Pueden haber muchos motivos diferentes que haga que tanto niños como niñas puedan tener problemas de comportamiento. Cuando los niños requieren intervenciones conductuales en entornos educativos o de salud mental, los profesionales suelen crear un plan para abordar y mejorar el comportamiento del niño, teniendo en cuenta sus necesidades personalizadas.
Los objetivos del tratamiento para los niños a menudo incluyen el cumplimiento de las reglas, el control de la ira y el aprendizaje de respetar la autoridad. Los niños, los padres, los maestros y los trabajadores de salud mental generalmente colaboran para crear una intervención conductual o un plan de tratamiento individual y abordar las fortalezas del niño junto con una estrategia para eliminar los comportamientos negativos.
Una vez sabido esto, si conoces a niños que tienen problemas de comportamiento, entonces es necesario que sepas qué tipo de metas serían las más adecuadas en cada caso. Un plan de actuación no sirve igual para todos los niños, aunque sus comportamientos sean parecidos. Es necesario primero conocer el caso concreto, saber cómo es el niño, cuáles son sus gustos, intereses y sobre todo, saber cómo está a nivel emocional. Teniendo esto en cuenta, se podrán establecer las metas adecuadas.
Conformidad
Los niños con problemas de conducta a menudo tienen dificultades para seguir instrucciones y cumplir con la norma en la escuela y en el hogar. Establecer una meta para trabajar en la enseñanza de un niño sobre cómo cumplir y las consecuencias del incumplimiento es apropiado para una intervención conductual o un plan de tratamiento.
Sin embargo, también es importante identificar barreras biológicas, ambientales o de desarrollo para el cumplimiento. De esta manera se podrán diseñar estrategias efectivas de intervención conductual teniendo en cuenta esas barreras.
Control de la ira
El comportamiento problemático que muestran los niños a menudo está influenciado por la ira. Los niños que se pelean físicamente con otros y tienen rabietas explosivas necesitan aprender formas apropiadas de controlar su ira.
Las metas y objetivos para una intervención conductual o un plan de tratamiento individualizado incluyen enseñarle al niño nuevas formas de manejar la ira cuando surge, como técnicas de respiración profunda o jugar de forma independiente hasta que el niño se haya calmado.
Desarrollo de habilidades de afrontamiento
Es vital incluir objetivos diseñados para enseñarle a un niño formas efectivas de hacer frente a las emociones y circunstancias difíciles. Los padres, los maestros y otras figuras prominentes en el modelo de vida de un niño tienen habilidades de afrontamiento efectivas para los niños a diario, y pueden usar experiencias comunes de conflicto y decepción para enseñarles a los niños cómo sobrellevarlo.
Cuando un niño tiene herramientas que puede usar para enfrentar circunstancias desafiantes, aumenta la probabilidad de que tome mejores decisiones de comportamiento tanto en el presente como en su futuro.
Respeto a las figuras de autoridad
Una autoridad en el desarrollo del cerebro y los niños en crisis, sugiere que el respeto por las figuras de autoridad está estrechamente asociado con el sentido positivo de autoestima de un niño. Cuando un niño aprende a ver el valor en sí mismo, podrá reconocer el valor en los demás. Los objetivos para una intervención conductual o un plan de tratamiento individualizado podrían ser ayudar al niño a desarrollar su autoestima y aprender el valor de mostrar respeto a los demás, incluidas las figuras de autoridad.
Con estas metas apropiadas los niños con problemas de comportamiento, de manera progresiva irán mejorando sus conductas. Pero lo que resulta fundamental ante todo, es que los niños se sientan aceptados, valorados y respetados en todo momento. Si reciben la atención emocional necesaria, su cambio conductual será mucho más rápido.