áspera. A su vez, se empieza a formar esperma en el interior de los testículos y es común que los chicos empiecen a tener poluciones nocturnas. Episodios donde el púber eyacula en mitad de la noche, no siempre producido por un estímulo de carácter sexual. De igual manera ocurre en las erecciones, el chico puede notar erecciones en cualquier momento del día, independientemente de que haya un estímulo sexual o no. Decimos que un adolescente ha entrado oficialmente en la pubertad cuando experimenta su primera eyaculación.
¿Mi hijo practica la masturbación?
La pregunta que se les pasan a todos los padres de adolescentes con cierta edad seguramente será: "Entonces, ¿mi hijo se masturba?". Seguramente la respuesta es sí, como todos los adolescentes del mundo. Si no, fíjate en las evidencias, ¿has notado que sospechosamente el historial del ordenador se borra solo? ¿Tarda más de lo habitual en ducharse? ¿Has encontrado alguna revista o página sospechosa? Entonces no hay duda.
A muchos padres les cuesta entender que sus hijos tienen impulsos sexuales, aunque ya hayan entrado en la fase de la pubertad. Sin embargo, es la realidad y nada se puede hacer. Hay que vivirlo como una fase más de la vida, algo que viene con la edad, una forma que tiene el chico de conocer su cuerpo, satisfacer su curiosidad y aprender a darse placer. Es más, la masturbación en adolescentes es beneficiosa y un síntoma de buena salud tanto física como psicológica. Un chico que se masturba es un chico que se quiere y se gusta a si mismo, que no tiene complejos, y que cuando llegue el momento estará preparado para compartir esa experiencia con alguien significativo.
Como la masturbación es algo natural, no podemos pretender censurarla ni prohibirla. El problema es que muchos padres ya sea debido a su cultura o religión tienen muchos prejuicios contra ella y viven esta situación de una forma dramática. Si este es tu caso deberías informarte y dejar atrás los mitos o leyendas urbanas que todos hemos oído alguna vez. Si en tu infancia te han educado bajo unas determinadas creencias (por ejemplo para creer que la masturbación es inmoral)n tendrás que abandonarlas si no quieres crear complejos a tu hijo. Debe de quedar claro en todo momento que la masturbación es algo biológico y prohibirla solo llevará a inseguridades y complejos sexuales en un futuro.
¿Qué debemos hacer los padres?
Como padres siempre hay algo en lo que podemos ayudar, aunque en este caso si no se interviene tampoco sería un drama. Lo ideal sería aprovechar y tener una charla sexual con tu hijo. Por ejemplo, enseñarle la importancia de la higiene y de la seguridad en las relaciones sexuales (ya sean privadas o compartidas). Sin embargo, para los adolescentes este es un tema muy incómodo y hablarlo con ellos puede resultar violento. Cada persona establece sus propios límites y si tu hijo no ha sido nunca muy comunicador la relación entre vosotros dos puede volverse distante durante un tiempo. Yo aconsejo hablar del tema pero no profundizar demasiado ni meterse en detalles. No es necesario saber la frecuencia con la que tu hijo lo hace o sobre los impulsos que siente. Ponte en su situación e imagina que como te sentirías tú en su lugar.
Por otro lado, si decides tener "la charla" con él debes de ser claro y directo. No te vayas por las ramas ni uses metáforas. Se concreto, breve y sobre todo respetuoso.
En el caso de que tu notes que esta conversación va a ser demasiado incómoda y que ya has hablado anteriormente con él sobre la sexualidad y pubertad, tal vez podrías omitirla porque es un tema muy privado. Eso sí, déjale claro que siempre que necesite hablar del tema tú estarás disponible porque has pasado por lo mismo que él. ¿O no?
¿Puede llegar a ser un problema?
Desgraciadamente hay adolescentes que se "enganchan" a la masturbación, pero la mayoría de las veces no es por un exceso de impulsos sexuales, si no más bien una forma de liberar la tensión acumulada. Si tú notas que tu hijo practica la masturbación más de lo habitual es porque está pasando por una situación de ansiedad o agobio, es una forma de escapar de la realidad. Empezará a ser un problema cuando esta actividad interfiera con otras áreas de su vida : el área familiar, educativa o social. Por eso, si sospechas que este es el motivo plantéate llevarlo a un psicólogo con el fin de ahondar en cual es el problema que hay de fondo y solucionarlo, pero repetimos que no es lo común.