Un matrimonio feliz será la clave para que los niños también estén felices y que una familia se considera exitosa. Este artículo no se centra en el abuso físico o emocional de una pareja, ni tampoco en malos tratos. Si crees que estás siendo víctima de violencia machista o de género, tendrás que buscar ayuda profesional y legal lo antes posible.
El ciclo del dolor y el secreto para solucionarlo
Un ciclo en que caen muchas parejas cuando se produce daño en el matrimonio es: tratar de resolver el problema, retirarse el uno del otro, insistir en el dolor producido, guardar rencor, esconder el problema, que crezca la amargura y que exista decepción matrimonial no resuelta.
Si te sientes herido por lo que tu pareja ha dicho o no ha dicho, o ha hecho o no ha hecho, si quieres salvar tu matrimonio, lo que debes hacer es hablar sobre la situación y sobre el daño que te ha causado dicha acción o comentario (o ausencia de él).
Los matrimonios a menudo se rompen debido a una acumulación de heridas por indiferencia, insensibilidad, represalias, abuso físico, críticas, molestias o heridas al otro para obtener atención. Las parejas se lastiman, el dolor les hace vulnerables y se centran en el dolor que se siente en lugar de centrarse en la otra persona. El que está herido y sufrió el dolor necesita curación.
Sentimientos
Los sentimientos negativos se acumulan cuando te hacen daño. Estos sentimientos pueden traer pensamientos aún más hirientes. Sin tener que hablar dentro de ti empieza una guerra de lo más dolorosa. Este dolor puede seguir creciendo sin freno. Es necesario que pongas nombre a los sentimientos que sientes, como por ejemplo: negación, ira, resentimiento, enfado, desconfianza, frialdad, herido, asustado, solo, vacío, atacado, roto, a la defensiva, etc.
Daño no intencionado
Aunque las heridas no intencionadas son realmente demasiado numerosas para enumerarlas, aquí hay algunas formas comunes en que las parejas se lastiman entre sí sin querer causar dolor: ser insensible, poco comprensivo, irreflexivo, intolerante, olvidadizo, cruel, burlesco, egoísta, controlador, manipulador, apático, etc.
Daño intencionado
Las heridas intencionales son cuando se lastima de forma intencionada a la pareja, que se sabe que se está haciendo daño y continúas haciéndolo. Estos dolores a menudo ocurren en medio de discusiones, confrontaciones y malentendidos. Un ejemplo de cómo crear daño intencional es por ejemplo hacer cosas que sabes que molestan a tu pareja. Otras formas de hacer daño son: mentir, manipular, no tener comunicación, la falta de respeto, ser irresponsable, no cumplir las promesas, etc.
Para solucionar los problemas sentimentales en un matrimonio hay que seguir 5 pasos sencillos:
- Descubre qué te causa dolor
- Habla al respeto
- Escucha a tu pareja y estableced una comunicación bidireccional
- Si es necesario acudir a un terapeuta de parejas
- Perdonad y dejad a un lado el dolor cuando realmente hay intención de cambio y mejora
No dejéis las cosas sin hablar, si no hacéis nada al respecto no cambiarán las cosas y el matrimonio y la felicidad en familia tendrán una fecha de caducidad demasiado cercana. Si no haces nada cuando ocurren heridas, eventualmente te separarás. No permitas que el retiro emocional se convierta en parte de tu matrimonio.
Habla siempre para encontrar las respuestas al problema desde la empatía y la asertividad. No es necesario hacer daño al otro para solucionar los problemas. Cuando se entierran los conflictos en lugar de enfrentarlos o se llena el corazón de dolor en lugar de lidiar con él el conflicto no se elimina... sigue vive dentro de ti y te perseguirá. La evasión te llevará al divorcio emocional y el sueño de un matrimonio y una familia feliz que una vez tuviste morirá lenta y dolosamente.
Permite que tu relación de pareja sea imperfecta. Aprecia los defectos y las virtudes. Una de las claves para un matrimonio exitoso es apreciar las fortalezas. Cada matrimonio tiene problemas. Pero al usar las fortalezas sabiamente se puede continuar fortaleciendo a la familia.