Trabajar el coaching emocional es centrarse en una disciplina que tenga como protagonismo los sentimientos de los niños. El coaching en emociones es necesario para que los padres le den a los niños las habilidades que necesitan para lidiar con sus emociones. Así los pequeños crecerán teniendo más confianza en sí mismos, mejorarán sus capacidades intelectuales y experimentarán relaciones interpersonales más saludables.
Para enseñar a los niños a que sean capaces de controlar de forma efectiva sus emociones positivas y negativas, se deberá dividir el proceso en diferentes pasos para enseñar a los niños sobre sus sentimientos. Así aprenderán a tomar mejores decisiones en el futuro.
Tomar conciencia de las emociones
El coaching en emociones requiere que los padres sean los primeros en tomar conciencia sobre las emociones de sus hijos así como sus propias emociones. Deberás permitirte tanto a ti como a tu hijo la libertad de sentir cualquier emoción. Los sentimientos están bien y nadie debe ser juzgado o criticado por sentirse de una manera en concreto.
Presta atención a las formas en que tu hijo responde a las emociones como la ansiedad, la tristeza, la ira y la emoción. Busca señales en el lenguaje corporal, gestos faciales y cambios de comportamiento. Observa a tu hijo en el tono de voz o cómo expresa sus sentimientos así le ayudarás a que identifique el vínculo entre sus sentimientos y su comportamiento.
Conecta con tu hijo
Es imprescindible conectar con los hijos a través de las experiencias emocionales. En lugar de alejarte de tu hijo cuando tiene una rabieta e ignorar la conducta (como se recomienda en las modificaciones de conducta), para trabajar como coaching emocional tendrás que darle a tu hijo instrucciones directas:
-Anima a tu hijo a reconocer sus emociones
-Ayúdale a verbalizar sus sentimientos
-Ayúdale a poner nombre a su emoción dominante
-Interviene cuando notes que se está enfadando para que puedas ofrecerle una guía y prevenir la mala conducta
-No intentes cambiar u ocultar las emociones negativas de tu hijo, pero muéstrale que es normal tener muchos tipos diferentes de sentimientos
Escucha a tu hijo
Escuchar a un niño es una parte esencial del coaching emocional. Valida los sentimientos de tu hijo y demuéstrale que acepta sus sentimientos. Además también tendrás que mostrar a tu hijo que te tomas en serio sus sentimientos, no le digas cosas como: 'No te preocupes más que es una tontería', y di algo mejor como: 'Entiendo como te sientes. Descansa un poco y luego buscamos una solución para que te sientas mejor'
Aprender a encontrar soluciones
El coaching emocional se centra en prevenir la mala conducta siempre que sea posible. Cuando un niño se siente frustrado con facilidad tendrá que identificar las formas de controlar esa frustración con anticipación. Por ejemplo si sabes que tu hijo se impacienta cuando te lo llevas a comprar, puedes decirle que cuando comience a sentirse mal o nervioso que te lo diga y así tomaréis un momento de descanso para que se tranquilice.
Cuando tu hijo se comporte mal tendrás que animarle a identificar ese sentimiento que le llevó a esa conducta. Después enséñale habilidades para resolver problemas y así encontrar soluciones a lo que le ocurre. Permite en la medida de lo posible, que tus hijos creen sus propias soluciones bajo tu guía. Podéis hacer una lista de cosas que puede hacer siempre que se sienta enfadado.
Una vez que se sienta enfadado de nuevo puedes decirle que escoja una de esas cosas para calmarse, como si es hacer pompas con jabón o dibujar en un folio con colores. Recuerda elogiar a tu hijo siempre que se porte bien y que tenga en cuenta que cuando hace cosas bien tiene consecuencias positivas y cuando hace cosas mal, consecuencias negativas. ¡Él decide qué prefiere obtener!