El hipo se convierte a menudo en motivo de preocupación para los padres, sobre todo cuando aparece con mucha frecuencia en los bebés. ¿Tu recién nacido tiene hipo varias veces al día? Quizás no sepas que hasta un 80% de los niños lo sufren durante sus primeros meses de vida. No debes preocuparte, en la mayoría de los casos no indica un problema de salud, y además nuestros consejos van a ayudarte a aliviarlo.
Qué es el hipo
Todos lo hemos padecido en algún momento, sin embargo es habitual desconocer en qué consiste y cuál es su causa, pues apenas le damos importancia. Lo cierto es que según pasan los años el hipo resulta cada vez más incómodo para los adultos y que cuando lo padecen nuestros bebés comienzan a surgirnos las dudas.
Con el hipo el diafragma se contrae bruscamente
Aunque puede constituir un síntoma de enfermedades graves, no es lo habitual. En los adultos este comportamiento anómalo del nervio suele darse tras comer mucho o muy deprisa, tomar bebidas gaseosas o alimentos muy secos, aunque también puede aparecer si nos reímos durante un largo rato, abusamos del alcohol o incluso si padecemos ansiedad o un desorden nervioso. Pero en los niños recién nacidos es mucho más frecuente, ¿por qué?
Por qué es tan frecuente el hipo en el bebé recién nacido
Tras el nacimiento ni el sistema nervioso ni el sistema digestivo de nuestro bebé han alcanzado su madurez, por lo que si se presenta cotidianamente el hipo no debemos alarmarnos. La probabilidad aumenta si el niño es prematuro, pues este podrá llegar a sufrirlo hasta cuarenta minutos diarios. Pero, ¿qué desencadena exactamente el hipo en el recién nacido?
Los bebés ingieren en cada toma gran cantidad de leche, por lo que es fácil que el estómago comprima las paredes del abdomen especialmente la del lado izquierdo y estimule el nervio frénico. Este estímulo provocará las contracciones espasmódicas del diafragma, aunque otras situaciones pueden igualmente favorecer su aparición, ¿cuáles?
Causas del hipo en el bebé
Son raros los casos en que el hipo está causado por una afección crónica o grave. Esta contracción involuntaria del diafragma que dura entre diez y treinta minutos puede sobrevenir simplemente al llenarse el estómago, aunque se verá favorecida si el niño retiene los gases, traga aire al alimentarse o está expuesto a enfriamientos, por lo que debemos tomar algunas precauciones para evitarlo.
Evita que tu bebé acumule gases
No dejes que el niño mame deprisa o con ansia. Es conveniente que hagas una pausa si esto sucede, así podrás lentificar su ritmo. Debes aprovechar este descanso o el cambio de mama para ayudarle a expulsar los gases, y no olvides nunca hacerlo cuando termines de darle su comida. Recuerda también que, por el bien de su salud, no debes darle alimentos que no sean adecuados para su edad.
Una bajada de temperatura en el ambiente puede igualmente provocar el hipo, así pues evítale las corrientes de aire sobre todo al bañarlo y procura que siempre esté abrigadito y que su biberón no se enfríe para que lo tome a la temperatura idónea. Asegúrate asimismo de que su pañal esté siempre seco.
Cómo quitar el hipo en el recién nacido
Tu recién nacido no siente dolor ni molestias cuando tiene hipo, por lo que no debes tratar por todos los medios de quitárselo, y menos con medicamentos. Si en alguna ocasión el bebé se sintiera tan incómodo como para comenzar a llorar, cálmalo con masajes en la tripita y la espalda hasta conseguir que se le pase.
Dar un susto no es un buen consejo
Los niños menores de doce meses no deben ingerir miel y tampoco es conveniente darles azúcar o limón, por lo que debes desechar cualquiera de estos remedios. Muchos recomiendan infusiones para mitigar sus gases, pero si tu hijo no ha cumplido los seis meses no deberá tomar otros líquidos, solamente su leche. Si los gases le causan demasiadas molestias lo mejor es contárselo a su pediatra.
Para que el estómago del bebé no presione el costado debemos tumbarlo sobre su lado derecho, esto podrá reducir la duración del hipo o evitar que aparezca. Si se presenta cuando el bebé está tomando su alimento o ya ha digerido su última toma, la mejor manera de quitárselo es alimentarlo con leche calentita si toma biberón. Si acaba de comer y ya ha expulsado sus gases, ponle su chupete y se le acabará pasando.
Consejos para los padres
¿Sabías que el bebé puede tener hipo mucho antes de nacer? Es tan normal en los recién nacidos que no deberías convertirlo en motivo de intranquilidad, pues puedes transmitírsela a tu hijo. Si le suele entrar el hipo cuando lo alimentas, pon música agradable para hacerlo y relájate.
Si tu hijo toma el biberón, no se lo des tumbado; el bebé deberá estar en la misma posición que al ofrecerle el pecho. No olvides llenar la tetina de alimento antes de introducírsela en la boca para evitar que trague aire. Es importante igualmente que antes le limpies la naricita para que no suelte el pezón o la tetina para respirar, y si mantienes siempre su nariz limpia también evitarás que el aire entre frío y con impurezas.
Dedica 15min a que tu bebé expulse los gases
Cuándo acudir al médico
Aunque aparezca varias veces al día y dure cerca de media hora, si el hipo no causa molestias a tu hijo ni le impide alimentarse o dormir no te preocupes. Deberás comentarlo con su pediatra si le dura más de tres horas diarias, si es tan molesto como para que el niño siempre acabe llorando o si tiene fiebre.
Acude con tu hijo al médico o a urgencias si no hubiera consulta cuando el hipo persista más de 24 horas, pues podría tratarse de otitis, asma o bronquitis, y en algunos casos aislados de meningitis o tumores cerebrales. La introducción de un cuerpo extraño en el oído también puede causar el hipo agudo.