La discapacidad intelectual es un término que se refiere a una persona que tiene una serie de limitaciones mentales que le impide tener el mismo desarrollo que la media en destrezas como la comunicación, cuidado personal y relaciones sociales. En el caso de los niños, este problema se manifiesta en su aprendizaje: a la hora de aprender a hablar, caminar, vestirse o comer por sí solos. Esto no significa que no lleguen a aprender a ser autosuficientes, sino que lo harán de una manera más lenta y es posible que algunas destrezas le resultes imposibles.
Ante todo hay que tener claro que la discapacidad mental no es una enfermedad, por lo tanto, no hay cura alguna para ella. Aun así, los padres que tengan hijos con esta condición podrán ayudarlos a que su vida sea mucho más sencilla enseñándoles a hacer todas aquellas cosas que cualquier persona puede aprender rápidamente. Las causas de la discapacidad intelectual pueden venir por vía genética al heredar los hijos genes anormales de sus padres, por problemas durante el embarazo, problemas al nacer o problemas de salud que acaben derivando en ella.
Papel de los padres con hijos con discapacidad intelectual
Cuando unos padres se enteran de la discapacidad de su hijo pueden adoptar dos posturas a la hora de afrontarlo. Por una parte están aquellos que lo aceptan desde un primer momento y otros que buscan cualquier excusa o intentan buscar más alternativas antes de asumir la realidad. Pueden buscar la opinión de más médicos o buscar tratamientos médicos alternativos contribuyendo con ello al retraso de la ayuda necesaria para que su hijo pueda desarrollar las capacidades necesarias.
Cuando unos padres no aceptan la situación de su hijo pasan por cuatro fases. La primera es la fase de shock en la que se bloquean de tal manera que no entiende lo que les están explicando. A continuación vendría la de negación, en la que posición de los padres es la de ignorar u olvidar el problema. Una vez pasadas estas dos fases, ya los padres empiezan a ser conscientes del problema que tienen su hijo reaccionando y buscando ayuda para que pueda avanzar.
Una vez asumido, los padres puedes obtener información y apoyo de cómo tratar a niños con discapacidad intelectual a través de centros médicos, redes de apoyo familiar y los propios pediatras.
Además, sería recomendable seguir los siguientes consejos:
1. Aprende más sobre la discapacidad intelectual en niños. Con ellos conseguirá ayudar a su hijo y, además, a sí mismo sabiendo cómo lidiar con ello.
2. Averigua los intereses de tu hijo. Puedes acudir al centro escolar al que vaya para que ellos te den la información que necesites. Sabiendo lo que le gusta, será más fácil tener una guía de cómo seguir el camino.
3. Muéstrale que confías en él. Anímale a que sea independiente y a que haga las cosas por sí solo. Para esto habrás de tener paciencia y saber premiarle por los méritos que vaya consiguiendo por sí mismo. Puedes ayudar a que se sienta más importante dándole tareas, las cuales deberás explicarle poco a poco para qué sepa bien lo que tiene que hacer y que, además, lo haga de manera satisfactoria.
4. Busca grupos sociales donde pueda socializar. Agrupaciones como los Boy Scouts le ayudarán a desarrollar destrezas sociales mientras se está divirtiendo.
5. Habla con padres que se encuentran en la misma situación. Aparte de para socializar, esto sirve para que podáis apoyaros mutuamente y daros consejos prácticos para el día a día.
6. No le subestimes. El problema de tu hijo es que va a desarrollar de manera más lenta. Has de ser comprensivo y entender que la paciencia ha de ser tu principal virtud para poder lidiar con él. Tampoco consientas que nadie le haga de menos.
7. Deja que tu hijo lleve el ritmo de las conversaciones. En el caso de que se busque que él se amolde a nosotros, seguramente acabe por dejar la conversación por no ser capaz de seguirla, algo que influiría negativamente a su capacidad de socializar.
8. No le sobreprotejas. La ayuda de los padres ha de limitarse únicamente a aquellas tareas que no pueda desarrollar por sí solo. De lo contario, el niño no avanzará, sino que se habrá acostumbrado a tener todo hecho sin ningún esfuerzo.
9. Hazle partícipe de todas aquellas actividades que realices en tu día a día, ya sea tareas en casa, conversaciones o un simple paseo. Con ello, se sentirá uno más al estar totalmente involucrado, además que podrá socializar de la misma manera que lo haces tú y no se sentirá diferente.