Durante la lactancia materna, pueden ocurrir diversos trastornos que dificulten una lactancia exitosa. Aunque se trata de un problema poco frecuente, existe la posibilidad de que la madre sufra hipergalactia, o lo que es lo mismo, exceso de producción de leche materna.
Qué es la hipergalactia
Todas las mujeres están capacitadas para alimentar a sus bebés, independientemente de si tienes el pecho más o menos grande. La cantidad de leche que produce el cuerpo femenino depende en exclusiva de la demanda por parte del bebé. Es decir, cuanto más demande el pequeño a medida que va creciendo, más cantidad de leche producirá el cuerpo de la mujer para satisfacer esa necesidad.
En la hipergalactia, lo que ocurre es que se produce un desajuste entre la cantidad de leche que demanda el bebé, con la que produce el cuerpo de la madre. Aunque en principio puede parecer algo inofensivo, las consecuencias pueden ser realmente preocupantes tanto para la madre como para el bebé.
La hipergalactia puede confundirse con lo que se conoce como "subida de la leche", aunque nada tiene que ver. En el caso de la subida de la leche, es un proceso natural que se produce durante los primeros días de lactancia materna, hacia el tercer o cuarto día después de nacer el bebé. Durante los primeros días la producción de leche es más reducida, apenas unas gotas de leche que se conocen como calostro, y es la parte más importante que tu bebé debe mamar.
La subida de la leche se regula rápidamente y se controla fácilmente, con una buena sujeción del pecho y la aplicación de calor local, se mitigan las molestias que esta subida repentina de leche produce.
Causas
Las causas de la hipergalactia se desconocen, ya que se trata de un trastorno poco frecuente y se conoce poco sobre ello. Pero sí que se tiende a repetir, es decir, si sufres de hipergalactia al amamantar a uno de tus hijos, es posible que se repita si tienes más hijos en el futuro y les alimentas con lactancia materna.
Consecuencias de la hipergalactia
La hiperproducción de leche puede tener consecuencias muy negativas, en el caso del bebé se puede producir atragantamiento, regurgitación, ataques de tos y problemas para aumentar de peso. Esto es debido a que el bebé puede tomar demasiada cantidad de leche con mucha lactosa, que es la que el bebé obtiene al comenzar a mamar, en lugar de la leche rica en grasas que es la que se obtiene al final de la toma. Todo esto puede asociarse a otros problemas, que refieran directamente al bebé. Ya que es mucho más habitual que el bebé sufra un problema gastroesofágico.
Por otra parte, la madre puede sufrir problemas similares a los que produce la mastitis. Debido a que el bebé no es capaz de ingerir toda la leche que la madre produce, puede producirse una acumulación en los conductos mamarios. Las consecuencias son inflamación, enrojecimiento, dolor agudo, e incluso en los casos más graves, infección, fiebre y riesgo de sufrir una intervención quirúrgica.
Cómo tratar la hipergalactia
Si crees que tienes hiperproducción de leche, es importante que acudas a tu matrona para que te asegure que ese es el problema y no tiene nada que ver con el bebé. Busca la ayuda de una asesora de lactancia, ya que con sus consejos y técnicas podrás solucionar el problema de la hipergalactia y evitar así interrumpir la lactancia materna, tan beneficiosa para tu bebé.
No obstante, existe una técnica que utilizan las especialistas en lactancia que se conoce como "reseteo del pecho" que consiste en cambiar la producción de leche de tu propio cuerpo. Es decir, mediante esta técnica se pretende eliminar la información que tiene el pecho, para que naturalmente se regule la producción de leche.
En qué consiste la técnica del reseteo
Primero debes vaciar el pecho todo lo que sea posible, nunca se vaciará del todo puesto que la producción es constante, pero debes extraer la máxima cantidad posible. Para ello, debes contar con la ayuda de un extractor, que si puede ser doble mucho mejor para vaciar los dos pechos a la vez.
Aunque si no puede ser, utiliza el que tengas y extrae primero de un pecho y después del otro. Solo tienes que hacerlo con la antelación suficiente para que el bebé no demande leche y no puedas realizar la técnica correctamente.
Cuando extraigas la mayor cantidad de leche materna, colócate al bebé al pecho y deja que mame todo lo que necesite. Generalmente tardará poco tiempo y se quedará dormido, ya que extraerá la parte más grasa y se quedará satisfecho con mucha facilidad. Después, termina de extraer lo que puedas, esta vez de forma manual.
Continúa con la lactancia en bloque
A partir de este momento tendrás que regular la lactancia, es lo que se conoce lactancia en bloque. Consiste en organizar la lactancia por horarios o bloques, de forma que se regule la producción de leche.
Durante un tramo horario, debes colocar al bebé en uno de los dos pechos cada vez que sea necesario, adaptándote a la demanda de tu bebé. Cuando termine ese periodo horario, ese bloque, tendrás que poner al bebé al otro pecho si sigue demandando leche.
Puedes empezar con bloques de 2 o 3 horas, anota los horarios para realizar la técnica correctamente y solucionar por completo la hipergalactia. Si durante un bloque notas el pecho que no ofreces demasiado lleno, puedes extraer una pequeña cantidad de forma manual. Aunque solo lo necesario para reducir las molestias.
Pasados unos dos días deberías notar mejoría, entonces será el momento de volver a la lactancia a demanda sin control por horarios, es decir, cada vez que el bebé lo demande y ofreciendo los dos pechos si es necesario en cada toma. Quizá debas repetir la técnica pasados unos días, pero debería ser suficiente para regular el problema de hiperproducción.
Si el problema no mejora después de realizar esta técnica, quizá tengas que recurrir a otras soluciones. Existen infusiones de hierbas que te pueden ayudar e incluso medicamentos, no obstante, en este caso siempre debe ser bajo supervisión médica. Busca consejo en una asesora de lactancia y pronto podrás disfrutar de una lactancia maravillosa con tu bebé.