Es bastante normal que los niños tengan rabietas y se enfaden muy a menudo. Si eres padre sabrás que es bastante normal que surjan numerosos conflictos de manera habitual y en ocasiones no sepas cómo actuar a la hora de terminar con tales rabietas o enfados. A la hora de resolver tales problemas hay que hacer referencia a la conocida como "la mesa de la paz". Son muchos los padres que desesperados por los continuos enfados, acuden a tal recurso con el fin de solucionar tal problema. Acto seguido te explicamos en qué consiste tal recurso y cómo ponerla en práctica.
En qué consiste la mesa de la paz
La mesa de la paz es una técnica bastante efectiva que ayuda a resolver los conflictos y los problemas que surgen en los niños. Se trata de una pequeña mesa con una serie de sillas en las que deben sentarse los niños. Encima de la mesa se colocan una serie de elementos:
- Un reloj de arena para controlar el tiempo que habla cada niño además de ayudar a que se puedan relajarse.
- Una pelota antiestrés que la coja cada niño cuando tenga hablar para tranquilizarse.
- Un objeto de paz que ayude a pacificar las cosas entre los niños.
- Un timbre o campana que sonará cuando se haya resuelto el conflicto entre los niños.
Aparte de resolver peleas o conflictos entre niños, dicha mesa de la paz puede ser usada con el fin de que el menor que se encuentre enfadado o enrabietado, consiga calmarse o tranquilizarse.
Cómo usar la mesa de la paz
La mesa de la paz es una técnica para conseguir resolver los conflictos y que el niño se relaje ante un momento de rabio o enfado. Es por ello que no se le puede obligar al menor a estar en dicha mesa ya que de lo contrario se conseguirá el efecto contrario y el enfado y la rabieta irá a mucho más. Hay que hacerle entender que se trata de una mesa que puede usar para relajarse cuando se sienta frustrado y decepcionado. Una vez que se familiarice con ella, puede sentarse con su hermano para intentar resolver los problemas. La idea de esta técnica es que los niños reflexionen en todo momento que han hecho mal y cómo hay que hacer para resolver dicho conflicto para que las cosas vuelvan a estar perfectas.
En dicha mesa los niños aprenden a expresar sus emociones y a empatizar con los demás por lo que es importante que se sienten en la misma de manera voluntaria. En el caso de que los niños sean demasiado pequeños, un adulto puede sentarse con los dos y actuar como mediador del conflicto. El padre no debe actuar como un juez, debe ser un mero mediador ya que son los propios niños los que deben solucionar el problema por sí mismos. Ellos deben exponer sus ideas y sus emociones y mediante argumentos poder llegar a una solución justa para ambas partes. El adulto puede encargarse de establecer una serie de normas para que todo pueda transcurrir de la mejor manera posible.
Como conclusión, la mesa de la paz es un recurso bastante efectivo en aquellas situaciones en la que el niño entra en una espiral de enfado que puede resultar incontrolable para los propios padres. En muchos casos, los adultos no saben cómo actuar ante dichas rabietas y pierden la calma, algo que no beneficia a ninguna de las dos partes en el conflicto. Si tus hijos se suelen pelear a menudo o algunos de ellos se enfada de una manera habitual, no dudes en probar esta maravillosa técnica conocida con el nombre de mesa de la paz.