Este tipo de comportamiento puede frustrar incluso al padre más experimentado. Cuando los hijos hacen que no escuchan a los padres puede ser muy irritante. Puede que "no te escuchen" porque no les interesa lo que les estás diciendo, como por ejemplo cuando les dices que dejen de jugar con la pelota dentro de casa o que ya es hora de apagar la televisión e ir a dormir.
A continuación vamos a darte algunas pautas para que puedas usarlas en el momento en que tu hijo decide que prefiere no escucharte para poder salirse con la suya o simplemente porque no le apetece hacer lo que le dices. ¿Es necesario castigarle? ¿Cuál es la mejor forma de educarle en estos momentos sin necesidad de perder la calma o los nervios? Te lo contamos a continuación.
Busca una forma de disciplina
Cuando tu hijo rompa las reglas cuando no te escucha, tendrás que buscar una forma de disciplinarle para cambiar este comportamiento. Ignorar tus solicitudes de ayuda o no escuchar tus instrucciones son ejemplos de conductas irrespetuosas que debes desalentar. El uso de una disciplina efectiva ayuda a enseñarle a tu hijo la importancia de escuchar, seguir las reglas y respetar la autoridad.
Confía en las consecuencias naturales
Confía en las consecuencias naturales para disciplinar a tu hijo. No se trata de castigar de manera punitiva, ni mucho menos. Lo que se trata es que el niño aprenda que cada acción que escoge tener, tendrá unas consecuencias naturales que tendrá que asumir y que no siempre serán de su agrado.
Cuando tu hijo no te escucha cuando le dices que es hora de hacer su tarea y saca una mala calificación, ese es su consecuencia natural. Experimentar la decepción de su maestro y otras posibles consecuencias asociadas con malas calificaciones, como no tener ciertos privilegios, a menudo le enseña una lección más que la larga charla que quieras darle en casa.
Quita el privilegio que más le gusta
Cuando tu hijo juegue a no escucharte, puedes quitarle su privilegio favorito como consecuencia a sus acciones. Si a tu hijo le gusta montar en bicicleta con sus amigos por las tardes, quítale ese privilegio cuando no te escuche. Es más probable que te escuche en el futuro cuando sea consciente de que ignorarte provocará la pérdida de algo que le gusta.
El tiempo de espera funciona
Pon a tu hijo en un tiempo de espera para que sea consciente de lo que debe hacer y lo que esperas de él. Esto tampoco debe ser un castigo, debe ser una consecuencia que generalmente funciona mejor con niños pequeños y preescolares, pero también es efectivo en niños mayores. La regla general recomendada es que pongas a tu hijo en tiempo de espera un minuto por año de edad. Por ejemplo, si tu hijo tiene 8 años, el tiempo de espera debe durar ocho minutos.
Cuidado con las amenazas
Si amenazas a tu hijo estarás siendo agresivo. No es cuestión de que le amenaces, pero sí debes avisarle de las consecuencias que habrán y que tendrás que aplicar si le pides algo y no lo cumple o "no te escucha". No le digas consecuencias banales que no cumplirás como por ejemplo que si no deja de jugar con la pelota dentro de casa no jugará con la pelota el resto de su vida... porque esto no es real.
En realidad, no puedes castigarlo por el resto de su vida, lo que significa que solo pierdes credibilidad cuando le dices que lo harás y no lo cumplirás. Cumple con tu decisión de hacer cumplir las consecuencias y no cedas, sin importar lo que haga tu hijo después. Si tu hijo se queja, llora, te ruega o te grita hasta que se rindes, comienza a aprender que este comportamiento le dará lo que quiere en el futuro, lo que solo refuerza su mal comportamiento.