La depresión es una enfermedad mental muy peligrosa, sobre todo para adolescentes y niños que no entienden por qué están tristes cuando todos sus compañeros se sienten bien y disfrutan de la vida todo el tiempo. Es muy importante saber cuáles son los síntomas de la depresión en adolescentes y niños para que de esta manera, se pueda identificar lo antes posible para buscar ayuda de un profesional.
Cuando un niño o adolescente tiene depresión necesitará ayuda profesional pero además de eso, también puedes ayudarle a mejorar con algunos consejos. Sigue leyendo para entenderlo mejor.
Atención profesional
Es imperante que los niños y adolescentes con depresión obtengan ayuda profesional para tratar la depresión, esto es importante incluso, antes de pensar en mejorar las calificaciones de la escuela. Sin un buen estado emocional las calificaciones no mejorarán por mucho empeño que se tenga.
Obtener tratamiento para la depresión de tu hijo puede ayudar a aliviar algunos o todos los síntomas que afectan el aprendizaje. El psicólogo o psiquiatra os proporcionará estrategias de estilo de vida específicas que ayudarán a mejorar la depresión con el tiempo y constancia.
Relación sólida con la escuela
Es muy importante que conozcas a la maestra de tu hijo lo antes posible. Si conoces a los maestros de tu hijo antes de que empiece a tener dificultades podrás tener una comunicación abierta y sabrán lo que ocurre en cada momento para poder así, poner las estrategias educativas necesarias para evitar el fracaso escolar a causa de problemas emocionales.
Con un diálogo abierto establecido entre tú y la escuela podréis compartir observaciones sobre los cambios en el comportamiento de tu hijo y el rendimiento escolar.
Controla el rendimiento académico sin agobiar
A menudo, los niños y adolescentes que están deprimidos comienzan a quedarse atrás en silencio en cuanto al rendimiento escolar. TU hijo puede simplemente dejar de participar en actividades grupales. Puede no completar el trabajo y que el profesor no se dé cuenta por qué ocurre... es más probable que los maestros noten a los estudiantes ruidosos y molestos en comparación con los estudiantes que se quedan atrás en silencio, sin molestar a nadie.
Habla con los maestros para saber cómo van las notas de tu hijo y saber si está empeorando su rendimiento, si necesita apoyo en alguna materia específica o si el rendimiento académico está empeorando desde que comenzó a tener episodios de tristeza.
Modificaciones de tareas escolares
Si tu hijo se está quedando atrás en las tareas, es complicado que se ponga al día. Si crees que a tu hijo le cuesta ponerle al día, intenta tener una tutoría con su profesor en privado para hablar sobre las circunstancias de tu hijo. Hazles saber que tu hijo está luchando contra la depresión pero que no tiene por qué saberlo nadie, simplemente que lo sepa para que entienda algunas conductas que esperáis que sean temporales.
Después pregúntale al profesional educativo si hay alguna manera de reducir el trabajo escolar a un mínimo manejable hasta que mejore. Es posible que quizá debáis hacer un seguimiento de sus mejoras y de las modificaciones que haya podido facilitar el profesor de tu hijo sin tampoco dar un trato de favor.
Un profesional educativo de confianza
Los preadolescentes y adolescentes en la escuela secundaria ven a varios maestros a lo largo del día escolar. Si tu hijo no tiene asignado profesor de tutoría, busca un profesor que pueda cumplir ese rol con tu hijo. Tendrá que ser un maestro que tu hijo sienta cierta afinidad o que por lo menos se sienta cómodo hablando con él. De esta manera te puedes asegurar un punto de contacto regular durante el curso escolar.
Organización y tareas diarias
La fluctuación de los niveles de energía puede dificultar el estudio. Ayudar a tu hijo a darse cuenta de cuándo comienzan a sentirse cansado para que pueda tomar un breve descanso, antes de perder toda su energía presionándose demasiado. Es necesario encontrar formas para dividir al tareas en otras más pequeñas y eficientes para evitar que se fatigue demasiado o se agobie.
En lugar de que tu hijo adolescente trabaje continuamente durante una hora completa en la tarea, puede descansar 15 minutos después de 45 minutos de estudio. O cuando llegue de la escuela puede descansar antes de ponerse con la tarea. Es importante que te asegures de que tu hijo tenga rutinas de estudio estables cada día, que tenga un lugar de estudio diario con todos los materiales al alcance. Crear una rutina en las tareas ayudará a que adquiera el hábito de poner su trabajo en el mismo lugar, listo para regresar a la escuela. Esto reduce la necesidad de que tu hijo piense y recuerde dónde pone su trabajo, reduciendo la cantidad de pensamiento que tienen que hacer para realizar su trabajo.
Fomentar la interacción social
Los niños con depresión a menudo tienen una visión negativa de las interacciones con sus compañeros o amigos. Es posible que hayas notado que tu hijo pasa menos tiempo con sus amigos o los maestros pueden notar que no quiere participar en actividades grupales. Ayuda a tu hijo a que encuentre una actividad extraescolar que le motive y le interese para que aprenda habilidades sociales positivas y además se sienta bien realizando la actividad que quiere realizar.
Esto podría ser una actividad relacionada con el arte, el deporte, la música, la lectura... permite que escoja la actividad que más le pueda interesar. También puedes preguntar a los profesores de tu hijo sobre las interacciones sociales que tiene en clase. Una vez que los maestros entienden que la depresión de tu hijo puede estar afectando su comportamiento social en el aula, el profesional educativo puede tomar medidas para facilitar la socialización en clase. Puede buscar compañeros de trabajo más compatibles o intervenir si ven que tu hijo está teniendo dificultades para relacionarse con otros estudiantes.
Estos consejos pueden beneficiar a tu hijo con depresión para que mejore no solo su rendimiento académico si no también su bienestar emocional. Es muy importante que además de seguir estos consejos, sigas las instrucciones que os facilite el psicólogo o el psiquiatra para realizar de forma paralela tanto en casa como en la escuela.