Así es, tu hijo necesita un buen modelo para seguir y aprender a desarrollarse como persona de forma individual y en sociedad. Tú eres su mejor modelo, su mejor ejemplo. Los pequeños ojos de tus hijos te mirarán cada día para saber cómo deben comportarse e intentar descubrir qué comportamientos son los correctos para desarrollarse, porque lo que tú hagas... siempre será lo correcto, aunque tus comportamientos a veces no lo sean.
En este sentido, los padres deben pensar muy bien cuál es su comportamiento para conseguir que sea un buen ejemplo para sus hijos. Los padres sirven como modelos a seguir no solo a través de interacciones directas con sus hijos, sino a través de los ejemplos que establecen con su actitud y comportamiento dentro de la familia y en el mundo exterior. Al abordar sus preocupaciones, compartir sus vidas y mantener una perspectiva constructiva, los padres pueden contribuir al crecimiento y desarrollo personal de los pequeños de la casa.
Un modelo a seguir
Los modelos a seguir son a menudo sujetos de admiración y emulación para los hijos. A través de sus cualidades y logros personales, pueden inspirar a otros a esforzarse y desarrollarse sin instrucción directa. Debido a su presencia regular e interacción con los hijos, los padres pueden servir como modelos de conducta consistentes y en evolución para sus hijos.
En la actualidad, las familias son cada vez más diversas y diferentes. Los niños crecen en familias interraciales, con padres del mismo sexo, monoparentales, multigeneracionales... la diversidad también puede ser un beneficio para los niños y para tener modelos correctos a seguir.
Los padres que muestran una voluntad de interactuar con los demás y que se centran en la riqueza de la vida que resulta de la diversidad, pueden ayudar a sus hijos a aprender a apreciar y respetar las diferencias culturales. Por lo tanto, aprenderán a respetarse a sí mismos y a los demás, desde la empatía y el valor de las personas.
Los niños necesitan orientación
Los niños crecen y se desarrollan, necesitan orientación y guía en todas las etapas de su vida, y a medida que son más mayores la guía suele ser más compleja. Cuando los padres deciden y toman algunas elecciones en la vida, serán un buen ejemplo para sus hijos, aunque no se den cuenta de que lo está siendo.
Al mostrar un comportamiento moral y ético, los padres también pueden impartir valores que pueden contrarrestar las influencias negativas que los niños pueden recibir de sus compañeros o medios de comunicación. La responsabilidad de ser un modelo a seguir también puede alentar a los padres a superarse a sí mismos. Por ejemplo, los padres que intentan resolver su insatisfacción laboral pueden encontrar que sirven como un ejemplo constructivo de cambio para sus hijos. Un ejemplo claro de resiliencia y superación personal.
Los errores también son aprendizaje
Los padres también son humanos y por tanto, pueden cometer errores. Los padres que admiten sus errores, aprenden de ellos y se esfuerzan por mejorarse a sí mismos pueden servir como poderosas influencias para el crecimiento emocional de los niños.
Al abordar problemas y conflictos en sus propias vidas (como tratar de perder peso o manejar a un jefe exigente en el trabajo) y compartir el proceso de una manera apropiada para la edad de sus hijos, los padres estarán motivando a sus hijos para que se encarguen de sus propias preocupaciones o problemas. También podrán enseñar respuestas no agresivas al estrés o al manejo de la ira. Los niños que muestran un comportamiento agresivo normalmente es un comportamiento aprendido en casa o que tienen emociones que no han sido trabajadas correctamente.
Mantén una buena comunicación
Es importante que los padres mantengan una buena comunicación con sus hijos y que trabajen para que exista una confianza sincera entre ellos. Es necesario escuchar a los niños, que sientan que son importantes y que se sientan amados y respetados constantemente. En casa debe reinar el respeto y la tolerancia para poder establecer comportamientos aceptables.