La leucemia es el cáncer más común en niños y adolescentes y, aun así es poco frecuente en esta población. Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer, actualmente, 1.100 niños/as enferman anualmente de cáncer en nuestro país. El cáncer infantil es la primera causa de muerte por enfermedad en la infancia. En España, se producen cada año 155 casos nuevos de cáncer infantil por millón de niños/as (0-14 años), dónde la leucemia supone el 30%.
La leucemia es un cáncer que se origina en las células primitivas productoras de sangre de la médula ósea, que se sitúan en el interior de los huesos, generalmente en los glóbulos blancos, pero no exclusivamente en este tipo de células. Las células leucémicas se reproducen rápidamente y no mueren cuando deberían hacerlo, sino que se acumulan en la médula ósea, desplazando así a las células normales. Estas células leucémicas circulan a gran velocidad por el torrente sanguíneo pudiendo afectar a otros órganos y a sus funciones como pueden ser los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, el sistema nervioso central, los testículos u otros.
La leucemia en niños y niñas puede ser aguda o crónica, con glóbulos blancos inmaduros crezcan y se reproduzcan más rápidamente. Generalmente suele ser aguda y se clasifica en los siguientes tipos: se clasifica en tres categorías: leucemia linfocítica aguda (LLA), leucemia mylelogenous aguda (LMA) y leucemia híbrida. Las leucemias crónicas tienen mayor incidencia en adultos y por lo general suelen ser de afectación más lenta pero también, más difíciles de curar.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo se definen como circunstancias que aumentan las probabilidades de padecer una enfermedad. Algunos de estos factores son:
1. Factores genéticos:
Los heredamos de nuestros padres y forman parte de nuestro ADN. Aunque se ha visto su influencia en algunos tipos de cáncer, la mayoría de las leucemias no evidencian que se deban a factores genéticos. En este grupo entran:
- Síndromes hereditarios como: el Síndrome de Down, el Síndrome de Li-Fraumeni, la neurofibromatosis y la anemia de Fanconi.
- Problemas hereditarios del sistema inmunológico
- Hermanos/as con leucemia: los niños y niñas con hermanos con leucemia tiene un riesgo de padecerla de dos a cuatro veces mayor que un niño sin hermanos con leucemia. El riesgo no es muy alto y lo sería más en el caso de gemelos idénticos, sobre todo si ésta se desarrolla en el primer año de vida.
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2. El estilo de vida:
Algunos estudios han sugerido que si una mujer bebe demasiado alcohol durante el embarazo, esto podría aumentar el riesgo de que su hijo desarrolle leucemia, pero no todos los estudios llegan a esta conclusión. Los estilos de vida influyen más en el cáncer adulto como fumar, beber alcohol en exceso, el sobrepeso, etc.
3. Factores ambientales:
Son aquellos que nos rodean, tales como:
- La radiación
- La exposición a químicos y la quimioterapia: los niños que reciben quimioterapia tienen mayor riesgo de sufrir leucemia. Además de la quimioterapia, se ha visto que medicamentos como ciclofosfamida, clorambucil, etopósido y tenipósido han sido relacionados con un mayor riesgo de leucemia. Además, algunos estudios han encontrado una posible relación entre la leucemia en niños y la exposición a pesticidas en los hogares, ya sea durante el embarazo o durante los primeros años de la infancia.
- Supresión del sistema inmunológico: los niños que reciben un tratamiento de este tipo (niños con trasplantes) tienen un riesgo mayor.
4. Otros factores que no han comprobado su influencia directa
Aunque no se ha determinado cómo se relacionan, se están estudiando:
- Exposición a campos electromagnéticos (como vivir cerca de líneas eléctricas).
- Vivir cerca de una planta de energía nuclear.
- Infecciones a edades tempranas.
- Edad de la madre cuando nace el niño.
- Antecedentes de uso de tabaco de los padres.
- Exposición fetal a hormonas
- Exposición a sustancias químicas y a solventes en el lugar de trabajo del padre.
- Contaminación química del agua subterránea.
A pesar de todos estos factores de riesgo comentados, se desconoce la causa exacta de la mayoría de las leucemias en niños y, de hecho, la mayoría de los niños con leucemia no presenta ninguno de los factores de riesgo conocidos.
Síntomas de la leucemia en niños
Debido a la afectación de las distintas células, los niños y niñas afectados por leucemia pueden padecer algunos de los siguientes síntomas:
- Cansancio (fatiga)
- Debilidad
- Sensación de frío
- Mareo o aturdimiento
- Dolores de cabeza, convulsiones y vómito
- Dificultad para respirar
- Piel pálida y erupciones en la piel
- Infecciones frecuentes
- Fiebre sin tener una infección
- Tendencia a presentar fácilmente moretones y sangrados
- Sangrado nasal frecuente o severo
- Sangrado de las encías
- Dolor de huesos o articulaciones
- Pérdida de apetito y peso
- Inflamación del abdomen
- Hinchazón de cara y brazos
Tratamiento de la leucemia
Se usan cuatro tipos de tratamiento estándar: Quimioterapia, radioterapia, quimioterapia con trasplante de células madre, y terapia dirigida.
El tratamiento de la leucemia en niños y niñas conlleva tres fases:
Fase 1: Inducción a la remisión: el objetivo es destruir las células leucémicas de la sangre y la médula ósea, lo cual pone la leucemia en estado de remisión.
Fase 2: Consolidación/Intensificación: el objetivo en esta fase es destruir las células leucémicas que queden en el cuerpo y que puedan causar una recaída.
Fase 3: Mantenimiento: la meta es destruir toda célula leucémica restante que pudiera regenerarse y producir una recaída.
Tasa de supervivencia a la leucemia
Los médicos estiman la tasa de supervivencia en 5 años. Este dato hace referencia al porcentaje de pacientes que vive por lo menos cinco años después de que se le diagnostica el cáncer. Con las leucemias agudas (LLA), los niños y niñas que no presentan la enfermedad después de 5 años tienen una alta probabilidad de haber sido curados: es muy poco frecuente que estos cánceres regresen después de ese tiempo. Sin embargo, otros factores como la edad del niño y las características de la leucemia, también pueden afectar el pronóstico. En el caso de la leucemia LLA, la tasa de supervivencia supera el 85%.