¿Alguna vez tu hijo ha tenido un mal comportamiento y no has sabido bien qué es lo que debías hacer para mejorar su comportamiento y conseguir que se centrase en lo que estaba haciendo? Cuando esto ocurre puedes sentir una gran impotencia al no saber qué camino escoger en la crianza de tus hijos. En realidad, cuando un niño se comporta mal y sabe cuáles son las normas establecidas que debe cumplir, debe tener consecuencias por su mala conducta.
Pero no todas las consecuencias valen, es más, hay algunas que deberían dejar de existir como cualquier consecuencia que tenga que ver con la falta de respeto, la humillación o cualquier tipo de violencia ya sea física o verbal. Antes de aplicar las consecuencias en la educación de un hijo es importante que éste, sepa cuáles son las normas que debe seguir y cuáles son las consecuencias de no cumplirlas.
Las consecuencias negativas más efectivas
Quizá te estés preguntando qué cuáles pueden ser las consecuencias más efectivas para un niño. En realidad, cada niño es un mundo y lo que para uno sirve quizá para otro no sea lo más efectivo. En este sentido, es necesario que conozcas bien a tus hijos y que sepas qué es mejor para cada uno de ellos. Pero sobre todo, incluso más importante es ser consistente en la aplicación de consecuencias , porque si amenazas pero después no cumples con las consecuencias establecidas, tus hijos aprenderán a que no deben tomarte en serio.
-Tiempo de espera. El tiempo de espera funciona mejor para niños menores de 8 años. Si tu hijo se niega a pasar el tiempo de espera, o no se quedará en tiempo de espera, no lo fuerces. En cambio, quítale un privilegio. Así la próxima vez es posible que prefiera estar en el tiempo de espera.
-Quita privilegios. Quítale los aparatos electrónicos, un juguete favorito o una actividad que le guste hacer. Solo asegúrate de no quitar esos privilegios por demasiado tiempo, 24 horas está bien. Si los quitas por mucho tiempo tu hijo puede rendirse o puede empeorar si quitas demasiados privilegios o los quita por días o semanas.
-Restituye. Si la mala conducta de tu hijo afecta a otra persona, la restitución puede ser una buena herramienta. Le tendrás que decir que haga una tarea para esa persona a la que ha lastimado o que le preste su juguete favorito para redimir su error.
-Consecuencias lógicas. Dale a tu hijo la oportunidad de asumir la responsabilidad de su comportamiento. Si pinta las paredes, haz que las lave. Si rompe algo, hazle pagar para arreglarlo.
No te desanimes si el comportamiento de tu hijo parece empeorar un poco antes de que mejore. Cuando comiences a dar consecuencias, un niño fuera de control lo rechazará. Una vez que vea que vas en serio y que eres consistente con las consecuencias y su cumplimiento, entonces es probable que el comportamiento de tu hijo se calme y las malas conductas desaparezcan.
Los incentivos también ayudan a mejorar
Si tu hijo no está muy motivado para seguir las reglas, es posible que necesites algunos incentivos para que cambie el rumbo a mejor. Usa el refuerzo positivo para motivar a tus hijos a seguir las reglas cuando veas que empiezan a perder el control. Si no sabes qué incentivos pueden ser buenas opciones, no pierdas detalle:
-Elogios. Cuando tu hijo haga cosas buenas dile cosas como que aprecias lo que está haciendo. La atención positiva puede ser muy útil para motivar a los niños a mantener el buen comportamiento.
-Recompensa el buen comportamiento (de sorpresa). Con una tabla de puntos puedes redirigir el comportamiento específico o que elabore un gráfico comportamiento para hacer un seguimiento de varios comportamientos a lo largo de la semana, las recompensas tangibles pueden conducir a un cambio de comportamiento. Ten en cuenta que hay muchas recompensas gratuitas y de bajo coste que funcionan como buenos motivadores. Salir a tomar un helado o comprar un pequeño premio o golosina funciona muy bien.
-Sistema de economía de fichas. Demuestra a tu hijo que los privilegios se deben ganar (como jugar a los videojuegos o jugar en el parque). Establece un sistema de economía de fichas que le permita a tu hijo 'cobrar' sus privilegios conseguidos.
Si después de todo las estrategias no funciona, entonces no dude en buscar ayuda profesional para recibir asesoramiento familiar. Puedes comenzar hablando con tu pediatra y que te derive al especialista oportuno. Así el profesional te brindará las herramientas necesarias para la educación de tu hijo.