Una intolerancia consiste en que el aparato digestivo no digiere un alimento de la forma adecuada. Existen intolerancias de diferentes tipos y normalmente cada persona cuenta con unas cuantas de ellas, sin embargo, en muchas ocasiones ni las conocen. Simplemente sienten alguna molestia estomacal o sufren de gases por ejemplo.
Es importante distinguir entre intolerancia y alergia. Con esta última está también implicado el sistema inmunitario y no solo el aparato digestivo. Por ello con una intolerancia simplemente te encontrarás mal pero no se producirán reacciones alérgicas como pueden ser la hinchazón o ronchas de diferentes partes del cuerpo.
¿Qué es la lactosa?
La lactosa es un azúcar que se encuentra en la leche de las vacas, las cabras, las ovejas y en la leche materna. Por lo tanto puede también encontrarse en productos que se elaboren con esa leche. Para digerir la lactosa el cuerpo produce la lactosa. Por lo tanto si nuestro sistema no produce suficiente lactasa y consumimos la lactosa sufriremos esta intolerancia.
Los bebés, como cualquier persona, también pueden ser intolerantes a la lactosa. Sin embargo ellos la única forma que tienen de comunicarlo es a través de su cuerpo. Por ello es importante tener en cuenta estos síntomas que nos pueden decir que nuestro bebé es intolerante a la lactosa. De todas formas no es común ver intolerancia a la lactosa es niños demasiado pequeños. Esto se debe a que esta suele aparecer a partir de los dos años de edad. Por ello en los primeros meses no suele haber problemas con la leche materna ni con el posterior biberón. De todas formas si que es posible que un bebé de meses sufra esta intolerancia.
Síntomas de intolerancia a la lactosa en bebés
Para empezar los bebés que sufren esta intolerancia suelen tener digestiones complicadas, ello se podrá comprobar por ejemplo en que tendrán numerosos gases. Esto son muy incómodos y algo dolorosos para ellos por lo que a lo mejor es uno de los motivos por los que llora y no sabías a que se debía. Esto lo comprobarás porque tienen el abdomen abultado y bastante duro. También es común expulsen esos gases con continuas flatulencias. Si ves que tu bebé lo hace demasiado quizás debes empezar a preocuparte un poco y pensar en que le puede estar pasando.
Es menos normal pero también ocurre, sobre todo si la intolerancia es mayor, que estos bebés puedan terminar vomitando constantemente. Así mismo puede ocurren que aumenten de peso de forma irregular. Otro de los síntomas que se pueden observar es que sufren diarreas frecuentes. Por ello si has observado estos síntomas en tu hijo piensa que la razón puede ser la intolerancia a la lactosa.
Tratamiento de la intolerancia a la lactosa
Lo primero que debes hacer una vez que crees que puede ocurrir es dejar de darle el pecho si lo haces. Como hemos comentado la leche materna contiene lactosa. Así que en vez de esto prueba a darle el biberón y con leches que no contengan este alimento. Si ya le das el biberón simplemente cambia la leche por otra sin lactosa.
Así mismo, el segundo paso a seguir cuando sospeches de que de tu bebé sufre esta intolerancia es acudir a la pediatra para realizarle la prueba que te lo dirá con total seguridad. Si se confirma que su organismo no tolera la lactosa entonces te ofrecerá una dieta que esté exenta de este alimento.
Los lácteos son imprescindibles para los niños en edad de crecimiento por ello deberán seguir tomándolo. Sin embargo consumirán solo lácteos que no lleven lactosa. Actualmente, debido a que esta intolerancia es tan común, se realizan muchos alimentos sin lactosa.
Y es que la única solución a esta enfermedad es que tu hijo comience una dieta sin lactosa. Si tu bebé es pequeño deberá tomar el biberón con una leche especial sin lactosa y si es algo mayor existen actualmente también numerosas papillas sin este componente. Asegúrate en el etiquetado de estos productos que lees las palabras sin lactosa. Aun así si toma en algún momento algo que la contenga, no es para preocuparse demasiado, tan solo le sentará algo mal al estómago.
De todas formas al tratarse de una intolerancia y no de una alergia tu hijo podrá consumir lactosa en pequeñas dosis. La leche de vaca con casi total seguridad no pero quizás si puede tomar mantequilla o algún yogur de vez en cuando. Todo lo que la lactasa de su cuerpo le permita. Acude al pediatra con cierta constancia para comprobar que tu hijo no tiene el calcio demasiado bajo. Si es así este te recomendará algunos suplementos.
Así siguiendo estos consejos tu hijo dejará de sufrir molestias y podrá llevar una vida completamente normal. Como hemos explicado es una afección muy común por lo que no debes preocuparte si tu hijo la manifiesta. Simplemente deberás cuidar de que tenga una alimentación correcta para lo que su organismo va a tolerar.