Muchas madres dicen que cuando se quedan embarazadas no se enteran ni de que están embarazadas, porque no tienen apenas síntomas. Cierto es, que esto solo ocurre para algunas mujeres afortunadas... Pero la realidad para la gran mayoría de mujeres es bastante diferente. La maternidad comienza en el embarazo, y en muchas ocasiones no es para nada, un camino de rosas.
El embarazo
Como te acabamos de apuntar, la maternidad comienza desde el momento en que una mujer sabe que está embarazada. Sus hábitos de vida y alimenticios cambian para que el bebé pueda tener un buen desarrollo. Empiezan los controles médicos y la mujer, es mucho más rigurosa en todo lo que acontece su salud.
Pero además de esto, muchas mujeres sufren en el embarazo. Dicen que estar embarazada no es estar enferma, y obviamente no lo es... Pero para mujeres que sí sufren los síntomas, estar embarazada y sentirse como si estuvieran enfermas van cogidos de la mano. Tanto es así, que ni siquiera pueden desempeñar una vida normal... Aunque deben hacerlo igualmente, ya que desde fuera no se nota que sufren tanto porque 'solo se está embarazada'.
Las náuseas, los vómitos después de cada comida, el cansancio, el malestar físico, los dolores de cabeza, los dolores en el vientre, los cambios de humor, los dolores en las piernas, la retención de líquidos, la acidez estomacal, los mareos, la ansiedad... ¿esto parece un camino de rosas?
El principio de la maternidad
Después del embarazo y del duro trabajo del parto, llega el principio de la maternidad. Si bien es cierto que cuando ves a tu bebé por primera vez todo el malestar vivido se queda atrás y te centras en su maravillosa existencia, lo que viene a continuación no es un camino de rosas tampoco.
Que no sea un camino de rosas, no significa que no sea lo mejor que te pase en la vida puesto que criar a un hijo, sin duda lo es. Pero tienes que estar preparada para lo que llega después del parto y de que tu hijo llegue a este mundo y lo recibas con todo el amor incondicional de una madre.
Empezarán las noches de no dormir apenas porque los bebés se alimentan cada dos o tres horas independientemente de que sea de día o de noche. Algunos bebés también tienen cólicos y realmente lo pueden pasar muy mal (y tú con ellos) por los dolores que sienten en su pequeña barriga a causa de los gases. Es muy importante que puedas tener ayudas adicionales de familiares y amigos para poder recomponerte de vez en cuando y que de este modo, no acabes exhausta.
La maternidad
Y una vez que pasas la racha de dormir mal y por fin puedes dormir algunas horas seguidas, la maternidad no acaba... Porque la maternidad dura para toda la vida. Un hijo es un trabajo de 24 horas que siempre llevarás en tu corazón.
Su salud física, mental, emocional... su desarrollo dependerá de ti y de las personas que estén a su lado cada día. Es muy importante tener claro que la educación de los hijos debe basarse en la disciplina positiva, la empatía, el respeto, el amor incondicional, la asertividad y sobre todo... todo lo bueno que tienes para dar a tu hijo. Pero también debes saber algo muy importante: tu intuición y tu instinto maternal te ayudarán en todo este proceso, solo debes estar abierta para poder escuchar lo que tu corazón te dicta a cada momento.
La maravilla de ser madre
Cierto es que no es un camino lleno de rosas, pero aún es más cierto que es el camino más maravilloso que puedes recorrer y que seguro, que si tuvieras que mirar hacia atrás, lo recorrerías una y un millón de veces más para que tu pequeño esté en tu vida para siempre. Ser madre no es fácil, no hay manual de instrucciones, habrá días que te sientas tan agotada que te encuentres hasta mal... Pero todo lo que has hecho y harás, lo harías en un millón de vidas diferentes si el resultado fuese, disfrutar de la maternidad con tus hijos.