La reincorporación de la mujer al mundo laboral tras ser madre es un proceso difícil, por la separación madre e hijo, cuanto más cuando se ha optado por la lactancia natural. Siempre hemos escuchado eso de que lo mejor es destetar al bebé cuando se retoma la vida laboral. Sin embargo, cada día son más las investigaciones que apuestan por prolongar la lactancia materna natural el mayor periodo posible, ya que son numerosos los beneficios que ésta aporta a la madre y al bebé.
Si bien la madre escoge seguir amamantando al bebé, ha de tener en cuenta diversos factores que pueden convertirse en un estrés añadido al hecho de "ponerse al día" en el trabajo. Estas cuestiones a decidir van desde cómo organizar las tareas, decidir quién cuidará del bebé, cómo extraer la leche, etc.
Si bien es verdad que, según datos del Comité de Lactancia Materna, a diferencia de otros países europeos, en España, solo el 7,8% de las madres mantiene la lactancia materna exclusiva (sin biberón ni alimentación complementaria) tras su reincorporación a la vida laboral. No es una cuestión sencilla y depende mucho del tipo de jornada laboral y de los derechos que por convenio laboral se tengan.
La lactancia exclusiva se recomienda mínimo hasta los seis meses de vida, pero, al volver al trabajo tras la baja de 16 semanas, un 23% de las mujeres encuestadas tiene que iniciar la lactancia mixta, el 9,5% comienza con la alimentación complementaria (cereales y fruta) y más del 55% suspende por completo la lactancia materna.
En muchas ocasiones, la modalidad de trabajo no permite alargar la lactancia natural (falta de tiempo, incompatibilidad de horarios, demandas del bebé...), pero algunas investigaciones evidencian que favorecer la lactancia materna está estrechamente ligado con una mayor productividad laboral en las mujeres. Por tanto, en el trabajo se debería valorar y facilitar este tipo de lactancia de cara a beneficios a corto y largo plazo en el rendimiento empresarial.
Algunas medidas en esta línea podrían ser: habilitar espacios en el lugar de trabajo para la lactancia, flexibilidad en los horarios de trabajo, permitir el trabajo desde casa, aumento del período de baja maternal... Si bien es verdad que en muchos casos las madres deciden interrumpir la lactancia materna al incorporarse a la vida laboral por facilidad o sobre todo por desconocimiento de alternativas e información al respecto.
Si no puedo continuar la lactancia natural, ¿qué alternativas hay?
Tenemos varias opciones que podemos poner en marcha si tenemos que trabajar pero estamos dando el pecho al bebé:
- Extrae la leche: bien de forma manual o con el sacaleches. Resérvala en recipientes y refrigérala para poder utilizarla más tarde o al día siguiente. En el frigorífico puede estar hasta 48 horas, pero también se puede congelar, en cuyo caso aguanta hasta seis meses. Intenta tener siempre reservas de leche congelada. ¿Cuánta leche necesito? Pronto le tomarás la medida a tu pequeño. Al principio se recomienda dejar leche de más pero guardada en pequeñas cantidades (de 50 a 100 cc). También se debe tener en cuenta la frecuencia de las tomas del bebé (cada 2 horas, cada 3 horas...) a la hora de calcular la cantidad de leche a extraer. ¿Cómo extraer la leche en el trabajo? Si el lugar de trabajo no dispone de una sala habilitada para ello, busca un lugar tranquilo, limpio y reservado. Necesitas un buen sacaleches (un mini eléctrico por su mayor rapidez y comodidad), una neverita de playa con bloque de hielo o similar, y recipientes para transportar la leche extraída.
- Acostumbra al pequeño al biberón: días antes de la reincorporación intenta que tome tu propia leche a través del biberón. De esta manera otra persona podrá amamantar al bebé con tu propia leche.
- Aunque tengas que optar por la lactancia mixta, intenta darle el pecho al bebé antes de ir al trabajo y al regreso. Trata de que la lactancia natural no se pierda por completo y con ello sus beneficios como, el vínculo que se establece entre madre e hijo mientras toma el pecho.
- Permiso de lactancia: es muy importante que conozcas tus derechos como trabajadora, establecidos en el Estatuto de los Trabajadores y en los diferentes convenios que vinculan tu puesto de trabajo. Es importante que sepas que, hasta que el bebé cumpla nueve meses, tienes derecho a ausentarte una hora del trabajo (o dos medias horas) al día para darle el pecho al bebé, sin que tu sueldo se vea afectado. Esto es una ventaja sobre todo si vives cerca del lugar de trabajo porque te permitirá una escapadita para darle el pecho a tu bebé.
- También puedes pedir una reducción de jornada, que en ese caso sí que se te descontará el dinero de tu sueldo en proporción a las horas que se te reduzcan.
¿Y si no quiere comer?
Es común que el niño no se adapte al biberón. Te proponemos algunas recomendaciones para conseguirlo:
1. Sé paciente e insiste: es importante ser consciente de que no es tarea fácil, pero debemos persistir. No te desesperes ni muestres enfado porque el bebé no quiera tomar el biberón, muchas veces es cuestión de tiempo o de falta de hambre.
2. Intenta identificar cuándo quiere el pecho por consuelo o relax o por hambre. Es muy probable que si el bebé tiene hambre acabe por aceptar el biberón como única opción.
3. Prueba con varias tetinas. Hay bebés cuya succión se adapta a unas tetinas y no a otras, y, sorprendentemente no siempre se adaptan a las más caras. Además es importante tener en cuenta la edad, el flujo de salida y el tipo de alimento a la hora de escoger la tetina.
4. Prueba a que sea otra persona quien le dé el biberón. Si lo hace la madre es muy probable que espere que le dé el pecho y no el biberón, ya que los pequeños asocian la mamá con el pecho, por el olor, la forma de cogerle...
5. Puede ser de ayuda compaginar el pecho con el biberón o la cuchara.
6. Sobre todo, no obligues al bebé a comer si no quiere, sólo conseguiremos una rabieta. Es posible que no tenga hambre o que al final ceda al biberón.
7. Abrázale cariñosamente, acompañando tus gestos con palabras tranquilas.