Quizá te estés dando cuenta de que tus hijos han dejado de escucharte cuando les hablas o les das órdenes . Puede ser bastante frustrante y desesperante para los padres... Pero quizá si ocurre es porque les has enseñado tú sin darte cuenta, a hacerlo. Puede que sientas que es una cuesta hacia arriba y que parece imposible que tus hijos te escuchen cuando les hables.
Repetir las cosas una y otra vez no es buena idea. Aunque tus hijos quieran hacer valer su independencia, necesitan aprender a seguir instrucciones y a cumplir con las normas de la casa sin que tengas que repetirle las cosas mil veces. Es necesario que valores qué es lo que puedes estar haciendo mal para dejar de hacerlo y quizá de ese modo, dejarás de hacer que de forma inconsciente tus hijos no te escuchen cuando les hablas. ¿Te sientes identificado/a con estos errores que se cometen y por los que los hijos aprenden a no escuchar?
Das demasiadas advertencias
Si cuentas hasta tres demasiadas veces dejará de tener significado. Te suena cuando dices: "Esta será la última advertencia que te dé", y luego no lo es... Entonces deja de ser efectivo. Si das demasiadas advertencias tu hijo aprenderá a que siempre vas de farol y dejará de tomarte en serio.
Si repites demasiado las cosas tus hijos empezarán a desconectar de lo que le estás diciendo. Da la instrucción una vez y si no te escucha, da una advertencia y después aplica las consecuencias por no haberte escuchado (habladas previamente).
Amenazas y luego no cumples
Cuando un padre amenaza es probable que lo haga como fruto de la frustración ante el comportamiento de los niños. Esto los niños lo saben u se aprovechan de ello. Por ejemplo, si le dices a tus hijos que si no recogen los juguetes los tirarás todos a la basura... ¡saben que eso no es cierto! Las amenazas exageradas son un problema que debes evitar tener cuanto antes.
Las luchas de poder son un habitual en casa
Puede ser fácil quedar atrapado en una lucha de poder o de egos... Pero cuanto más tiempo participes en esta situación, más tiempo estarás perdiendo de hacer las cosas bien. Tu hijo necesita que le guíes, no que te metas en un ring de lucha de egos.
No aplicas consecuencias
Si cuando le dices a tus hijos que tendrán una serie de consecuencias y después no las aplicas, entonces no le estás enseñando a tomar buenas decisiones en el futuro. Tienes que esforzarte en que si tu hijo no cumple las normas tendrá consecuencias negativas. Del mismo modo que si tiene un buen comportamiento podrá tener consecuencias positivas.
No es adecuado quitar los privilegios a tu hijo y devolvérselos cuando te los pide. Las consecuencias lógicas y naturales también serán buenas ideas para ti. Enseña a tu hijo a que entienda lo que le pides en el momento en que lo haces. También deberá saber qué esperas de él en cada momento determinado.
¿Gritas?
Si sueles gritar a tus hijos, ellos se habrán acostumbrado a dejar de escucharte. Los gritos generan un bloqueo emocional que hará que los niños no quieran escuchar ni una palabra de lo que estás diciendo. Gritar nunca te aportará resultados positivos y tu hijo aprenderá dos cosas: a desconectar de lo que dices y a entender que gritar es aceptable cuando se está enfadado.
Recuerda que gritar a los hijos es una forma de maltrato psicológico y si quieres cuidar la relación con tus hijos deberás tener una comunicación mucho más suave. Los niños deben ver en sus padres un modelo de confianza, entender que pueden confiar en ellos para explicarles lo que necesiten en cada momento determinado sin miedo a ser criticados o juzgados.