Es posible que a veces sientas cierta molestia cuando tus hijos juegan y hacen ruido cuando tú intentas descansar, pero como padre o madre, es necesario que respetes que el juego es un momento decisivo en el crecimiento de tus hijos y que necesitan hacerlo. Necesitan imaginar, crear, hacer ruido y ensuciar. Son niños y deben hacerlo para desarrollarse correctamente.
Quizá también te moleste que tus hijos te reclamen a mitad de la noche, porque estás cansado/a y necesitas descansar para poder trabajar correctamente la día siguiente, pero en realidad tus hijos no te reclaman por capricho. Te necesitan . Necesitan sentirte cerca, saber que estás ahí cuando te necesitan y que estarás con una sonrisa para favorecer su seguridad y protección.
Los niños analizan las situaciones
Si te fijas en tus hijos mientras juegan, te darás cuenta cómo son capaces de resolver pequeñas situaciones si se les permite hacerlo. Si siempre les resuelves los problemas no serán capaces de potenciar esta capacidad creativa de resolución de conflictos. En este sentido, el juego es una gran herramienta para desarrollar esta habilidad.
Por eso, cuando tu hijo juegue y veas que tiene dificultades para poder encontrar una solución, no le des la respuesta rápidamente, hazle preguntas para que sepa qué tiene pensar para encontrar la solución correcta. Por ejemplo, si está montando una torre de piezas y todo el rato se desmorona, puedes hacerle preguntas sobre cómo debería ser la base para que tuviera más resistencia la torre. Si le das las estrategias adecuadas para que tu hijo analice la situación no se cansará y aprenderá a resolver pequeños problemas. Esto es fundamental para su futuro, porque le estarás enseñando que puede buscar soluciones para cualquier problema que se le presente en la vida.
Una vez que encuentra una solución en el juego, sentirá una gran satisfacción por lograrlo y se dará cuenta del poder de la mente para encontrar soluciones a los pequeños problemas que pueda encontrarse.
Los niños también crecen mentalmente
Debemos saber que, aparte del crecimiento físico, los niños pequeños también están creciendo mentalmente, en el mundo médico, se lo denomina Desarrollo Cognitivo. Hasta la edad de seis años, el 90% del desarrollo cerebral ocurre y los niños tienden a mejorar sus habilidades para observar e interactuar con el mundo que les rodea.
Es importante para las madres averiguar las habilidades cognitivas de sus hijos, algo así como la memoria, el razonamiento, la resolución de problemas y el pensamiento. Todos los niños tienen un gran potencial de aprendizaje siempre que sientan motivación por lo que tienen delante. Los niños intentan activamente dar sentido al mundo, esto es mucho más importante que empaparse de información pasiva, sin interactuar con el aprendizaje.
Los primeros años de vida de los niños son fundamentales para el desarrollo del cerebro, y lo que comen también afecta a su enfoque y habilidades cognitivas. Las vitaminas y los minerales son los nutrientes inteligentes que mantienen el cerebro en sintonía. Son clave para construir y reconstruir el cerebro. Una buena porción de alimentos como cereales, legumbres, alimentos de alto contenido proteíco, verduras, frutas, yogur... Puede ayudarles a desarrollar su cerebro, puesto que el cerebro también se alimenta y necesita nutrientes y vitaminas para poder estar fuerte y sano.
Además, para que el cerebro también esté fuerte y tenga un buen impulso cognitivo, además de alimentarse bien, aprender a resolver problemas y aprender activamente en el entorno, también necesitará movimiento y descanso. Esto significa que es muy importante para los niños tener un buen descanso cada día para recuperar sus energías y codificar lo aprendido cada día, así como realizar ejercicio para tener un cuerpo y una salud mucho más resistente.