Son muchos los niños que toman leche diariamente, tanto para desayunar, para merendar o antes de irse a dormir. Tu hijo debe tomar líquidos siempre que tenga problemas de barriga, sobre todo cuando le causen vómitos, diarrea o estreñimiento. El mejor líquido en todos los casos es el agua, pero, ¿qué pasa con la leche?
Si bien la leche es a menudo una bebida para muchos niños, puede que no sea la mejor opción, ya que los líquidos claros son una mejor opción para minimizar el malestar estomacal. Un niño que sufre de malestar estomacal también puede sufrir deshidratación. Siempre pregunte al pediatra de tu hijo si la leche es adecuada para tu hijo en su caso concreto.
Rehidratación
Una solución de rehidratación oral que te aconsejará el pediatra. Puede ser una opción preferible a la leche. Estas soluciones pueden restaurar el sodio y el potasio a su cuerpo. Darle a tu hijo estos electrolitos puede ayudar a evitar que se enferme.
Si tu bebé tiene malestar estomacal, intenta darle de 2 a 3 cucharaditas de la solución de rehidratación oral cada 10 a 15 minutos. Para niños de 1 año en adelante, puedes dar 2 cucharaditas a cada 20 a 30 minutos. Sin embargo, si a tu hijo no le gusta el sabor de una bebida electrolítica, puede darle leche si tiene la edad suficiente para tomarla, pero es necesario que recuerdes que tendrás que dárselo en poca cantidad.
Recomendaciones si tu hijo tiene vómitos
Puedes darle a tu hijo leche una vez que deje de vomitar. Si a tu hijo le gusta la leche, puedes comenzar a darle pequeñas cantidades como un pequeño vasito. Si tu hijo es capaz de tolerar esa pequeña cantidad de leche, entonces puedes comenzar a darle un poco más. Es importante recordar que la leche tendrá que ser sin añadirle polvos de cacao o azúcar, es decir, la leche totalmente blanca.
Recomendaciones si tu hijo tiene diarrea
Lo recomendable eso evitar los productos lácteos cuando tu hijo experimenta diarrea. Esto se debe a que la leche contiene azúcares que estimulan los intestinos y contribuyen a la diarrea. Lo ideal es esperar entre dos o tres días para darle leche a tu hijo después de una enfermedad estomacal.
Por este motivo, también deben evitarse otras bebidas con alto contenido de azúcar, como los refrescos y los zumos. Para un niño pequeño que todavía está amamantando, la leche materna está bien, pero evita darle leche de vaca hasta que se resuelva la diarrea. Debido a que las leches de soja y almendras no contienen los mismos azúcares que la lactosa, se permiten en pequeñas cantidades. Sin embargo, las soluciones orales de reemplazo de electrolitos pueden ser preferibles a que le des leche.
Buscar tratamiento inmediato
Si tu hijo no puede tolerar los productos lácteos u otros líquidos y está vomitando, tendrás que comunicarlo con tu pediatra. Si tu hijo está vomitando sangre o material que se parece al café molido entonces tendrás que acudir rápidamente a urgencias del hospital. Tendrán que valorar exactamente qué es lo que le ocurre y qué causa ese tipo de vómitos.
Si tu hijo tiene síntomas graves de deshidratación, como ojos hundidos o letargo, también tendrás que acudir inmediatamente a la sala de urgencias. Recuerda que si tu hijo comienza teniendo diarreas o vómitos y te das cuenta que a pesar de tus cuidados no mejora en unas 36 horas, tendrás que ir al médico de urgencias. En estas 36 horas tendrás que estar vigilando cómo se encuentra y si tiene señales de deshidratación. Ante cualquier duda que tengas en cuanto al estado de salud de tu hijo, siempre es buena idea acudir al médico lo antes posible para que valore el estado de salud de tu hijo y piense el tratamiento correcto.