Los niños son el futuro de nuestra sociedad y si queremos un mundo mejor, los niños deben trabajar la empatía y la inclusión social desde que son bien pequeños. La exclusión social duele a cualquier edad y además, es una forma de agresión que no se debe permitir. Los padres deben ser un buen ejemplo con sus actos de inclusión social, pero también deben enseñar a sus hijos a serlo.
¿Qué pasa si es tu hijo quien excluye a otros? ¿Cómo puedes lograr que sea una persona exclusiva?
1. Comprueba tus propios déficits de diversidad
Recuerda que los niños miran y escuchan todo lo que haces. Piensa en cómo te comportas con tus vecinos, con tus amigos y cómo son tus interacciones sociales. Sé honesto/a contigo mismo/a; ¿con qué frecuencia interactúas con otras personas que 'no son como tú'? ¿Eres capaz de aceptar a otras personas? ¿Haces juicios o crees en los estereotipos? Si quieres que tus hijos sean exclusivos, deberás serlo tú también.
2. Apoya la individualidad
Motiva a tu hijo a valorarse a sí mismo como una persona única y valiosa, pero también deberá valorar a otros por lo mismo. Recuerda a tus hijos que la apariencia, la personalidad, las creencias y los intereses de una persona aportan algo especial al mundo que nadie más puede duplicar. Si tu hijo reconoce que todos tienen algo que ofrecer, será menos probable que rechace socialmente a los demás.
3. La multitud no siempre tiene la razón
Es necesario que tu hijo se dé cuenta de que no siempre la multitud tiene la razón... es necesario aprender a centrar la atención en los valores correctos como: ser amable, el respeto y la empatía. Tienes que enseñar a tus hijos a construir relaciones sanas con los demás. Además, como padre o madre, tendrás que resistir el impulso de comprar cosas materiales solo por tener 'más que otros'. Las cosas materiales no comprarán el amor de tu hijo ni de nadie. Es necesario enseñar a los niños que los elementos materiales no se deben utilizar como medio de aceptación, entonces será menos probable que juzgue a los demás en sus artículos materiales que tengan.
4. Enseña a que se acerque a los demás
Tu hijo puede conseguir que otros niños se sientan valorados. Anímale a llamar al nuevo niño de clase o a conocer a esa niña que se sienta sola durante el almuerzo. Una forma de asegurarte de que esto ocurre es motivar a tu hijo para que descubra una cosa buena de ese niño o niña que dice que es 'pesado' . Si le retas a hacer esto, le enseñarás que hay algo bueno en todos y que todos tienen algo que ofrecerle al mundo.
5. Capacita a tu hijo para no tener raciones tóxicas: no todo vale para ser inclusivo
Aunque es importante que tus hijos sean inclusivos con los demás, también debes educarle para que se sienta seguro y valorado en una amistad. Tu hijo no tiene que aceptar se atacado física o emocionalmente por otros solo porque 'tiene que ser inclusivo'. No todo vale. además, si la relación con otro niño parece ser dañina o tóxica, entonces es aceptable que establezca límites con la otra persona.
Incluso es aceptable establecer límites con niños que tienen necesidades especiales. El hecho de que un niño tenga una discapacidad no le da derecho a lastimar a tu hijo física o emocionalmente. Tampoco debe tu hijo sentir que siempre tiene que hacer lo que quiere el otro niño si no es una elección mutua.
6. Distancia con respeto
A veces los niños son malos y no es saludable para tu hijo mantener la amistad. Pero eso no le da a tu hijo el derecho de corresponder con malas actitudes. En su lugar, anima a tu hijo a evitar el uso de palabras desagradables, disculpas falsas o justificación de bromas crueles al agregar "es broma" al final de la oración.
Ella debería optar por ser una persona respetuosa al crear una distancia con respecto hacia ese niño que realmente le molesta. Si es apropiado, puede decirle por qué lo hace porque en ocasiones, la comunicación honesta puede motivar a un niño o adolescente a cambiar.